En el municipio de La Calera, a 12 kilómetros de Bogotá, se encuentra el embalse San Rafael, una de las principales represas que abastecen de agua a la capital del país, pero que hoy no parece más que un pequeño charco de agua.
Al comenzar el camino que da ingreso al corazón de la represa ya se empieza a evidenciar la crítica realidad por la que atraviesa este embalse, que junto con Chuza integra el Sistema de Chingaza, encargado de abastecer el 70 % del total del agua que se consume en Bogotá.
Y no es para menos, desde el comienzo del camino para llegar hasta el centro del embalse se observan diferentes escalas limnimétricas, que no son más que una especie de reglas que miden el nivel del agua. Estas escalas, junto con las piedras y la tierra arcillosa, son lo único que se observa a primera vista.
Una de las primeras escalas limnimétricas marca una altitud de 2.773 metros sobre el nivel del mar. Ese, se supone, debe ser uno de los límites que señala que el embalse está llegando a su capacidad total y es recomendable abrir las compuertas para regular y controlar el paso del agua. Sin embargo, hoy no son más que una especie de adorno que evidencia los estragos del Fenómeno de El Niño, que obligó al racionamiento del agua en Bogotá.
Este embalse tiene un almacenamiento de poco más de 68 millones de metros cúbicos de agua, pero hoy tan solo cuenta con 12 millones de metros cúbicos, es decir, un 18 % del total de la capacidad.
Más allá de las cifras de esta crítica realidad por la que atraviesa este embalse, son las imágenes en el terreno las que revelan y exponen el árido panorama.
Cada paso que se da al interior del embalse es una muestra del devastado terreno. La tierra arenosa y húmeda es el reflejo de la abundante agua que hubo en el lugar, pero que hoy brilla por su escasez. El suelo es bastante inestable y los zapatos se hunden con facilidad.
Todos los puntos que recorrió el equipo periodístico de SEMANA, se supone, deberían estar completamente cubiertos de agua, pero hoy el líquido vital no cubre ni la quinta parte del terreno. A duras penas se observan pequeños hilos de agua que se pueden saltar de un lado a otro.
Este crítico nivel del embalse, el más bajo de los últimos 40 años, obligó a la administración del alcalde Carlos Fernando Galán a decretar racionamiento de agua en todas las localidades de Bogotá a partir de este jueves 11 de abril. Esto, con el objetivo de disminuir el consumo de agua en la ciudad dos m³/s, que equivale a un 11 % de la demanda total.
De no decretarse el racionamiento de agua, el nivel actual del embalse San Rafael y del Sistema Chingaza en su totalidad alcanzaría tan solo para un poco más de 50 días.
Según lo ha explicado el Acueducto de Bogotá, el embalse San Rafael y todo el Sistema de Chingaza ya completan más de 10 meses continuos en los que el nivel del agua ha venido descendiendo y se necesitaría una lluvia continua de por lo menos 180 días para llegar a un nivel óptimo de agua en la represa.
Lo preocupante de la situación es que la única forma de volver a llenar este y los demás embalses que abastecen de agua a Bogotá es con las lluvias, y en caso de que el Fenómeno de El Niño se siga alargando, los efectos serán cada vez más desalentadores.
Es por ello la importancia de acatar el llamado urgente de la administración del alcalde Galán para ahorrar la mayor cantidad de agua, o de lo contrario las restricciones podrían endurecerse.
Así serán los cortes de agua en Bogotá
Según el cronograma establecido por la Empresa de Acueducto de Bogotá, la primera restricción iniciará a las 8:00 de la mañana de este jueves 11 de abril, con el turno del día 1, que corresponde a barrios en diez localidades de la franja nororiental y centro de la ciudad. Seguirá el viernes 12 de abril con el turno del día 2 y el sábado 13 arrancará el turno del día 3, y así consecutivamente hasta rotar nuevamente los nueve turnos.
La zona del día 1 comprende barrios en 10 localidades: Antonio Nariño (23 barrios), Barrios Unidos (53), Chapinero (18), Los Mártires (22), Puente Aranda (69), Rafael Uribe Uribe (28), Santa Fe (1), Teusaquillo (52), Tunjuelito (4) y Usaquén (16).
La zona del día 2 incluye barrios en dos localidades y un punto de suministro, así: Engativá (290 barrios) y Fontibón (21), y el punto de suministro de ESP Aguas La Sabana (Zona Industrial Cota).
La zona del día 3 tiene barrios en tres localidades, repartidos en Barrios Unidos (13 barrios), Suba (478) y Usaquén (119).
En la zona del día 4, se organizaron barrios en cinco localidades: Bosa (397 barrios), Ciudad Bolívar (113), Kennedy (45), Puente Aranda (6) y Tunjuelito (32).
La zona del día 5 contiene barrios en seis localidades: Ciudad Bolívar (154 barrios), Rafael Uribe Uribe (154), San Cristóbal (215), Santa Fe (30) y Tunjuelito (1).
La zona del día 6 comprende una localidad: Suba (335 barrios); el municipio de Soacha (617 barrios) e incluye el punto de suministro ESP EMAR.
La zona del día 7 incluye los puntos de suministro de los municipios de Funza, Madrid y Mosquera; y barrios de las localidades de Fontibón (173) y Kennedy (42).
En la zona del día 8 se establecieron barrios en nueve localidades y los puntos de suministro de La Calera y Arboretto. Las localidades son: Antonio Nariño (6), Bosa (17), Chapinero (78), Kennedy (282), Los Mártires (2), Rafel Uribe Uribe (9), San Cristóbal (61), Santa Fe (35) y Usaquén (65).
La zona del día 9 está comprendida por barrios en dos localidades: Usaquén (65) y Suba (12), y los puntos de suministro: Chía, Cajicá, Cojardín, Sopó (2), Tocancipá y Gachancipá - ESP Acuapolis. Usme será la única localidad no tendrá restricciones en el servicio