Septiembre de 2024, de lejos, ha sido uno de los meses más tortuosos y de mayor reto para el alcalde Carlos Fernando Galán desde su llegada a la Alcaldía de Bogotá. Y no es para menos. Fue un mes sin precedentes para la capital del país al convertirse en el más violento de los últimos años. Una aterradora realidad por una sangrienta disputa entre bandas criminales que explica el porqué de las preocupantes estadísticas.
En lo corrido del año, con corte al 30 de septiembre, se reportaron 872 homicidios en Bogotá, un aumento del 8 por ciento, frente al mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 809 asesinatos. Las cifras, por sí solas, evidencian una disparada en la ola de violencia. Mientras que en los primeros seis meses del año, el homicidio estuvo contenido en la ciudad con menos de 90 casos mensuales, a excepción de abril cuando se reportaron 113 homicidios, a partir de julio y agosto hubo un aterrador incremento en el indicador con 112 y 104 homicidios, respectivamente.
En septiembre, la tendencia siguió al alza y el panorama fue mucho más sombrío, con 128 asesinatos, la cifra más alta para un solo mes en Bogotá en los últimos cinco años, según el propio secretario Distrital de Seguridad, César Restrepo.
Desde diciembre de 2019 no se presentaba en Bogotá una cantidad tan alta de asesinatos (en ese mes hubo 129 homicidios). Ahora, la cifra de homicidios más alta reportada en Bogotá hasta el momento es de diciembre de 2015, cuando se registraron 152 asesinatos. Fue el último mes de mandato del entonces alcalde y hoy presidente Gustavo Petro.
La cifra registrada en septiembre de este año dejó un desgarrador promedio de cuatro homicidios al día. Santa Fe, Usme, Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar son las localidades más afectadas.
Los hombres, con más del 90 por ciento de los casos, tanto en septiembre, como en lo corrido de 2024, son las principales víctimas de estos homicidios. Los viernes y sábados en la noche, así como el domingo, en la madrugada, son las franjas horarias con más asesinatos registrados.
“Pero una cifra de homicidios englobada es una cifra que no dice nada. Es un agregado en el cual confluyen muchas de las claves de lo que está pasando en la sociedad para poder comprender la realidad”, explicó el secretario Restrepo.
Del total de asesinatos presentados en Bogotá en septiembre y en lo corrido del año, el 45 por ciento fue sicariato.
“Quienes mueren por sicariato, mayoritariamente, tienen una relación directa con los centros de gravedad del crimen en Bogotá: el microtráfico, la extorsión, el hurto y demás economías criminales”, aseguró el secretario de Seguridad.
De acuerdo con la Policía Metropolitana, cuatro de cada diez homicidios que se han presentado en la ciudad, tanto en septiembre como en 2024, fueron por un ajuste de cuentas. El 68 por ciento de las víctimas estaba asociado a delitos: 73 tenían órdenes de captura y otras 293 registraban antecedentes judiciales.
“Casi el 10 por ciento de los homicidios es de gente que estaba pendiente de ir a la cárcel. Los otros tenían anotaciones judiciales, es decir, que ya habían tenido contacto directo con el delito o el crimen, o antecedentes por haber salido de la cárcel”, enfatizó Restrepo.
Guerra entre bandas
¿Pero qué hay detrás de este aumento en los homicidios por sicariato en Bogotá? Tanto el alcalde Galán como el secretario Restrepo lo atribuyen a los golpes contundentes que la administración ha asestado en contra de las organizaciones criminales, lo que ha generado una lucha sanguinaria por el poder y el territorio.
“Hemos identificado que en algunos casos hay un enfrentamiento entre bandas por el territorio, por el negocio del narcotráfico, que ha llevado a que crezca la violencia. Pero en el caso de homicidios, producto de un hurto, es decir, a donde la víctima la robaban y la asesinaban, ese indicador se ha reducido frente al año anterior”, afirmó Galán a SEMANA.
El secretario Restrepo explicó lo que ha venido ocurriendo en la ciudad: “Tenemos dos meses muy complicados en homicidios, que son agosto y septiembre, pero eso es el resultado de un trabajo de 8 meses de concentración intensiva en los centros de gravedad. Ejemplo de ello es que en María Paz, El Amparo y Patio Bonito, hemos capturado a más de 130 personas, de las cuales al menos 25 son cabecillas que manejaban redes de extorsión, sicariato, microtráfico y hurto”.
De acuerdo con el funcionario, al presentarse estos golpes a los mandos medios de estas organizaciones delincuenciales, se genera un desorden de la estructura criminal. “Lo que uno busca es hacerla implosionar, que se debilite, pero mientras que ocurre ese debilitamiento, hay muchos que quieren llenar los vacíos y el territorio, y hay otras bandas que, por el contrario, pretenden correr a los delincuentes y hacerse con la zona”.
Es así como hoy en día bandas criminales como el Tren de Aragua, Satanás, los Camilos, los Marduk, los Telefonistas, Frontera y los Cobras, entre otras, además de los Paisas, una banda de Antioquia que busca ganar poder y territorio en Bogotá, son las que están generando esa oleada de violencia.
Ahora, el alto precio que está pagando Bogotá con un indicador de homicidios por las nubes, también es el resultado de la nefasta herencia de Claudia López.
“En cuatro años, los sistemas criminales en Bogotá evolucionaron sin mucha resistencia. Encontramos zonas donde estas organizaciones criminales estaban bastante cómodas. Por eso es que una cifra de 128 homicidios en septiembre es el resultado de una ciudad que no dejó seguir creciendo el crimen”, dijo Restrepo.
Para el secretario, la política de seguridad y paz total del Gobierno Petro, también está afectando a la ciudad.
“Todas las ciudades del país van a ir viendo cómo el deterioro de la seguridad periférica impactará en su territorio, porque las ciudades son centros de destino de drogas, armas, migrantes, desplazados, trata de personas y contrabando. Todos los elementos que hacen que se aprovechen los centros urbanos para convertirse en mercados criminales. Y eso termina generando más extorsión, más homicidios y hurtos”, sostuvo Restrepo.
Pero no solo la violencia criminal entre organizaciones delincuenciales explica el aumento de los homicidios en Bogotá. Más del 40 por ciento de asesinatos en la ciudad obedece a riñas e intolerancia, principalmente asociadas al consumo de alcohol y sustancias psicoactivas.
“Bogotá es una ciudad muy particular en la ‘cultura del cuchillo’, desde muy pequeño los niños aprenden a pelear con armas blancas y del total de homicidios por intolerancia, por lo menos 30 o 35 por ciento es de personas que estaban totalmente borrachas. Y el abuso del alcohol es una discusión que la sociedad se niega a dar, pero que también nos está matando”, concluyó Restrepo.