SEMANA: Hay mucha polémica con Daniel Rojas, el nuevo ministro de Educación. Se ha recordado su comportamiento en redes sociales con lenguaje grosero y señalamientos contra los medios y personas de diferentes . Usted le ha respondido fuertemente. ¿Qué opina sobre esto?
SERGIO FAJARDO: Ese comportamiento permite calificarlo como un atarván. Utiliza esas formas para agredir, insultar y maltratar. A mí me ha dicho de todo, una cantidad de insultos, y nunca había dicho una sola palabra, pero hoy es el ministro de Educación y es como haber escogido al que más molesta en el salón, al matón del salón para ser el ministro de Educación de Colombia. Él no está preparado para ser ministro porque no tiene ni idea del sistema educativo, lo cual es una afrenta al mundo de la educación y lo público.
Tiene que trabajar con cerca 97 secretarías de Educación por todo el país, con todos los departamentos, tiene que estar en contacto con maestras y maestros. Es una persona que no está preparada en lo más mínimo para ser ministro de Educación. Y en adición a eso, es del mundo fanático de la política y de las personas que la forma como la entienden es que hay que acallar al que difiera, mantener la polarización y la agresión permanente. No tiene ni el más mínimo sentido que una persona así sea quien conduzca la educación en Colombia. Es una persona que tiene que hablar de competencias ciudadanas, que tiene que dar ejemplo, las personas del sector educativo saben que un maestro o una maestra tiene que sacar lo mejor de la gente. Él es la antítesis de lo que debe ser una persona que conduzca al Ministerio de Educación.
SEMANA: En redes dicen que descalificar a una persona por usar groserías no es justo, pero las discusiones se pueden tener sin usar ese tipo de lenguaje, y, sobre todo, que del lenguaje agresivo a la violencia hay un paso pequeño...
S.F.: Claro que sí. Eso es trivializar las cosas, justificar lo injustificable. Eso no tiene ninguna presentación, el lenguaje violento hace parte de la violencia y lleva a más violencia y agresiones. En Colombia hemos visto cómo las agresiones verbales escalan y se convierten en otros tipos de violencia, no hay justificación por más que traten de trivializar las cosas, es una forma sencilla de tapar lo que no se puede tapar, que es una pésima elección para un ministro de Educación.
SEMANA: ¿Cree que el presidente Petro se equivocó al sacar a la ministra Aurora Vergara?
S.F.: El presidente es quien forma los equipos. Particularmente, tengo la mejor opinión de la ministra Aurora Vergara. Es una mujer inteligente, decente y preparada en muchos sentidos, discrepo de cómo se ha manejado el Ministerio de Educación, pero ella es una persona muy valiosa, tiene las características de la persona decente que necesitamos en Colombia. El presidente escogió y ha tenido una actitud en donde se queja de la gente, porque no hacen lo que quieren, y ahora ya lleva tres personas en dos años en este ministerio. Eso refleja un desorden gigantesco en su gobierno. Después de dos años de estar gobernando, ya todos los programas deberían estar ordenados para eventualmente llegar a lo que él propuso como cambio, pero no lo ha hecho así.
Imagínense lo que pasa en esos ministerios cada que llega un nuevo o una nueva ministra, las personas que están trabajando allá, los programas que habían hecho, la relación con las personas en otras partes del territorio y llega una persona nueva. Hay desorden, hay incapacidad para organizar lo que es la labor de un gobierno y lo está haciendo mal. Ahora, el presidente pasa eso a otro terreno, el de la confrontación, el que no me dejan, el que no me lo permiten los medios de comunicación, etc. Y la justificación es que a él no lo dejan y él es el responsable de la forma como se conduce su gobierno. Y él es la persona que los nombra. No puedes buscar ninguna excusa en ninguna parte.
SEMANA: ¿Cómo entender el paso de Alejandro Gaviria y Aurora Vergara a Daniel Rojas?
S.F.: Evidentemente, no le importa la educación. Él es reconocido como un activista de la confrontación y la agresión, no tiene la capacidad de manejar los conflictos y las necesidades del sector educativo. Imagínese manejando los conflictos y tiene que manejar la población joven de Colombia, la población que tiene que pasar por el sistema educativo, que tiene que buscar alternativas para después de que terminen la educación media, que terminen el bachillerato, las múltiples formas, todo eso lo tiene que hacer él. Es reconocido como un activista, una persona de la confrontación, no de la construcción y en educación estamos rezagados y con él, si las circunstancias siguen como van y como todo parece, será un capítulo funesto. Ojalá que estuviera totalmente equivocado con lo que digo, pero lo dudo.
SEMANA: ¿Es tan grave la situación con Daniel Rojas?
S.F.: Sí, y para la educación de Colombia, sí. Lo que se deja de hacer en educación se paga después, la educación tiene unos temas y es que lo que usted deje de hacer lo paga después la educación. Si los niños, niñas, jóvenes no reciben una educación de calidad, eso se va a ver después cuando termine de pasar por el sistema educativo y van a otra etapa, se van a dar cuenta de que no recibieron lo que tenían que recibir. Yo creo en una educación pública de calidad, gratuita, yo creo que tenemos que empezar a trabajar desde la primera infancia para luchar contra las desigualdades profundas de este país. Hay muchas cosas que por supuesto las creo, las quiero y las vivo, pero no se está haciendo y con este señor no se van a hacer, no tiene ni malicia de eso. Creo en una educación pública de calidad y gratuita, pero no se está haciendo y con este señor no se hará.
Yo no me lo imagino trabajando allá, por ejemplo, con los viceministros, Óscar Sánchez y el exrector de la Universidad Pedagógica, Alejandro Álvarez. Sánchez fue secretario de Educación cuando Petro fue alcalde de Bogotá y son personas del sector, usted puede discutir con ellas, pero no me imagino a este señor dirigiendo a esos viceministros que tienen todo ese conocimiento.
SEMANA: ¿Vio el trino de María Fernanda Carrascal? Respondió sus críticas con ataques y diciendo que usted no tiene ninguna autoridad para hablar del tema de la educación...
S.F: ¿Cómo le parece? Pero bueno, la ignorancia es atrevida, ¿cierto? Pero ese es un estilo. Ellos dicen: Vamos a atacar a este señor que nos puso en evidencia. Y no es sobre la base de si este fue bueno o no, sino que tiene que atacar y atacar de todas las formas posibles. Ellos combinan todas las formas de lucha para agredir a una persona. El señor ministro de Educación que nombró el presidente Pétro es pésimo y es una calamidad para el sector educativo de Colombia. Ese es el mecanismo de ellos y tienen una cortina de humo, desvíen el debate y ese es el estilo. Ella (Carrascal) lo hace y seguro debe estar muy contenta haciéndolo, pero el ministro es pésimo. Ella tampoco tiene ni idea de educación pero con las bodegas sale a atacar también. Esa película ya la vi, yo la viví con ellos.
SEMANA: ¿Qué temas cree que son urgentes para esta cartera?
S.F.: Hay varios problemas, pero voy a hablar de tres que están vivos. Uno es el de la situación de la Universidad Nacional, eso es serio, un daño grande y necesita manejarse y resolverse. Dos, la salud de los maestros y la ley estatutaria de educación. Tres, necesitamos una educación pública, gratuita y de calidad, que es una palabra que tenemos que enfrentar, porque se necesita, y responder a problemas pendientes como los 500.000 nuevos cupos prometidos por el Gobierno Petro. ¿Dónde están? ¿Cómo están? El presidente Petro estuvo en el Bajo Cauca antioqueño y prometió una Universidad, desconociendo que allá ya hay una universidad pública excelente que se llama la Universidad de Antioquia.
SEMANA: ¿Será que ese nombramiento tiene algo que ver con la constituyente? Hay quienes dicen que con la intervención en la Nacional todo puede ir a ese camino, pero nadie tiene certeza. ¿Será que sí?
S.F.: Esa es una sospecha razonable. No sabemos nada, pero se ha hablado de poder constituyente, de la constituyente universitaria, de sacar los jóvenes a las calles como parte de las disputas que tenemos en nuestro país. Ahora, yo no creo en la Asamblea Nacional Constituyente, yo no creo en lo que el nuevo ministro del Interior ha dicho que van a hacer un acuerdo nacional. Ese acuerdo nacional no lo hicieron en dos años y ahora en la última parte del gobierno, no van hacer acuerdos cuando ya tendrían que estar funcionando todos los programas y acuerdos para construir una constituyente y después que el próximo presidente haga la constituyente que van a preparar ellos, eso no tiene el más mínimo sentido. Todo esto se va a convertir en dos años de agitación permanente, de confrontación, de mayor radicalización, de mayor polarización, de discusión y le van a hacer un daño muy grande al país.
Colombia necesita serenarse. El país tiene la oportunidad de darle cabida a la decencia, a saber tratarse, a entender que se necesita cambiar, pero no es de esta forma, a serenar los espíritus, hacer una cultura ciudadana y convivencia para avanzar en esta Colombia que cada día va a ser, por el camino que vamos, más amarga y más inconforme. Cada día hay un mayor cansancio y siempre son las personas con las mayores necesidades las que pagan esta confrontación. Hablan de ellas y va a terminar en una situación con mayor insatisfacción.
SEMANA: Se habla de un acuerdo nacional con sectores, pero fíjese que en la reforma en la educación hubo un acuerdo entre las partes y en la Casa de Nariño lo echaron para atrás. ¿Cómo los lograrán?
S.F.: Es que yo no creo en esa alternativa y no creo que sea correcto lo que ha dicho el ministro Cristo. Esto es para hacer política, para enturbiar el ambiente del país, vamos a estar en confrontaciones y en Colombia, repito, no vamos a avanzar y nos vamos a llenar por ese camino de más amargura, más resentimiento, confrontación, polarización y eso no es lo que necesita Colombia.
SEMANA: ¿Vendrá más polarización?
S.F.: Así es. Ya sabemos que nombraron de ministro de Educación a un maestro de ese lenguaje soez, no sé si van a incorporar eso en los programas educativos para lo que viene a continuación. Esa Colombia amarga la tenemos que pasar porque ahora todos los días se escuchan las mismas preguntas: ¿Se va a reelegir Petro, usted cree que Petro se va a quedar? Yo digo que no, pero todo el día estamos hablando es de eso y del desgaste. Él quiere mantener la atención a su alrededor. Colombia debe cambiar.