Si las elecciones fueran hoy, y el presidente Álvaro Uribe fuera uno de los candidatos, el primer mandatario sería reelegido por segunda vez con el 57 por ciento de los votos. Así lo reveló ‘La gran encuesta’, hecha por la empresa Ipsos-Napoleón Franco, que midió la opinión sobre 24 posibles candidatos, la gestión de Uribe, el clima político, entre otros temas, a un año de las elecciones. En segundo y tercer lugar los precandidatos con mayor intención de voto serían el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, con el 6 por ciento de los votos y el ex magistrado Carlos Gaviria con el 5. Es decir, el triunfo de Uribe sería aplastante y, sin alianzas, no habría segunda vuelta. Pero si el Primer Mandatario no participa en las elecciones, el candidato con mayor opción para sucederlo en la Casa de Nariño hoy sería el ex Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, con el 19 por ciento de los votos. En segundo lugar quedaría Andres Felipe Arias con el 12 por ciento y en tercer lugar habría un empate entre Sergio Fajardo y Carlos Gaviria con el 8 por ciento de los votos. A la pregunta por cuál de los encuestados enfrentaría mejor temas como el desempleo, la inversión social, la inseguridad, la corrupción, las relaciones internacionales y las relaciones con el Congreso, la mayoría respondió que Santos. La carrera por la Presidencia apenas comienza. Arrancan con una notable ventaja, por su favorabilidad los candidatos de la entraña del uribismo. Les sucede un ramillete variopinto de precandidatos, entre los cuales se reparte el resto de la votación. La mitad de estos precandidatos (12) todavía son desconocidos por la mayoría de los encuestados. En la lista de los desconocidos están: la senadora Martha Lucía Ramírez; el ex Ministro del Interior, Carlos Holguín; el ex Ministro de Defensa Rafael Pardo, el ex Fiscal Alfonso Gómez, entre otros. No obstante, en un año puede variar mucho el panorama político. No se puede perder de vista que en 2001, un año antes de las elecciones en las que fue elegido Uribe por primera vez, su favorabilidad oscilaba entre el 17 y 18 por ciento. Sólo faltando siete meses para las elecciones se disparó la intención de voto por él y su favorabilidad saltó al 23.4 por ciento, según ‘La gran encuesta’, y, faltando cuatro meses, al 39 por ciento. La popularidad sigue intacta El Presidente continúa con un índice de favorabilidad alto con el 74 por ciento. Sin embargo, en los estratos 5 y 6 la imagen favorable del Presidente disminuye al 52 por ciento. Después, en escala descendente sigue el índice de favorabilidad del ex Ministro Santos, con el 64 por ciento, Noemí Sanín con el 54, el ex ministro Andrés Felipe Arias con el 50 y Antanas Mockus con el 45. Uno de los datos relevantes que arrojó la encuesta es que aunque Fajardo tiene el 40 por ciento de favorabilidad es desconocido por la mitad de los encuestados (49 por ciento) y tiene una imagen negativa del 11 por ciento. Expertos aseguran que este puntaje es positivo para él, pues es más fácil remontar el desconocimiento del candidato que una imagen desfavorable. No así le ocurre a Germán Vargas, quien aunque tiene el 41 por ciento de favorabilidad, es desconocido por el 35 por ciento de los encuestados y tiene una imagen negativa del 24 por ciento. Economía: talón de Aquiles de Uribe Aunque el 76 por ciento de los encuestados aprueba la gestión de Uribe, el manejo que le ha dado a la economía sigue siendo su talón de Aquiles. Dos de cada tres encuestados desaprueba la forma como ha manejado el empleo, 63 de cada cien los impuestos y 52 de cada cien, la economía. Sin embargo, si la votación del referendo reeleccionista fuera hoy, el 53 por ciento de los encuestados acudiría a las urnas para cambiar la Constitución y así facultar a Uribe para que aspire por tercera vez a las elecciones. El 14 por ciento de los encuestados dijo que probablemente votaría. Sumados, los dos porcentajes, da un 67 por ciento de votantes del referendo. De ese 67 por ciento, el 83 por ciento acudiría a las urnas para votar por el sí a la reforma constitucional. Según reveló la encuesta, el referendo reeleccionista lograría, aunque con un margen apretado, el mínimo de votos que requiere para su aprobación. La empresa encuestadora preguntó si los colombianos conocían sobre las interceptaciones del DAS a integrantes de la oposición y a los magistrados. El 86 por ciento de los encuestados dijo que sí, pero sólo el 32 dijo que le daba una imagen negativa al gobierno. En ese mismo sentido, a la pregunta si los encuestados sabían de los cuestionados negocios de los hijos del Presidente, el 82 por ciento dijo que sí, pero el porcentaje de personas que cree que ese hecho le da una imagen negativa al gobierno es de 39 por ciento. Es decir, las personas encuestadas que creen que los negocios de los hijos del Presidente son una cantidad mayor a las que creen que las chuzadas afectan la imagen del gobierno. Los problemas que preocupan Según la encuesta de Ipsos-Napoléón Franco, dos de cada tres colombianos cree que las cosas van por buen camino. El dato ha ido en aumento desde 2001 cuando sólo el 9 por ciento de los colombianos pensaba así. En 2005 la cifra de colombianos optimistas aumentó a casi la mitad (49 por ciento). En este panorama de optimismo, los encuestados creen que su mayor problema es el desempleo: 70 de cada cien colombianos, según la muestra, así lo cree. El segundo problema que afecta a los colombianos es el alto costo de vida: 35 de cada cien; y el tercero es la inseguridad urbana 25 por ciento. Estos datos arrojan luces obre cuáles deben ser los temas en que los candidatos deberían enfocar sus programas. En general, la encuesta indica que los problemas sociales deberían ocupar la agenda del futuro Presidente. Un dato interesante es que en este momento sólo el 13 por ciento de las personas cree que la guerrilla afecta su situación personal. La preocupación más notoria de los encuestados, en materia de seguridad, es la delincuencia común (una cuarta parte de los encuestados) y la violencia (la quinta). Esta es una fotografía de hoy de una carrera que apenas comienza. Según la encuesta, el uribismo comienza con un pie adelante. Pero en el camino los competidores pueden sorprender de la misma manera que le ocurrió a Uribe en 2002.