Visiblemente molesto, el presidente de la República, Gustavo Petro, desde Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, anunció que entablará una comunicación con el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, para que tome medidas desde el lado del vecino país, para ponerle freno de una vez por todas al fenómeno de las trochas ilegales.
En el discurso que realizó el mandatario colombiano en el marco de una nueva jornada de los diálogos vinculantes, fue directo en señalar que del lado colombiano se adoptarán drásticas medidas para que los “vivos de las trochas” no se apoderen del negocio del paso de mercancía.
“Que la panela, la guayaba y el bocadillo y esas confecciones, las camisas y pantalones puedan fluir legalmente y enriquecer sí, pero al pueblo, pero no al vivo”, sostuvo Petro.
Y agregó: “No abrimos ese puente para que los vivos en las trochas ilegales se enriquezcan, así que vamos a hacer cambios drásticos de este lado y voy a solicitar cambios de ese lado”.
“¿Va a hablar con Maduro?, pues sí, tocó hablar con Maduro porque esta frontera es para la gente, no para las mafias y siendo de la gente esta frontera estoy convencido de que el Norte de Santander tiene una perfectiva productiva en sus campos y en sus ciudades”, subrayó el jefe de Estado del Pacto Histórico.
Panorama agridulce tras un mes de la reapertura de la frontera con Venezuela
Después de siete años de cierres permanentes e intermitentes de la frontera colombo-venezolana, y de haber pasado un mes de la reapertura total de la relación bilateral, el ministro de Comercio, Germán Umaña, presentó los resultados preliminares y los estimativos apuntan a que en 2022 se llegue a completar la cifra de 800 millones de dólares.
En el cuatrienio, según expresó Umaña, se estaría llegando a los 4,5 mil millones, lo que equivaldría ya al 65-70 % de los números en el comercio bilateral que se tenía en la mejor época de la relación entre las dos naciones (cerca de 8.000 millones de dólares).
Las expectativas que tiene el ministro de Comercio son altas. De hecho, señala que, si bien la devaluación de la moneda es un nubarrón para los resultados, el avance en institucionalidad lo llevó a decir que “el contenido de la relación binacional es de felicidad y de esperanza”.
El funcionario detalló que no se trata solo de una relación comercial. Es clave que ya los ciudadanos, tanto de allá como de acá, ya no están pasando sobre las trochas, con todos los riesgos que eso implica, sino por los puentes y las vías legales.
No obstante, no desconoce que existe un paso fronterizo que se mantiene, y es el que lleva a los venezolanos a pasar por Colombia, de manera fugaz, para dirigirse hacia Panamá y de allí probablemente llegar a Estados Unidos.
Por el momento, de acuerdo con lo que ha venido señalando el ministro Umaña, la expectativa es que se empiece a reducir el contrabando por la frontera. De hecho, ya el invierno está haciendo lo suyo y ha llevado a deteriorar el paso de la ilegalidad, dijo el funcionario.
Umaña resaltó que ahora la migración en ese paso entre las dos naciones es pendular, lo que quiere decir que es equilibrada, que la relación entre los que entran y salen es estable.
De igual manera, destacó el hecho de que se esté fortaleciendo la institucionalidad, para hacer realidad la relación binacional, pues ya se han activado las embajadas y se avanza en la instalación de consulados, que serán para la protección del ciudadano y de los inversionistas en ambos países. Lo cierto es que la reapertura estaría ayudando a reemplazar lo que era ilegal, según el funcionario.
El ministro de Comercio resaltó el papel que está jugando la CAF (el banco de desarrollo de América Latina) con su programa especial para las fronteras, con el cual se financiarán o asesorará técnicamente la implementación de corredores para promover las exportaciones, se promoverá la siembra de cultivos (principalmente maíz) en la frontera, en busca de avanzar hacia la seguridad alimentaria y el enfrentamiento de la carestía de este tipo de productos, y se impulsará el turismo.