Los sindicatos están divididos entre quienes respaldan férreamente al Gobierno de Gustavo Petro y otra facción que ya está viendo con preocupación los saltos a la Constitución que ha planteado el jefe de Estado.
Uno de sus líderes es Alejandro Ospina Angarita, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Petrolera y Energética de Colombia (Utipec), y miembro de la mesa ejecutiva de la Confederación Nacional del Trabajo, habló con SEMANA sobre la necesidad de defender la institucionalidad colombiana.
SEMANA: La facción de la CGT que usted representa sacó un comunicado marcando varios reparos sobre el Gobierno de Gustavo Petro. ¿Está creciendo el malestar del movimiento sindical con el presidente?
Alejandro Ospina (A.O.): Esto no fue de hace una semana o hace un mes. Desde hace un par de años se empezó a generar una preocupación enorme acerca de la potencial intención que para entonces podía tener un posible Gobierno nacional de Gustavo Petro. Veíamos que unos líderes sindicales estaban casi que abandonando el rol de ser independientes a los gobiernos y empezándose a fusionar en el proyecto político del Pacto Histórico.
Eso empezó a generar malestar entre quienes hemos mantenido una responsable posición de independencia, democracia y pluralidad del movimiento sindical, entendiendo que no podemos perder la identidad y tenemos que seguir garantizando ser voceros de los trabajadores frente a este o cualquier Gobierno. Cuando fallece Julio Roberto Gómez, en 2020, estos ánimos comienzan a caldearse. En el movimiento sindical, desde 2019, había un sector buscando generar un estallido social como el que pasó en Chile y Julio Roberto era quien había logrado balancear ese Comité Nacional de Paro.
Hay unas facciones de la CGT que no han hecho más que aplaudir al Gobierno. Con el anuncio de una Asamblea Nacional Constituyente hay quienes sí queremos levantar la mano y exigir respeto por la Constitución y el ordenamiento institucional colombiano.
SEMANA: ¿Por qué los sindicatos no respaldan la idea de llamar a una Constituyente?
A.O.: En Colombia hay unos sindicatos cuyo rol hoy se está poniendo de manifiesto en el que, más allá de la defensa de los derechos de los trabajadores, era ser parte de una estrategia política para llevar al país a un modelo de socialismo del siglo 21. Esto queda evidenciado cuando eligen un Gobierno que les promete eso, se olvidan de las causas laborales y empiezan a hacer populismo político a favor del Gobierno.
Pero nosotros deberíamos estar alerta para que cualquier decisión que tome este o cualquier otro Gobierno que afecte los intereses de los trabajadores sea corregida cuando lo que está en riesgo es la institucionalidad y la Constitución Política de Colombia que ha sido nuestro norte. Nosotros tenemos que salir en defensa de la institucionalidad porque sin ella no habrán ni industrias, ni empresas y tampoco empleo decente. Eso es lo que ha sucedido en Cuba, Nicaragua, Venezuela y Norcorea, donde los modelos de Gobierno terminan destruyendo la sociedad.
SEMANA: ¿Qué decisiones del Gobierno de Gustavo Petro considera usted que están afectando los trabajadores?
A.O.: Desde la primera gran reforma, la reforma tributaria, fuimos enfáticos en decir que esa reforma destruiría empleos. Desde mi sector, el de los hidrocarburos, advertimos que generar una sobretasa de renta de 15 puntos adicionales para la industria petrolera destruía empleos de buena calidad. Las consecuencias ya se vieron. El año pasado se reportan más de 20 mil empleos perdidos en nuestra industria, además, por la posición obtusa de este Gobierno de querer destruir una industria legítima, legal y necesaria para la economía del país. Los impuestos al sector hotelero y a los alimentos ultraprocesados también han afectado esas industrias.
Luego llegan las otras reformas. Con la laboral, la misma ministra Gloria Inés Ramírez reconoce que no genera empleo ni va a mejorar lo formalidad, lo que nos parece un contrasentido. Nosotros vemos con gran preocupación una tendencia a promover el Unicato, que es una dictadura sindical propiciada desde los movimientos sindicales respaldados por este Gobierno: no nos olvidemos que esta CGT presidida por Miryam Luz Triana está siendo invisibilizada por el Gobierno nacional. Está siendo desconocida por artimañas desde el Ministerio del Trabajo para no reconocer su personería jurídica, con lo que han intentado mantener como representante legal al señor Percy Oyola y ser la que convocan a los escenarios de negociación porque es el que le copia a los llamados del Gobierno.
SEMANA: ¿En qué consiste ese Unicato del que usted habla y quiénes están ahí?
A.O.: Es un concepto que se ha desarrollado en el movimiento sindical para indicar una estrategia en la que unos sindicatos mayoritarios y tradicionales coincidentes con los que son ideológicamente afines al Gobierno van a ser los únicos que van a tener la capacidad de generar espacios de negociación y de convertirse en los voceros de los trabajadores en Colombia.
Un dato concreto: 3,5% de los trabajadores en Colombia pertenecen a organizaciones sindicales. Sin embargo, ese porcentaje es el único que tiene voz ante el Gobierno. El decreto 293 que reglamenta la negociación colectiva en el sector público nos lleva a que solo los sindicatos mayoritarios terminen negociando las convenciones colectivas con las instituciones y captando las cuotas convencionales que los trabajadores tienen que pagar para ser beneficiarios de la convención.
Eso se convierte en una barrera indebida al ejercicio de la negociación porque va a ser muy difícil que los trabajadores creen nuevas organizaciones. Eso es lo que llamamos Unicato y que se convierte en una forma de monopolizar la actividad sindical en Colombia.
SEMANA: ¿En este momento la mayoría del movimiento sindical está a favor o en contra de lo que ha venido haciendo el Gobierno con las reformas y el anuncio de la constituyente?
A.O.: De ese 3,5% de los trabajadores sindicalizados es posible que la mayoría hoy respalde al Gobierno. Dentro de la CGT, que somos la mayor central obrera del país, la mayoría no estamos de acuerdo porque el señor Percy Oyola representa una minoría. Pero ese es el punto que hay que analizar: ellos son apenas menos del 3,5% de los trabajadores del país, no el 96,5% que no está sindicalizado y que no podemos decir que están representados por la facción sindical que reconoce el Gobierno.
SEMANA: ¿Eso quiere decir que una parte de los trabajadores podría marchar, por ejemplo, en contra de la constituyente o de las reformas?
A.O.: Desde 2022, la primera marcha que se hizo en contra de estas reformas, los trabajadores que representamos este segmento del sindicalismo que no se ha plegado al Gobierno hemos estado marchando como un ejercicio de la libertad de manifestar nuestra inconformidad con este tipo de cosas. Lo seguiremos haciendo tantas veces como sea necesario.
SEMANA: ¿Usted considera que el movimiento sindical en su conjunto en Colombia ha sido, o no, lo suficientemente crítico con el Gobierno Petro?
A.O.: Entre los sindicalistas tradicionales hay un comité de aplausos a este Gobierno porque han puesto de manifiesto que su interés no es el interés de los trabajadores, sino un pretexto para promover un modelo político socialista en Colombia. Hoy que ven que se está alcanzando pues están allá matriculados.
Pero hay un segmento muy importante que creemos que las medidas que está tomando este Gobierno destruyen el empleo productivo, el empleo decente, y a la larga ponen en riesgo la estabilidad de la economía del país conduciéndonos a la pobreza como ya lo hemos visto en algunas naciones vecinas.
SEMANA: ¿En este momento usted considera que a Colombia le hace falta una Constituyente?
A.O.: No. Absolutamente no. Nosotros creemos que esa es una argucia más y no es una presunción que hacemos de manera irresponsable. Por el contrario, la historia nos lo ha demostrado. Estos regímenes como el venezolano, el cubano y el nicaragüense, como el fenómeno que pasó en Bolivia, usan ese camino para destruir la institucionalidad, atornillarse en el poder y causar los daños que nosotros queremos evitar con esta posición de rechazo a esa iniciativa del Gobierno colombiano.
SEMANA: ¿Eso quiere decir que el presidente Petro quiere destruir la institucionalidad colombiana?
A.O.: Nosotros tememos gravemente que esa sea la intención y cada día nos convence más con su actuación.
SEMANA: Entonces, si ese temor está ahí presente, ¿ustedes qué van a hacer?
A.O.: Nosotros seguiremos defendiendo la institucionalidad y la Constitución en el marco de la misma carta magna. Seguiremos haciendo movilizaciones pacíficas y, en los escenarios donde haya que debatir, debatiremos. Seguiremos respaldando las instituciones, el poder legislativo y judicial y, por supuesto, al Ejecutivo si decide corregir sus orientaciones que hoy vemos que son totalmente desastrosas para el país y para los trabajadores.
Mientras eso sucede, estaremos presentando estas voces de oposición y rechazo a esas iniciativas del Ejecutivo.