La Convergencia Sindical y Social Independiente, que une grupos al interior de la CUT, CGT y CTC que buscan proteger la autonomía de los sindicatos en el país, opinan sobre lo que han sido los primeros dos años del Gobierno del presidente Gustavo Petro.
A través de un documento, reconocen que su candidatura fue respaldada por un gran sector de los trabajadores y la dirigencia del movimiento sindical. Por las grandes expectativas, el resultado de la administración de Petro produjo “desencanto” entre este grupo.
“Las expectativas de un cambio fueron grandes, motivo por el cual el desencanto que hoy cunde entre los trabajadores también es de ese tamaño. Las encuestas, el sentir de la población y el carácter neoliberal de las medidas así lo demuestran”, se lee en el documento.
Y comparando lo hecho por Petro con las peticiones planteadas al expresidente Iván Duque durante las protestas sociales, “vemos que los resultados son no solo decepcionantes sino además contrarios a nuestras luchas y reivindicaciones”.
Destacan entre los puntos bajos del Gobierno el alza de los combustibles, que según ellos termina “golpeando duramente principalmente a los sectores medios y de menores ingresos”.
“Para empeorar, se anuncia incremento de 6 mil pesos en el diésel y se ejecutan más alzas en los peajes, medida ya iniciada la semana anterior”, agrega el comunicado.
Además critican la reforma tributaria: “Centrada en lesionar el bolsillo de los más pobres con el impuesto a los alimentos ultra procesados y azucarados y contra los micro, pequeños y medianos empresarios, que son quienes aportan el 80 % del empleo”.
Y también comentan sobre la reforma pensional, la cual aseguran va contra “los jóvenes y los trabajadores”.
“Fortaleció el negocio de los fondos privados: les reconoce 2.1 billones anuales por seguir administrando sus 420 billones de pesos de los trabajadores, además del regalazo obligatorio de las cotizaciones sobre 2.3 salarios mínimos”, añaden sobre la iniciativa, aprobada por el Congreso de la República.
Incluso, aseguran que la reforma laboral está “alejada totalmente de las propuestas de las centrales aprobadas”. En otro aparte, critican los incrementos al salario mínimo, que sería “inferiores sobre la inflación a los alcanzados en los gobiernos anteriores por la unidad y la lucha de los trabajadores”.
Al mismo tiempo, resaltan un “maltrato al sector estatal”, dado que “el Gobierno se niega a ampliar las plantas de personal permanentes y rechaza la formalización, crecen exponencialmente los contratos basura en todos los nive. les del Estado, y se firma un acuerdo estatal insulso además de incumplido”.
Además, resaltaron la carestía, los últimos escándalos de corrupción, la inseguridad y la violencia, la “desaparición” de la soberanía nacional, y el empeoramiento de la economía.
“A todo lo anterior se suma la destrucción de la poderosa unidad sindical consolidada en anteriores gobiernos. El movimiento sindical hoy está fraccionado como nunca por el papel de quienes como Fabio Arias y Percy Oyola pretendieron convertirlo en apéndice del gobierno, asumiendo el papel del esquirol y el rompehuelgas poniendo talanquera a las luchas y a la movilización de los trabajadores”, agregan sobre la crisis al interior de las centrales.
Finalmente, concluyen que luego de dos años “no hay nada que celebrar ni motivo alguno para participar en marchas de respaldo”.