Mientras el Congreso apenas se alista para discutir en segundo debate el proyecto que busca prohibir las corridas de toros, acaba de ser radicada una nueva iniciativa que le pondría un tatequieto a esa propuesta.
Contrario a lo que se ha venido pensando, la iniciativa señala que la discusión de las corridas de toros ya no es una tradición cultural a nivel nacional, por lo que cada municipio debe decidir si sigue permitiendo esta práctica “como una manifestación de una tradición regular, periódica e ininterrumpida dentro de su territorio”.
“Los entes territoriales, por intermedio de los Concejos municipales o distritales, o a través de los mecanismos de participación ciudadana previstos en la Constitución y en la ley, decidirán si los espectáculos taurinos serán considerados como una manifestación de una tradición regular, periódica e ininterrumpida dentro de su territorio”, apunta el proyecto, radicado por el representante conservador Juan Daniel Peñuela.
En caso de que la decisión del municipio sea la de prohibir las corridas de toros en su municipio, “deberá adoptar todas las medidas necesarias para garantizar a las personas que se dediquen a las actividades económicas relacionadas con las prácticas taurinas la continuidad del derecho al trabajo y el acceso a actividades culturales y deportivas”.
Este proyecto de ley implicaría un retroceso para la discusión que se ha venido dando en el Congreso sobre prohibir las corridas de toros en todo el país, pues abre la puerta a que algunos municipios puedan continuar con estas prácticas.
Este es un asunto que siempre genera una aguda discusión, tanto que en los últimos años se han hundido siete proyectos que tenían el propósito de prohibir las corridas de toros.
Y este año el Congreso discute un nuevo proyecto, que ya va para segundo debate, que tiene el objetivo de prohibir las prácticas taurinas tales como corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas, encierros y suelta de vaquillas, festivales cómicos taurinos y de aficionados prácticos.
El argumento principal del representante Juan Carlos Losada, autor del proyecto, para defender esta iniciativa está enmarcado en la necesidad de avanzar en el reconocimiento de los animales como seres sintientes y la obligación de que sean sujetos de una protección constitucional y legal especial.
Respecto a los comentarios de los detractores que señalan que las corridas de toros son una práctica cultural y que los taurinos son minoría, Losada señaló: “La cultura está en movimiento, la cultura no es estática, así lo ha reconocido la Corte Constitucional y por eso lo que ha dicho la Corte es que el Congreso tiene la potestad en el momento en que sienta que hay transformaciones sociales que merecen nuevas medidas, que se puedan hacer sin ningún tipo de restricción, luego es mentira que los taurinos tienen una protección constitucional”.
El representante agregó: “Debemos proteger la vida de los que no tienen voz y defender un país donde la cultura no sea sinónimo de violencia y muerte”.
El proyecto contempla, además, que el Gobierno nacional cuente con seis meses, una vez se expida la ley, para garantizar programas efectivos de reconversión económica para las personas que demuestren que sus ingresos y sustento económico principal se derivan de las corridas de toros.