“¿Puede el voluble presidente de Colombia traer la paz total?”. Así se titula el más reciente artículo de la prestigiosa revista británica The Economist, que hace un balance de los primeros seis meses del Gobierno de Gustavo Petro.
“Gustavo Petro, el primer líder declarado de izquierda del país, tiene grandes ambiciones”, señala el medio, quien dice que el mandatario fue “elegido por estrecho margen el año pasado” y “divide la opinión”.
“Para sus partidarios, su victoria representa una oportunidad histórica para lograr la justicia social en un país que ha sufrido medio siglo de conflictos internos, en parte por la tierra, y por el crimen organizado vinculado al narcotráfico. Sus críticos temen un debilitamiento del Estado de derecho y reveses económicos. Los planes de Petro son ambiciosos”, señala la publicación.
“También aboga por un cambio abrupto hacia la energía verde y reformas radicales de la salud, las pensiones y las leyes laborales. El presidente gobierna en parte por Twitter. Su gabinete es una mezcla incómoda de activistas y figuras más centristas”, dice The Economist, quien recuerda que el mandatario fue guerrillero del M-19. “Era un activista político, no un comandante: nunca disparó un tiro. Pero fue arrestado y, dice, torturado. El M-19 moldeó su identidad política”, anota el artículo.
La revista señala que el presidente Petro “abrazó a Hugo Chávez, el presidente autocrático de Venezuela, como amigo”.
“Incluso ahora, a los 62 años, Petro se enfrenta a controversias. Durante la campaña dijo que Colombia padecía “tres venenos”: cocaína, petróleo y carbón. En diciembre afirmó que gastar en autopistas era un despilfarro y que “solo sirven para importar productos y acabar con la producción nacional” en beneficio de “los dueños del gran capital”, anota la publicación.
Sobre Petro, The Economist dice que el manejo de la economía “probablemente determinará el éxito o el fracaso de su presidencia”.
“Durante su campaña, Petro alarmó a los inversionistas al prometer detener toda nueva exploración de petróleo, gas y carbón, que entre ellos proporcionan alrededor del 40 % de las exportaciones de bienes de Colombia y una gran parte de los ingresos del Gobierno. Los ministros de Energía y Medio Ambiente son ambos activistas que están a favor de esto. Los críticos dicen que haría más difícil la transición hacia una energía más limpia. El problema es que sin un gran aumento en la producción de gas natural, del cual Colombia probablemente tiene mucho, los ingresos serán menores y los costos, y quizás las emisiones, serán mayores. Tiene más sentido producir gas localmente que importarlo como gas natural licuado, como sugiere el Gobierno, lo que requeriría construir puertos y nuevas instalaciones de transporte”, asegura el artículo.
“Otra controversia se refiere a la reforma de salud propuesta por Petro. La Constitución de Colombia de 1991 creó un sistema basado en un seguro universal con subsidios para las personas más pobres, como en Francia o los Países Bajos. El presidente y su ministro de Salud quieren reemplazarlo con un esquema público financiado por los contribuyentes. El sistema existente tiene problemas, como la falta de competencia. Pero funciona. Los proveedores de salud privados subvencionados públicamente manejan 1.000 millones de recibos al año. Abolirlos corre el riesgo de ser un caos. (Roy) Barreras, un aliado de Petro, dice que trabajará para reformar el sistema existente en lugar de desecharlo”, señala The Economist.
“Petro también quiere abolir los fondos privados que administran las contribuciones a las pensiones de los trabajadores, en lugar de complementarlos con un plan público. La incertidumbre sobre sus planes golpeó al peso, que se depreció un 18 % frente al dólar entre la toma de posesión de Petro en agosto y el 7 de noviembre, un mínimo, aunque desde entonces se ha recuperado un 8 %. La economía es vulnerable al sentimiento del mercado”, anota la publicación.
Sobre la ‘paz total’, The Economist recuerda que el país ha firmado dos acuerdos. El primero con los paramilitares durante el gobierno Uribe, y el segundo con las Farc durante el de Santos. Sin embargo, dice que la violencia ha aumentado.
“Hay dos razones para eso. La primera es que el tráfico de cocaína sigue siendo más lucrativo que la vida civil, lo que provoca guerras territoriales. La segunda es que los acuerdos de paz estaban incompletos o no se implementaron en su totalidad”, señala The Economist.
Gobierno Petro anunció que no se eliminarán las EPS; entrarán a un proceso de transición y seguirán funcionando
El encuentro se realizó en las instalaciones del Ministerio de Salud y representa un giro en la actitud de la Casa de Nariño frente a estas empresas.
Más de tres horas duró la reunión entre el presidente de la República, Gustavo Petro, y los representantes de nueve Empresas Prestadoras de Salud (EPS). Al término del crucial encuentro, el Gobierno nacional anunció que esas entidades no se eliminarán y que se adaptarán al nuevo esquema de salud.
Alfonso Prada, portavoz del Gobierno del Pacto Histórico y ministro del Interior, fue enfático en asegurar que las EPS se mostraron dispuestas a entrar a un proceso de transformación dentro de la reforma a la salud, acomodándose al nuevo modelo.
“El proyecto bajo ninguna circunstancia elimina las EPS y tampoco les pone un término de subsistencia... (la idea es que) se acondicionen y puedan convivir dentro del nuevo sistema de prevención y atención primaria y tener todas las posibilidades de tener sus objetos sociales”, sostuvo Prada.
El presidente Gustavo Petro reveló detalles del encuentro de alto nivel en el que también participó la ministra de Salud, Carolina Corcho. El primer mandatario destacó la disponibilidad de las EPS de pasar al nuevo modelo de salud.
En un mensaje que publicó el jefe de Estado en su cuenta de Twitter, subrayó que las Empresas Prestadoras de Salud tendrán una función clave de atención primaria en el territorio nacional.
“Califico de excelente la reunión con las EPS. Hay voluntad de pasar al nuevo modelo. Valoran las EPS la necesidad de implementar el modelo de salud preventiva y atención primaria en toda Colombia”, publicó el mandatario colombiano en el mensaje.
Andrés Barragán, presidente de Compensar, señaló que el presidente Petro les expuso parte del contenido de la reforma a la salud que el Gobierno nacional radicará el próximo lunes 13 de febrero en el Congreso de la República. También asistieron Juan Pablo Rueda, presidente de Sanitas; Pablo Otero, presidente de Sura; Julián Guerra, de EPS de la Gente y Juan Gonzalo López, presidente de Salud Total.
“El presidente nos habló de transformación y estamos a la espera de que salga el articulado y despejamos una serie de dudas sobre el futuro del sistema salud en Colombia”, anotó Barragán. También dijo: “Nos dijeron que las EPS no desaparecen y vamos a seguir trabajando, pero sí debemos esperar el articulado”.
En el Tik Tak de María Isabel Rueda, la periodista había contado detalles de por qué se había dado ese giro. Según Rueda, un punto fundamental fue una reunión de esta semana entre la llamada Nueva EPS, el presidente Petro, el ministro de Hacienda, la ministra de Salud y el ministro del Interior.
“Allí, el presidente le preguntó a su junta directiva que si están en condiciones de recibir a siete millones de usuarios adicionales, provenientes de las EPS que se irían a cerrar. La Nueva EPS dijo, pues que no, que así súbitamente no. Que eso requería gradualidad, y que sería aconsejable que el presidente hiciera la misma consulta con otras EPS que sí funcionan, para que entre todas se repartan y reciban a esta cantidad de usuarios. Este episodio no significa necesariamente que el presidente haya accedido no acabar con el sistema EPS en Colombia, pero sí indica que por fin el mandatario está escuchando”, advirtió María Isabel Rueda.
La reunión es un giro muy importante en el debate sobre la reforma a la salud. Hasta este momento, la tesis principal de esa iniciativa era la eliminación de las EPS. Los directivos de estas compañías se habían quejado de que no existían espacios de articulación con la ministra de Salud. Por lo tanto, el encuentro nivel con el presidente alivió una de sus más grandes preocupaciones.
También significa un cambio en el tono de la discusión. Durante meses, la ministra Corcho había asegurado que las EPS eran responsables de muchos de los problemas del sistema de salud y por eso había que acabarlas. Había dicho, por ejemplo, que estaban detrás de la “quiebra de los hospitales” y que les adeudaban 50 billones de pesos. La cifra terminó siendo incorrecta y la Superintendencia de Salud tuvo que salir a rectificar.
El mismo tono del presidente Petro cambió. Hasta hace unos días, el primer mandatario había dicho que “si (las EPS) quieren sobrevivir” dentro del nuevo sistema de salud que se implementará en Colombia, deben sufrir una transformación, para acoplarse a las necesidades que requerirá la prestación del servicio. La afirmación la hizo durante el encuentro con los gobernadores del país.
“Lo primero que se hace es que la EPS no es el eje institucional, sino que es el Centro de Atención Primaria, que puede ser público o privado. O sea, la EPS puede, si quiere sobrevivir hoy en el nuevo sistema que proponemos, comenzar su sobrevivencia con Centros de Atención Primaria”, sostuvo el presidente Petro en esa reunión.
Recordó que dentro de su propuesta, se menciona la creación del Centro de Atención de Personas (CAP), el cual tendrá la misión de desplazarse al territorio y prestar el servicio de salud a los más necesitados. “Es decir, que con el tiempo tendríamos sistema universal con atención primaria y preventiva, y la unidad central de eso sería el CAP, habría miles de CAP”, insistió Petro.
Las salidas del Gobierno habían generado pánico en el sector salud y en especial en estas empresas. La presidenta de Acemi, Paula Acosta, en diálogo con SEMANA, dijo que “este debate de la reforma a la salud ha generado mucha incertidumbre entre la población. Y esa incertidumbre en un sistema de salud se traduce en mayores costos para el sistema. Las personas están atendiendo y buscando activamente muchos servicios de salud, con la preocupación de que se van a quedar sin su EPS”.