Uno de los puntos del corazón del Gobierno Petro es la reforma agraria y el principal actor es la Agencia Nacional de Tierras (ANT), que este año tuvo cambio de dirección: salió Gerardo Vega y llegó Juan Felipe Harman, exalcalde de Villavicencio. El primero de ellos, un técnico en asuntos de tierras que se despidió de la Agencia a comienzos de año. El segundo, un político que había hecho carrera en el Polo Democrático, cercano a la Alianza Verde, pero que no es experto en la materia.
La gestión de Harman no despega. SEMANA tuvo acceso a un documento que elaboró esa entidad como respuesta a una solicitud del Congreso; este constata que la adquisición de tierras para la reforma agraria y la contratación de personal que haga realidad ese proceso no ha avanzado ni al 1 por ciento en lo que va de 2024.
Las estadísticas son claras. En el rubro que dentro de los tecnicismos de la Agencia se conoce como “proyectos de inversión”, o sea, lo correspondiente a la contratación de personal, para la fecha solo se había ejecutado el 0,95 por ciento de la partida presupuestal de 4,9 billones de pesos asignada para este año. Sin personal no hay quien aplique la reforma, pero en ese componente el director le respondió a SEMANA que sí tiene trabajando a 4.000 funcionarios por prestación de servicios. No obstante, el problema persiste por la demora en la firma de los contratos, como lo certificó el documento.
El otro componente, y el más relevante para el corazón de la agenda del “cambio” que quiere implementar el presidente Petro, es el de la reforma agraria. Ese punto está registrado como el fortalecimiento del programa de reforma agraria y reforma rural integral y corresponde a los predios que se adquieren a fin de entregarlos a los campesinos, para el que están listos 3,9 billones de pesos, de los que hasta esa fecha solo se había ejecutado el 0,34 por ciento de los recursos.
“Los motivos de demora tienen que ver con arqueo, una revisión detallada frente a irregularidades que se presentaron en el pasado y que son de conocimiento público”, explicó el director Harman. Él defiende que la ejecución presupuestal es superior y compartió un informe en el que se detalla que el 8,7 por ciento del presupuesto de la Agencia ya está comprometido para el cierre de marzo y promete que la meta es adquirir 300 predios en cuatro meses, un “plan 300″ para desatrasarse en las compras.
Harman fue designado para dirigir la Agencia el 2 de febrero, con lo que lleva dos meses en la entidad de los tres directores que han cursado este año. A su llegada, todos los directores de las regionales y de las dependencias técnicas que operan desde Bogotá presentaron su renuncia protocolaria. Si bien él les dio un parte de tranquilidad sobre su continuación en la entidad, terminó sacando a varios del puesto mientras estaban en vacaciones, aceptándoles la renuncia o declarándolos insubsistentes y, en algunos casos, hasta después de reunirse con ellos.
Algunos hablaron con SEMANA con el compromiso de no mencionar sus nombres, pues su deseo es seguir trabajando por la formalización de las tierras. “Yo no tuve ni siquiera a quién entregarle el cargo. Todas las metas quedaron en el aire, porque no habían contratado personal. Dejaron la ANT sin personal técnico, porque toda la gente que contratan viene de Villavicencio”, aseguró una de las directivas que salió de la entidad.
Otra de esas fuentes sostuvo que “la Agencia entró en un stop. Este no es un tema político, sino técnico, y la entidad entró en un tema de contratación urgente, porque hay personas que empezaron a trabajar con expectativa en la Agencia y se quedaron esperando. Si no se contrata personal técnico, no se pueden formalizar las tierras”.
SEMANA tuvo acceso a la carta de renuncia de Daniel María Medina, ex secretario general, quien dio un paso al costado alegando “situaciones personales” y que acompañó esa misiva con el comentario de que “no se puede estar en donde no se comparte lo que hacen”.
Según la advertencia de quienes hablaron con SEMANA, se está “destecnificando” la entidad, a lo que el director Harman respondió: “Nosotros tenemos que hacer ajustes a los equipos que no cumplen con las metas establecidas por el Gobierno”. Sostuvo que esas denuncias son “falsas”, pues “en la Agencia tenemos un alto perfil técnico, estamos solidificando técnicamente esta entidad. En cambio de quienes hemos desistido de su trabajo, pues demuestran con sus resultados que no tenían ni la capacidad ni la idoneidad oportuna para ejercerlo”.
La ANT tiene escasez de ingenieros agrónomos, catastrales y topógrafos, y sin esos perfiles no pueden tomarse decisiones sobre tierras amparadas en lo técnico. Esta revista también conoció que en la Unidad de Gestión Territorial de Noroccidente les quitaron el rol de líderes a los jurídicos para entregarles esa tarea a los ingenieros civiles, y se cuestiona que funcionarios que no son abogados estén tomando decisiones jurídicas.
Además, se están priorizando las compras de predios a la SAE y no a los ganaderos que ofertaron, lo que deja las tierras por entregar ante un vacío jurídico futuro, pues muchos de esos terrenos tienen procesos legales en curso que no se sabe cómo terminarán, están ocupados y tienen problemas de seguridad. Todo un tierrero en la Agencia, el corazón de la reforma agraria que tanto ha reclamado el presidente Gustavo Petro.