Desde La Habana, el presidente Gustavo Petro anunció el cese al fuego bilateral entre el Gobierno y la guerrilla del ELN. En medio de su pronunciamiento, el mandatario colombiano habló de la asamblea constituyente de 1991 como el primer diálogo nacional, pero aseguró que quedó “incompleta” por la violencia que siguió después.
“Una oleada que muy recientemente no se había sentido en Colombia, la del genocidio (del cual hoy las generaciones actuales se dan cuenta a través de la confesión de Salvatore Mancuso, que se vuelve realidad plena): secciones del Estado y del poder político asesinando a su propio pueblo en masa”, dijo Petro.
Y luego lanzó una demoledora declaración: “Nuestro embajador en Alemania criticaba un poco que yo usara la palabra nazi, pero todos sabemos que aquí en Colombia hubo partidos nazis y que los discursos de Hitler se reproducían en la prensa conservadora de aquel entonces. Y nunca hubo un mea culpa como si lo hubo en el pueblo alemán”, afirmó.
Las declaraciones de Petro se dan horas después del reciente hallazgo de una fosa común revelada por el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso en su reciente audiencia ante la Jurisdicción Especial para Paz (JEP), la cual tendría 200 cuerpos.
La fosa fue encontrada en zona fronteriza con Venezuela a partir de los datos entregados por Mancuso, según señaló el presidente de la JEP, Roberto Carlos Vidal López. De acuerdo con los datos revelados por el exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), las fuerzas militares tenían conocimiento de este hecho.
Frente a esta información, el presidente Petro se comprometió a que estos cuerpos vuelvan a sus familiares, y criticó a quienes han puesto en duda la “confesión de Mancuso”.
“Se dedicaron a decir que la confesión de Mancuso era falsa, porque esa confesión muestra el mayor crimen cometido en la historia contemporánea en todas las Américas: el genocidio del pueblo con ayuda del poder. Ahora aparecen las pruebas: sus cuerpos, los del pueblo de Colombia asesinado, nos gritan también la verdad para que reaccionemos, para que no se repita, para que haya justicia”, dijo Petro hace algunos días, cuando se anunció el hallazgo.
La revelación de Mancuso fue realizada durante el segundo día de audiencia ante la JEP, celebrada a principios de mayo. En dicha diligencia, el exjefe paramilitar detalló los operativos que se adelantaron de la mano con la fuerza pública en la zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.
En su crudo relato, Mancuso —quien comandó durante varios años el Bloque Catatumbo— narró las incursiones que se realizaron en zona fronteriza, las masacres que se ejecutaron como estrategia de guerra, los desplazamientos forzados que generaron, las fosas comunes que se construyeron y las órdenes que recibieron para arrojar los cuerpos de sus víctimas a Venezuela.
Por orden del máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño Gil, se fijó que durante las incursiones se tenían que dejar “tirados” los cuerpos sin vida de las víctimas, esto como una estrategia de guerra para sembrar miedo en la población civil y enviarle un mensaje directo a los grupos guerrilleros, con quienes sostenían una guerra a muerte.
“Pero eso llegó al extremo de que nos llevábamos por delante poblaciones que se desplazaban. Producto de este temor y este terror que infligíamos con nuestras acciones (...). Así que fue parte del teatro de operaciones poner en escena un teatro de terror, un teatro que impactara, que el enemigo viera si estoy aquí o continúe aquí”.
En su declaración, el excomandante paramilitar se comprometió a entregar, en una audiencia reservada, los nombres y cargos de los oficiales que participaron en las acciones anteriormente mencionadas.