El Ministerio de Minas y Energía, tal como otras entidades del Estado, se encuentra ubicado en el Centro Administrativo Nacional (CAN), en Teusaquillo. El proyecto fue ideado por el Gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, y su construcción se ejecutó entre 1956 y 1962.
Luego de más de 60 años de su construcción, la estructura de varios de los edificios sigue siendo la misma. Uno de ellos pertenece al MinMinas, el cual cuenta con seis pisos y un poco más de 4.000 metros cuadrados. Pocos han sido los cambios y reparaciones que ha tenido a lo largo de los años, por lo que preocupa su deterioro.
Por esta razón, Sintraminerales, uno de los sindicatos del sector de minas y energía, expresó públicamente su inquietud por el estado de las instalaciones de la sede principal. Aseguró que ponen en riesgo las vidas de los funcionarios y contratistas que laboran en ellas.
“Saltan a la vista las diferentes grietas, goteras, roturas de vidrios y daños estructurales que ponen en riesgo la vida, la integridad y la salud de los funcionarios y colaboradores de esta entidad y, en general, de todos los usuarios que ingresan a diario a las instalaciones de este ministerio”, manifiestan los sindicalistas.
Además, aseguran que reconocen la gestión del ministro para cambiar de sede y culpan a “los tecnócratas de Hacienda Pública de cualquier catástrofe que pueda ocurrir, de no ser atendidas con prioridad las medidas urgentes para proteger nuestras vidas. Ellos se justifican en la política de austeridad del gasto”.
SEMANA visitó la sede del Ministerio de Minas y Energía, donde evidenció el deterioro de la estructura, los desniveles en el suelo, la rotura de baldosas y las grietas en las paredes junto a los escritorios de trabajadores.
A simple vista, resalta lo antigua que es la estructura. Lo primero que se pudo ver en el momento de la visita fue la caída de un pedazo de la fachada durante el último temblor fuerte en la capital del país. La zona está acordonada, por lo que la administración reconoce que implica un riesgo.
En las escaleras que llevan al segundo piso, se pueden ver las placas de granito del suelo con grietas e incluso desniveladas hacia abajo en los escalones, por lo que se corre riesgo de que se rompan mientras se utilizan.
Las primeras oficinas están llenas de grietas y baldosas reemplazadas por unas de color similar. Es visible que varias grietas en los muros fueron reparadas, pero algunas vuelven a rajarse por el mismo lugar. El techo también presenta roturas que, por lo general, coinciden con el deterioro de la pared.
Según le cuentan funcionarios a SEMANA, en algunos lugares se ha decidido retirar estantes y bibliotecas de las paredes. Incluso, se determinó enviar documentos en físico a otras entidades con el fin de no darle más peso a la estructura.
Por otro lado, en la terraza se puede observar una grieta de más de dos metros de largo y un centímetro de apertura en un muro que se nota que podría caer si se mueve o aplica peso. Los trabajadores viven con temor a un accidente que los hiera o los mate: “No sabemos en qué momento este edificio se nos venga abajo. No es justo ni respetuoso con nuestras vidas e integridad personal”, dijo un funcionario a SEMANA, quien prefiere que su nombre se mantenga en reserva.
“No quería traer a mis hijos a la actividad que hubo recientemente con los niños. La verdad es que uno no sabe qué pasará, no nos han capacitado sobre el plan de evacuación. Vivimos con mucho temor de cualquier movimiento telúrico. Nos puede caer encima una lámpara, cualquier pared o marco de puerta”, manifestó otro trabajador.
Y los últimos sismos tuvieron serias repercusiones: “El día del temblor fuerte se agrietaron las paredes, las baldosas se levantaron totalmente. Uno caminaba y podía tropezarse.
El ministerio lo que hace es resanar. Los funcionarios le contaron a este medio que el cristal de la puerta de entrada se rompió en el último temblor, pero la reacción del ministerio fue solo reemplazarlo.
No aguanta un sismo
La fragilidad del edificio no es solo visible. SEMANA tuvo acceso a decenas de documentos que prueban que la estructura podría ceder ante un sismo y manifiestan que el Ministerio de Minas sí sabe del riesgo que corren sus trabajadores.
En 2022, el Ministerio de Minas y Energía contrató un análisis de vulnerabilidad sísmica y estructural de la sede. Esta fue ejecutada por la empresa Consultoría y Supervisión de Estructuras S. A. S., cuyos resultados finales se conocieron en enero de 2023. Este estudio determinó que los arreglos necesarios para la estructura costarían más de 68.500 millones de pesos.
También reportan las grietas y daños estructurales que se ven a diario, argumentando que “podría representar manifestaciones de fallos estructurales, existiendo la posibilidad de que se pueda configurar un posible riesgo para la vida de los funcionarios de la entidad, así como también para la preservación de los bienes inmuebles”.
Incluso informaron que “las resistencias reportadas de los elementos son menores a la resistencia mínima permitida por el reglamento NSR-10 C1.1.1. Lo que hace inviable y tedioso el desarrollo del reforzamiento”, con referencia al ‘Reglamento colombiano de construcción sismo resistente’.
Por otro lado, en abril de 2023, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) hizo un análisis del estado de la estructura. La conclusión fue que existen fisuras, dilataciones en divisiones de drywall, levantamiento de baldosas e incluso huecos en el techo.
La grieta en la terraza permanece idéntica casi un año después, pero no concluyen en que la estructura esté comprometida. En octubre, hicieron otra revisión en la cual se asegura que “no se ha implementado ninguna acción de reparación y/o intervención de los daños relacionados con el diagnóstico”.
El Ministerio, frente a que los costos del arreglo eran más altos que la demolición y reconstrucción, decidió que debía trasladar la sede. En un comunicado de octubre de 2023, el secretario general no solo habla sobre garantizar la “seguridad” de los trabajadores, sino que dice que existían opciones para mudarse a una oficina en arriendo.
Este medio también tuvo acceso a un documento del Ministerio de Hacienda, con fecha del 6 de diciembre de 2023, en el que autoriza un cupo de 9.971.567.925 pesos de vigencias futuras para 2024, con el fin de garantizar el arriendo del lugar. Sin embargo, el sindicato denuncia que se desconoce en qué quedó el proceso contractual.
“En reuniones nos dijeron que el Gobierno nacional hizo recortes, entre ellos, lo asignado para el arriendo de la sede del Ministerio de Minas”, manifestó un miembro de Sintraminerales, quien asegura que el proceso está frenado.
En respuesta a una solicitud de SEMANA, el Ministerio de Minas y Energía aseguró que hicieron la gestión ante el Ministerio de Hacienda para garantizar recursos del traslado. Además, aseguran que, según el Idiger, no está comprometida la estabilidad estructural, pero omiten el reporte de la firma contratada. Por otro lado, afirman que el proceso contractual sigue y los recursos están asegurados. Además, desmienten al sindicato argumentando que el proceso sigue en etapa de buscar alternativas de oficinas con entidades del Estado.
En 2023, las “propuestas recibidas implicaban el acondicionamiento del inmueble”, pero implicaba sobrepasar la vigencia, por lo que se decidió arrendar en 2024. Además, informaron que 204 trabajadores se encuentran ejerciendo sus funciones desde las casas. Mientras tanto, los trabajadores de la cartera pasan la mayor parte de sus vidas en una estructura insegura, lo que genera zozobra a sus familiares y el temor de que, en un temblor, todo se venga abajo.