SEMANA: ¿A qué se dedica después de su campaña a la Alcaldía de Medellín?
GILBERTO TOBÓN (G. T.): Visito a mis hijos en Estados Unidos, donde ellos viven; regreso en una semana a Colombia y pienso sentarme a escribir algunas cosas que se me quedaron en el tintero por la campaña. Yo quiero decir lo siguiente: me parece que el triunfo del candidato de la ultraderecha en Argentina, Javier Milei, señala una pauta general. Me atrevo a hacer pronósticos porque no me da miedo a equivocarme: Gustavo Petro no deja sucesor, así lo intente, vuelve la derecha al poder y le cierra el espacio a la izquierda por dos décadas o más.
SEMANA: ¿Cómo así?
G. T.: Veo a Petro dando tumbos. Me parece que su alianza con Nicolás Maduro, cada vez más intensa, no le conviene al futuro del país. Venezuela es una base militar rusa, Estados Unidos no va a mirar con buenos ojos eso y Petro cada vez se va a enredar con ellos. La economía está mal, los capitalistas no quieren invertir, tienen temor, la reforma laboral los asusta. Yo pienso que el Gobierno Petro está dando tumbos. Y la guerrilla está creciendo muchísimo, tienen las manos sueltas. En ese orden de ideas, la situación de confrontación puede empezar a crecer en Colombia porque, a diferencia de Venezuela, la burguesía colombiana no les teme a las guerras. Se ha hecho de ellas. Veo muy difícil la situación del país, puede empezar una confrontación muy intensa. Yo miro con preocupación eso.
SEMANA: ¿Por qué asocia el mal futuro político de Petro al triunfo de Milei?
G. T.: Porque Milei es un hombre de ultraderecha y aquí llegará la derecha reforzada al poder. Ese es mi pronóstico. Petro -reitero- cerrará el espacio para la izquierda por más de diez años. El gobierno de Petro va muy mal. ¿Cómo le parece la última asociación entre Ecopetrol y PDVSA? Vamos a cargar una empresa quebrada, investigada internacionalmente. ¡Hombre, por Dios! Es que los que están al comando del Estado venezolano son un grupo de gente que depende totalmente de los rusos y los chinos. Eso hay que decirlo sin miedo. Venezuela es una base militar rusa. ¿Usted cree que Estados Unidos va a tolerar eso? Yo no creo. Lo digo de frente: veo enredado a Gustavo Petro. Veo la situación del país muy mala, muy oscura.
SEMANA: Usted dice que Petro no dejará sucesor. Ni siquiera Gustavo Bolívar, por ejemplo…
G. T.: No, Gustavo Bolívar se quemó en Bogotá. ¿Quién más? Es que no tiene más.
SEMANA: Carlos Caicedo…
G. T.: Es un hombre bueno, decente, lo defiendo todavía, pero no creo que tenga la fuerza suficiente en el país. Y se lo digo a SEMANA: Gustavo Petro no quiere a Carlos Caicedo y nunca lo ha querido. Petro no gusta de Carlos Caicedo, se lo dice Gilberto Tobón.
SEMANA: ¿Por qué?
G. T.: Qué voy a saber yo, seguro, le darán celos, temor, no gusta de Carlos. Se lo digo yo.
SEMANA: ¿Y no ve a Francia Márquez de candidata presidencial?
G. T.: (risa). No, eso es un chiste suyo. Insisto, Petro no deja sucesor. Acaba de perder las regionales estruendosamente. En Bogotá perdió el pie de apoyo que tenía. Entonces, ¿de dónde va a resurgir?
SEMANA: De otro lado, ¿Álvaro Uribe le debió aceptar el café a Gustavo Petro?
G. T.: Uribe ha logrado sobreaguar. En Antioquia no le fue mal, puso gobernador, pero ¿es que sabe dónde empiezan los problemas? Cuando Gustavo Petro ponga fiscal general de bolsillo. Los problemas empezarán cuando Gustavo Petro ponga fiscal de bolsillo en febrero. Yo sé que esto será una bomba, pero hay que decirlo.
SEMANA: ¿Por qué?
G. T.: Porque empezarán a perseguir gente en este país. A todos los enemigos de Gustavo Petro los van a perseguir, así como lo oye. No es porque los otros fiscales hayan sido muy buenos. No ha habido un fiscal bueno.
SEMANA: ¿Usted cree que entre los perseguidos por el nuevo fiscal estará Álvaro Uribe?
G. T.: Es muy posible. Vienen tiempos muy difíciles, vienen tiempos cruzados, como dicen los pilotos de avión.
SEMANA: ¿Cómo ve los señalamientos de Salvatore Mancuso contra Álvaro Uribe? Lo señaló de conocer sobre la masacre del Aro cuando fue gobernador de Antioquia en 1997.
G. T.: Ese fue uno de los peones de gambito que movió Gustavo Petro. Primero lo llama recién posesionado y hacen las paces. Y después le suelta el toro de lidia que es Mancuso, se lo soltó ahí, cójalo, embístalo. Es que Álvaro Uribe no es bobo, él sabe. Se lo mandaron para hacerle la vida imposible a Uribe. El problema no solo es ese, el verdadero problema es el fiscal de bolsillo que viene.
SEMANA: Es decir, ¿usted cree que Petro envió a Mancuso para fastidiar a Uribe?
G. T.: Sí, claro, es evidente, por eso le dio el estatus de gestor de paz.
SEMANA: Entonces, ¿no saldrá algo bueno del café Petro-Uribe el próximo miércoles?
G. T.: No, saldrán mentiras, treguas muy endebles y de muy corto aliento.
SEMANA: ¿Hay mucho ‘petroentusado’ en Colombia?, es decir, personas que votaron por Petro y están arrepentidas.
G. T.: Yo soy uno. Dije que votaran por él porque era el menos malo de los tres y eso creo, pero está dando demasiados bandazos, demasiados. Esa alianza con Venezuela, por ejemplo, es un romance peligrosísimo.
SEMANA: ¿A quién escucha Gustavo Petro?
G. T.: Se escucha a sí mismo cuando se mira en un espejo, no es asesorable.
SEMANA: Yo lo estoy escuchando a usted muy pesimista y me preocupa.
G. T.: Sí, muchísimo, muy pesimista estoy.