La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Concha Baracaldo, fue una de las últimas funcionarias en ser nombradas por el presidente Gustavo Petro y la primera en recibir un durísimo jalón de orejas por parte del mandatario en menos de tres meses de su gestión.
Ocurrió en La Guajira, hasta donde llegó el dirigente del Pacto Histórico, y confirmó que el ICBF del cambio, como bautizó a su programa de gobierno, no ha funcionado. En lo que lleva él de presidente se han muerto 20 niños wayúu por desnutrición, reconoció indignado.
“Bien dijo alguien, si se van a repetir las cosas como se están haciendo, pues vamos camino al abismo; si el ICBF hace lo mismo que ha hecho durante los últimos años, que ha visto morir miles de niños, si siguen repitiendo lo mismo, van a seguir viendo morir a miles”, expresó el presidente.
Petro estaba advertido de que Baracaldo no tenía la experiencia para estar en el cargo. Además, sobre ella se tejían todo tipo de especulaciones, entre ellas que cuando ofició como secretaria de Planeación de Chía, Cundinamarca, no quiso sellar un prostíbulo que funcionaba a escasos metros de un colegio. La mujer que hoy vela por el bienestar de los niños en Colombia dijo en 2004, la fecha de los hechos, que no existían las pruebas suficientes para clausurarlo.
Aun con el calibre de los señalamientos, además del ruido que generó la exfórmula vicepresidencial Ángela María Robledo en contra de Baracaldo, el presidente se hizo el de oídos sordos y avanzó en su designación. En los pasillos de la Casa de Nariño tienen claro que detrás de su nombramiento está Verónica Alcocer, la primera dama de la Nación.
Sin embargo, el desgaste de la funcionaria es evidente. En menos de cuatro meses no genera mayores resultados, su trabajo es desconocido por el Gobierno central y ya el presidente la tiene entre ojos después de reconocer públicamente que el ICBF, una de las entidades de mayor burocracia en el Gobierno, está convertida en una institución que parece más de lo mismo.
Baracaldo se está quedando sola y, contrario a lo que ocurrió con la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, la propia izquierda está en su contra en solidaridad con el presidente.
El senador del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, dijo: “Criticando la gestión del ICBF en La Guajira, Petro se convierte en el primer presidente capaz de hacer autocrítica a su propio Gobierno. Ahora falta que la directora tome correctivos, demuestre que es capaz de enfrentar los retos de su cargo o dé un paso al costado”.
El abogado Augusto Ocampo, quien hizo parte del Pacto Histórico, afirmó: “Tras semejante regaño, lo digno es renunciar. La directora del ICBF no puede seguir al frente de dicha entidad. Los derechos prevalentes de los niños deben ser la prioridad de quien tiene la responsabilidad de proteger a nuestros niños... Señora Concha, por favor, renuncie ya”.
Nicolás Petro, el hijo del presidente, no pudo ocultar su molestia en Twitter. “Si hay funcionarios que no están a la altura o no creen en el proyecto de cambio del Pacto Histórico, lo mejor es que den un paso al costado, que renuncien inmediatamente. La situación de La Guajira es inaceptable”, escribió.
Después de su mensaje, varias voces de líderes progresistas se fueron sumando, entre ellos la excandidata vicepresidencial Ángela María Robledo. “De acuerdo con Nicolás Petro, hay personas en el Gobierno del Pacto Histórico que no están comprometidas con Colombia potencia de la vida, entre ellas Concha Baracaldo, directora del ICBF, quien debe renunciar como lo sugiere Nicolás”.
Una de las más molestas con esta situación ha sido la representante de Alianza Verde Katherine Miranda, quien aseguró que “la situación del ICBF en cabeza de Concha Baracaldo es grave”.
Por eso, la representante anunció: “Citaremos a debate de control político por su desafortunada gestión”.
Por ahora, no se conoce oficialmente que Concha Baracaldo esté contemplando dar un paso al costado en el ICBF, pero si la falta de resultados sigue enfadando al presidente, ella podría terminar fuera del cargo.