En medio de lágrimas y mostrando su rostro con señales de sangre producto de las heridas en su cabeza, el concejal de Bogotá por la Alianza Verde, Julián Triana, les contó a sus seguidores cómo logró salir con vida de un atraco a mano armada en el barrio Modelia de la capital del país.
“Pasé la peor noche de toda mi vida, creí que no iba a contar la historia; se los aseguro, en la vida me habían apuntado con una pistola, me pegaron, me rompieron la cabeza, tres hombres armados después de cerrar nuestro carro con una motocicleta en el barrio Modelia, donde me crie. Sentí el susto más grande en mi vida”, relató el dirigente capitalino en un conmovedor video que está circulando a través de las redes sociales.
Triana –uno de los concejales más jóvenes de Bogotá– informó que “se iban a robar el carro; fue absolutamente horrible, me robaron la billetera, dispararon, un celador que, de verdad, es como un ángel, estaba a las 3:30 de la mañana en Modelia, él salió sin armas y le comenzaron a disparar, tres disparos, nos botamos al piso. Luego, cuando me subo al carro, veo que estoy sangrando. No sentí el golpe cuando me pegaron con la pistola, no hago memoria de lo que pasó”.
Él iba en su carro particular con dos personas más. “Cinco hombres en una moto y en un carro deportivo negro, quienes nos abarcan mientras estamos detenidos y con armas de fuego nos hacen bajar del vehículo”, narró.
Uno de ellos –según su relato– le apuntó a la cabeza “con solo algunos centímetros de distancia adentro del carro y una vez fuera, el otro me apuntó en el pecho y me dio un golpe contundente”.
En medio del atraco, uno de los delincuentes le cogió el celular al concejal y le gritaba con mucho odio, según el dirigente político, que le pasara el control del carro para llevárselo.
“No pudieron arrancar el carro y mientras tanto el celador de esa cuadra (solo y desarmado) generó una alerta a la cual ellos respondieron con tres disparos”, precisó.
Triana y sus amigos no tuvieron otra alternativa que botarse al suelo. “Habré cerrado los ojos mientras lloraba y temblaba en el suelo. Los disparos alertaron a la gente y ellos se fueron con nuestras pertenencias, pero sin el carro que era lo que realmente querían”, afirmó.
Dijo que en el CAI de Hayuelos los atendieron con eficiencia. Y en el Hospital de Fontibón le pusieron cuatro puntos en la cabeza. “Vernos después vivos y juntos fue un recordatorio hermoso de que la vida es un ratito nada más”, relató.
Ya instauró las respectivas denuncias ante las autoridades.
Mientras tanto, “seguiré llorando por la angustia que todavía siento y también por la tristeza que me genera que mientras unos trabajamos con el corazón por nuestra ciudad, otros viven de hacer el mal y arruinar la tranquilidad de las familias que esperan por nosotros en casa. Ojalá se haga justicia”, expresó visiblemente conmovido.