Barreras está preocupado. Desde que asumió la dignidad, el pasado 20 de julio, trazó una hoja de ruta para definir la agenda legislativa que daría vida a las promesas de campaña del presidente Gustavo Petro, pero el ritmo que quiso imprimirle al Legislativo no está dando resultado.

En los dos retiros programáticos que tuvo el Pacto Histórico, antes de que se posesionara el presidente Petro, se definieron doce prioridades legislativas para trabajar a toda máquina. Barreras anunció que las reformas y proyectos llegarían desde el 7 de agosto, pero en esa fecha solo llegaron la reforma tributaria y la reforma al Código Electoral. Ninguna de las dos iniciativas ha empezado su trámite, a pesar de que se radicaron hace más de 30 días.

Aunque las intenciones de Barreras han sido buenas, la realidad es que las promesas que hizo no se han cumplido. El pasado 12 de julio dijo en un video que publicó en su cuenta en Twitter que acabaría “con la guachafita de sesionar solo dos días por semana. Trabajaremos, por lo menos, cuatro días para avanzar hacia el cambio”. A duras penas se está haciendo una plenaria por semana.

Sin embargo, Barreras no es culpable porque realmente la plenaria no tiene proyectos para discutir. La agenda legislativa no avanza “a toda máquina” y mucho menos ha podido hacer uso de las normas que están en la Constitución para acelerar los trámites legislativos porque sencillamente no hay proyectos y reformas de envergadura, excepto la tributaria que, por cierto, está frenada y nada que empieza su debate. Aunque esa reforma tiene mensaje de urgencia, las alarmas no se han encendido, pero el tiempo, como en el fútbol, sigue corriendo.

Más allá de la discusión de la mecánica legislativa, lo cierto es que el presidente del Congreso ha tenido que llamarles la atención, en varias ocasiones, a los ministros para que radiquen las reformas y proyectos de ley, advirtiéndoles que el tiempo apremia y la aprobación de las propuestas se condicionaría conforme vayan pasando las semanas.

“¿Gobierno presentará ajustes a la Ley 30? Proyecto de sometimiento a justicia de bandas multicrimen? ¿Ley de baldíos? ¿Ajustes a tarifas de energía vía ley? ¿Ajustes a la Creg?”, se preguntó Barreras citando a los ministros Alfonso Prada, Néstor Osuna, Cecilia López, Alejandro Gaviria e Inés Vélez.

Presidente del Congreso (Photo by JUAN BARRETO / AFP) | Foto: AFP or licensors

Aunque voluntad política existe y la coalición de gobierno se consolidó para sacar adelante las propuestas legislativas, los ministros no han radicado los textos y por eso el Congreso está marchando a media máquina. El acelerador prometido no se ha metido a fondo y el cambio no se ha visto, por lo menos, en los primeros 30 días de Gobierno.

Sobre la tributaria, Barreras ya pidió al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, “meter el acelerador” porque la iniciativa ya lleva seis semanas por los pasillos del Congreso y no ha tenido su primer debate, sin contar con que llegar a los $25 billones de recaudo es una realidad que se está desdibujando.

En el primer consejo de ministros, el presidente Petro pidió austeridad en el gasto y eliminar todas las nóminas paralelas. | Foto: CESARCARRIONN

De la reforma política no se tienen noticias y la radicación está pendiente. Desde hace dos semanas se ha dicho que el texto está en construcción, pero el Ministerio del Interior no la ha presentado. Las iniciativas que sí han llegado son: la ley contra el hambre, el estatuto del campesino, la modificación a la ley de orden público y la jurisdicción especial agraria, pero ninguna tiene ponencia para arrancar la discusión.

Por ahora, el cambio está sin acelerador y solo quedan 14 semanas para que la avalancha de reformas anunciadas hagan trámite en el Congreso. Barreras está haciendo todo lo que está a su alcance, pero no puede obligar a los ministros para que cumplan con su trabajo. ¿Qué estará pasando en el Gobierno?