SEMANA: ¿usted y su partido no se arrepienten de no apoyar la reforma tributaria de Gustavo Petro?
JULIO TRIANA (J. T.): no hay de qué arrepentirnos. Hemos tomado una decisión con fundamento en el estudio riguroso de la reforma presentada por el Gobierno. No hay por qué arrepentirnos porque lo que estamos reivindicando es la situación económica de miles de colombianos, del pequeño comerciante, de los cafeteros, de los emprendedores, de las personas que viven del turismo y que se ven altamente afectadas con esta reforma. Pero de eso no se ha querido hablar. Lo que estamos diciendo es que no vemos dónde se van a invertir los tan anunciados 25 billones de pesos. Eso no lo ha dicho el Gobierno. Tampoco ha presentado un plan riguroso de lucha contra el contrabando y contra la evasión. Son miles de toneladas de arroz que ingresan por contrabando a este país y no están pagando impuestos.
SEMANA: ¿no hubo posibilidad de un consenso con el gobierno Petro? ¿No les aceptaron ninguna de las peticiones de Cambio Radical?
J. T.: el partido, a través de los congresistas que forman parte de las comisiones económicas, ha expresado sus preocupaciones, como también lo ha hecho mediante un comunicado abierto a la opinión pública. A la fecha de hoy no hemos visto ninguna respuesta o consideración del Gobierno nacional frente a las inquietudes y preocupaciones que tenemos. Por esa razón, considero que la posición que estamos asumiendo es la de un partido serio frente a la economía del país, al ciudadano de a pie.
SEMANA: ¿qué final cree usted que tendrá la reforma tributaria en el Congreso?
J. T.: el Gobierno advierte unas mayorías, seguramente con los partidos de Gobierno tendrá mayorías en el trámite. Yo quiero insistir: ¿en qué van a invertir estos 25 billones de pesos? ¿Cuál es la propuesta de lucha frontal contra la evasión y el contrabando?
SEMANA: usted dice que el Gobierno tiene mayorías, pero el Partido Conservador, La U, el Liberal ya le están mostrando los dientes a la reforma del ministro Ocampo.
J. T.: hay que tener la capacidad de análisis y discusión responsable de esta reforma. No se puede sacar a la carrera, no es una reforma para sacarla en el menor tiempo posible. Se debe dar el tiempo y las garantías para que, ojalá, todos los partidos fijen sus posiciones y logren conectarse con muchos de los colombianos de a pie a quienes les va a subir muchos de los productos de la canasta familiar.
SEMANA: pero el Gobierno envió un mensaje de urgencia.
J. T.: insisto, tiene que haber unos debates, unas discusiones que le permitan al Congreso que representa al pueblo colombiano expresar sus inquietudes, sus preocupaciones. Una reforma tributaria a la carrera no dejará muy bien parado al Gobierno. La sana y amplia discusión será una garantía necesaria para el Congreso y el Gobierno.
SEMANA: de otro lado, ¿cómo le ha parecido el gobierno de Gustavo Petro que está cerca de cumplir su primer mes de mandato?
J. T.: para quienes apoyamos la paz en el pasado, la apoyamos en el presente y la defenderemos en el futuro, nos parece que defender la paz como prioridad de gobierno es muy interesante. Nos preocupa mucho que se vea como contradictores o enemigos a quienes pensamos u opinamos diferente en ciertos asuntos del Gobierno porque solo en las dictaduras se puede calificar de enemigo a quien tiene una opinión diferente. Creemos que es necesario que se den las garantías a las discusiones, pero lo más importante es que el Gobierno mantenga el diálogo que ofreció desde el primer día con todos los sectores políticos.
SEMANA: por cierto, ¿en qué quedaron las diferencias suyas y de otros colegas con el presidente de la Cámara, David Racero, porque dijo que les suspendería las comidas? Al fin qué, ¿el Congreso paga comidas a sus legisladores?
J. T.: no es cierto que en la Cámara de Representantes se les pague el almuerzo o comida a los congresistas. Es una falacia, es evidente que muchos congresistas quieren hacer su campaña y hacer crecer su popularidad a costa del Congreso. Por eso, es necesario que se aclare una cosa de esas porque debería dar el nombre de quienes piden que se les pague la comida. Generalizar no solo es populismo, sino que atenta contra el buen nombre de muchos que solo tenemos el interés de hacer las cosas bien.
SEMANA: ¿ustedes le reclamaron a David Racero?
J. T.: en plenaria, los voceros expresaron a nombre de cada partido su preocupación, el presidente dio unas consideraciones y yo creo que ese debate sirve para que en adelante lo que se hable es de una reforma al Congreso integral, no por temas que generan popularidad, retweet, visibilidad en el Facebook.
Hay que bajar los salarios de los congresistas, como hay que hacerlo en las tres ramas del poder. Ningún funcionario público, sea de la rama ejecutiva, legislativa o judicial, puede ganar más de 25 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
El Congreso necesita ir mucho más allá: aceptar una propuesta de Cambio Radical que tiene que ver con reducir las vacaciones de los congresistas. Es una vergüenza que el Congreso salga de vacaciones el 16 de diciembre y vuelva el 16 de marzo cuando muchos proyectos se hunden por falta de tiempo.
También debe limitar el periodo de los congresistas en cada una de las cámaras. Es absurdo que en Colombia todavía haya congresistas que se sientan orgullosos al decir que llevan 30 años en el Congreso. Eso es cerrarles la puerta a las nuevas generaciones. Lo mismo que el castigo del ausentismo. No más congresistas vagos, no más congresistas golondrinas. Esas reformas estructurales son las que requiere el Congreso, no posiciones populistas de youtubers o congresistas que solo buscan mejorar su imagen o ganar popularidad utilizando, entre otras, el mal momento y la mala imagen que tiene el Congreso.