El Gobierno nacional tiene el control de la Universidad Nacional de Colombia, una de las instituciones de educación superior con más prestigio en el país y en Latinoamérica. La Casa de Nariño se impuso en la elección del nuevo rector, retirando a José Ismael Peña, elegido por méritos, para ubicar a Leopoldo Múnera, quien es mucho más cercano ideológicamente.
Desde que el Gobierno nacional comenzó a ventilar la idea de una asamblea nacional constituyente, Múnera adoptó el término en su campaña a la rectoría, llamándola constituyente universitaria.
La iniciativa tomó por sorpresa a toda la comunidad académica, dado que en la universidad no existe una constitución que pueda ser reformada. Para muchos, es claro que la institución, ahora aliada cercana del presidente Gustavo Petro, quiere colaborar en el llamado para cambiar la carta magna.
SEMANA conoció que el pasado 27 de junio, la Universidad Nacional creó la Mesa de Diálogo Multiestamentaria, con el fin de lograr acuerdos vinculantes para llevar a la institución a la normalidad, luego de las protestas por la elección del rector. En la resolución indica que tendrá pluralidad de participantes, pero algunos sectores no creen que estos sean escogidos de manera objetiva.
Si bien su plan es retomar las clases, el centro de esta instancia es la llamada constituyente universitaria.“Definir los temas que como sede se llevarán a la mesa de diálogo nacional para orientar la hoja de ruta del proceso constituyente universitario”, se lee en el documento.
Y para nadie, excepto los cercanos a Múnera, es claro de qué se trata la constituyente universitaria.
“Todos los docentes nos estamos haciendo la misma pregunta. Nadie sabe claramente, porque la universidad no tiene una constitución. Tenemos mecanismos institucionalizados, como los claustros y colegiaturas. Las asambleas no son reconocidas. La desinstitucionalización le está dando pie a la instrumentalización por parte del Gobierno”, indicó Diego Torres, profesor y miembro del Consejo Superior Universitario de la institución.
El docente también cree que todos los esfuerzos van en la misma dirección de la propuesta del Gobierno: “Lo advertimos. Es absolutamente claro que se quiere instrumentalizar a todas las universidades, sobre todo a las públicas, en pro de tener una constituyente”.
Este medio conoció que las facultades de Ciencias e Ingeniería de la sede Bogotá han manifestado sus dudas frente a la constituyente y le piden al rector aclarar el significado de la misma.
Otra preocupación de los profesores radica en la persecución que padecen quienes se oponen a Múnera. Las víctimas han pedido acciones de la universidad para defender su honra y seguridad, pero hasta ahora no son atendidas sus advertencias.
“El Consejo de la Facultad de Ingeniería quiere pronunciarse debido a la serie de situaciones recientes que han venido escalando el nivel de agresividad en el interior de nuestra comunidad, situación que es muy preocupante. Por este motivo, rechaza de manera categórica todas las amenazas y otras formas de violencia, intolerancia y odio a las que han sido sometidos directamente algunos miembros de nuestra comunidad académica”, escribe Luis Francisco Boada Eslava en un documento enviado al rector, con fecha del 4 de julio.
Incluso, denuncia que revelan conversaciones privadas para alimentar “un ambiente de desprestigio y zozobra sobre las personas”.
Todo esto ocurre antes de que el Consejo de Estado decida sobre la demanda contra la elección de Múnera en la Universidad Nacional. En chats privados, funcionarios afines ya califican el fallo como un “golpe” y piden actuar rápido en cambios institucionales.
SEMANA intentó consultar a la Universidad Nacional sobre la ruta que tomará la institución, pero a la hora de cierre de esta edición no se ha obtenido respuesta.