El metro de Bogotá parece ser un tema de nunca acabar. A pesar de que ya está contratado en su primera línea y se han empezado algunos trabajos, esta obra sigue siendo uno de los temas más agudos de discusión entre los líderes políticos.

Esta vez el enfrentamiento lo protagonizaron el presidente electo Gustavo Petro y el exalcalde de la capital y excandidato presidencial Enrique Peñalosa, quienes revivieron la vieja pelea que han mantenido frente a la construcción del metro: mientras el nuevo mandatario hubiese preferido que fuese subterráneo, Peñalosa insiste en que esto es inviable y por eso se debió contratar elevado.

Esta vez el rifirrafe lo inició Petro, quien recordó que los proyectos de los metros de Quito y Bogotá empezaron a desarrollarse al tiempo; no obstante, indicó que los intereses de algunos sectores frenaron el de la capital de Colombia, que hoy se ve rezagada, mientras Ecuador está próxima a inaugurar el suyo.

“Bogotá y Quito arrancaron más o menos al tiempo sus proyectos de metro. Ellos lo terminaron. La decisión de suspender el proyecto metro subterráneo de Bogotá trajo como consecuencia que los US$7.000 millones que valían, 14 billones de pesos para el (año) 2016, hoy son 30 billones”, dijo Petro.

Así mismo, señaló que esta obra se desarrolla con dinero que sale del bolsillo de los bogotanos, quienes siguen enfrentados a un transporte público deficiente, mientras esperan que se termine el tan añorado metro del que se viene hablando desde hace más de 40 años sin que sea posible que empiece a construirse.

Esto, evidentemente, es un indirectazo para Enrique Peñalosa, quien fue sucesor de Petro en la Alcaldía de Bogotá y tomó la decisión de suspender la contratación del metro subterráneo para hacerlo elevado.

Peñalosa calificó al nuevo presidente como “mentiroso” y explicó que la decisión de hacerlo elevado se dio tras analizar los estudios y ver que hacerlo subterráneo era “inviable”.

“Uno creería que de presidente electo le baja a las mentiras. Pero es un problema patológico. Los estudios de Petro solo sirvieron para mostrar que ese metro subterráneo era inviable”, indicó Peñalosa.

Luego le mandó una dura pulla: “Hicimos lo que Petro no fue capaz de hacer, contratamos el metro de Bogotá que está en construcción”.

El excandidato presidencial agregó que “el metro de Petro nunca logró análisis de beneficio Costo positivo, ni tenía estructuración técnica, legal, ni financiera. Y era demasiado costoso: por eso Petro contrató estudios para buscar cómo reducir costos” y por eso volvió a calificar al presidente electo como “mentiroso”.

Lo que está claro es que, por ahora, la capital del país, finalmente, tendrá el metro con el que pretende solucionar una problemática que ha agobiado a sus habitantes desde hace muchos años: la movilidad. De hecho, recientemente, el Distrito anunció que el primer vagón que tendrá la primera línea del Metro de Bogotá (PLMB) ya está en pruebas.

Adicionalmente, notificó que utilizará 30 vagones, los cuales se están fabricando en Tianjin (China). Luego de 65 días en el mar para su arribo al país, seguirán su recorrido por carretera, en cama baja, para llegar a la capital.

Igualmente, en un reciente anuncio, la empresa Metro de Bogotá (EMB) dio a conocer que la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, le solicitó mediante un oficio al Ministerio de Hacienda la viabilidad fiscal del proyecto de la Línea 2 del metro, puntualmente a las localidades de Suba y Engativá, “teniendo en cuenta el cumplimiento de los requisitos técnicos del proyecto”.

En el documento se presenta una descripción general del proyecto presentado y avalado por la Alcaldía de Bogotá. “Proyecto: Diseño, construcción y puesta en operación de la Línea 2 del metro de Bogotá, incluidas sus obras complementarias”, detalla el oficio.

En ese sentido, precisa que “el proyecto Línea 2 del Metro de Bogotá (L2MB) es una línea de metro pesado con un trazado principalmente subterráneo, que recorre las localidades de Barrios Unidos, Engativá y Suba”.