En poco menos de dos semanas, el Gobierno logró conformar unas mayorías ajustadas y aprobar la reforma pensional en su segundo debate en el Senado. Solo falta el trámite en la Cámara de Representantes para que se convierta en ley.
¿Cómo logró el Gobierno convencer a los senadores para que respaldaran su tesis? Desde la Casa de Nariño se emprendió una estrategia, especialmente enfocada en dos bancadas: el Partido de la U y el Partido Liberal. Desde el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, pasando por el presidente Gustavo Petro, conversaron en privado con miembros de esas bancadas y los pusieron de su lado.
Uno de los acuerdos que se logró públicamente fue bajar el umbral para la cotización de los colombianos en el pilar solidario, es decir, Colpensiones, desde los 2,3 salarios mínimos. El Gobierno planteaba que fuera desde los 3. Ese artículo fue aprobado en el Senado.
Se trataba de uno de los más importantes, pero no del único. Otro artículo clave que se aprobó fue que ese pilar solidario será controlado por el Banco de la República, a través de un fondo que será establecido para tal fin.
Ambas ideas han generado fuertes críticas de la oposición, quienes durante los debates insistieron en distintas formas para frenar el avance del proyecto, que por momentos estaba siendo votado en bloque, es decir, lo que coloquialmente se llama ‘pupitrear’.
Esto se logró gracias a que la senadora María José Pizarro, del Pacto Histórico, logró presidir las plenarias y avanzar al ritmo que le habría gustado al Gobierno desde el comienzo.
El senador Iván Name dio un paso al costado y Pizarro lideró la cruzada. En el recinto estuvieron, además de Velasco, otros miembros del Gobierno como el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán; la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, entre otros.
¿Qué pasará con el ahorro de los colombianos?
Esa es una de las grandes dudas en este momento. Según lo que se aprobó en el Senado, todos deberán cotizar en Colpensiones, es decir, el pilar solidario, hasta los 2,3 salarios mínimos. El resto podrá escoger alguno de los fondos privados.
Ese porcentaje será ponderado cuando la persona alcance la pensión, para establecer cuál sería el monto a entregar mensualmente. Por ahora, no se ha hablado de subir la edad de pensión.
El Gobierno busca acabar con las altas pensiones a través del Estado y usar parte de esos dineros para subsidiar a adultos mayores en condición de pobreza. A pesar de lo loable de esa idea, ha habido fuertes cuestionamientos sobre cómo se va a realizar o sobre el uso de los recursos del ahorro de los trabajadores para subsidiar al Estado a través de beneficios.
Otro artículo clave, que parecería un beneficio para las mujeres, pero que también ha sido cuestionado, es que se acogió lo dicho por la Corte Constitucional para reducir las semanas progresivamente hasta las 1.000, en el caso de las mujeres.
Además, se les reconocerá un año por hijo, es decir, 50 semanas por hasta tres, es decir, hasta 150 semanas.
La alerta que se ha generado es que se trataría de menor tiempo de cotización y, por lo tanto, menor ahorro.
Uno de los artículos clave que dejó la plenaria para el final es la vigencia, que se estableció en por lo menos 40 años, a partir del 1 de julio de 2025.
Este era clave porque determina si la reforma empezaría a regir en medio del gobierno de Gustavo Petro o una vez terminara su periodo.
Aún le faltan dos debates a la reforma pensional en la Cámara de Representantes. Sin embargo, el trámite más difícil era el Senado, por lo que se espera que las mayorías que ya tiene el Gobierno en la Cámara logren que el proyecto se apruebe antes del 20 de junio, cuando termina la legislatura, para convertirse en ley de la República, luego de la firma del presidente Gustavo Petro.
Si eso se logra, sería la primera reforma social de Petro en aprobarse.