Continúa el favoritismo de la mayoría de la gente por el presidente Álvaro Uribe, según indicó la segunda Gran Encuesta de la firma Ipsos-Napoleón Franco, que preguntó en 36 ciudades por su intención de voto en las próximas elecciones. Del total de encuestados, el 59 por ciento dijo que definitivamente votará y el 16 por ciento que probablemente lo haría. La suma de potenciales votantes fue de 3 de cada cuatro encuestados. De esos potenciales votantes, el 63 por ciento dijo que en caso de que el Presidente fuera un candidato y las elecciones fueran hoy votaría por él. En segundo lugar los encuestados votarían por Gustavo Petro, con un 8 por ciento. En la lista siguen el candidato liberal Rafael Pardo, con un 5 por ciento; después Noemí Sanín y Sergio Fajardo con 3 por ciento; Andrés Felipe Arias y Germán Vargas, con el 2 por ciento. Vea la ficha técnica aquíEn caso de que en la baraja de candidatos no estuviera Uribe, la intención de voto de los encuestados se reparte así: el 11 por ciento de los encuestados dijo que votaría por Juan Manuel Santos, el mismo porcentaje por Andrés Felipe Arias y Gustavo Petro. El 8 por ciento dijo que votaría por Sergio Fajardo y el 7 por ciento por Noemí Sanin y Rafael Pardo. Sumados los posibles votantes del referendo reeleccionista y los que definitivamente sí irían a votar la consulta, da como resultado 65 por ciento. Entre ellos el 88 por ciento votaría a favor de que se permita una reelección de Uribe, el otro 12 por ciento en contra. Estos últimos tienden a ser menos con el paso del tiempo, pues en la medida que estén conscientes de que para combatir la reelección lo que deben hacer es no ir a las urnas, disminuirá el porcentaje de los que votarán negativamente el referendo.La variación más significativa, frente a una encuesta similar hecha en mayo, es que aumentó en este mes la intención de votar por Uribe en 6 puntos. No obstante, la encuesta tiene un margen de error del 3 por ciento. Para ver la encuesta completa haga clic aquíPara algunos analistas el aumento de la intención de voto por Uribe se debe a que la gente reconoce la labor del Primer Mandatario, mientras que para otros, se debe a la explotación con fines electorales de la amenaza de las Farc y de una posible confrontación con Venezuela. La imagen favorable del Presidente sigue en un índice muy alto, pues el 78 por ciento de los encuestados tiene una buena opinión de él. En segundo lugar está el ex Ministro Santos con el 46 por ciento, Noemí Sanín con el 42 por ciento y Enrique Peñalosa con el 32 por ciento. Aunque el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo tiene una imagen favorable no muy alta, del 31 por ciento, el 48 por ciento de los encuestados dijo que no lo conoce. Este resultado, según los analistas, demuestra que tiene todavía mucho campo para crecer en favorabilidad a medida que lo conozcan. La opinión de los encuestados acerca del referendo reeleccionista arrojó resultados interesantes y que seguramente serán motivo de estudio de académicos y analistas. Aunque la mayoría (el 54 por ciento) de la gente sabe de las denuncias sobre la falta de transparencia con la que se tramitó la iniciativa, una mayoría equivalente (el 56 por ciento) dijo que esas denuncias no impactaban su opinión, y el 15 por ciento se atrevió a decir que por el contrario después de conocer las denuncias tenían una imagen más positiva del referendo. Consultas de partidos La encuestadora preguntó por las preferencias dentro de los partidos que están por elegir sus candidatos. En el Partido Opción Verde Centro, que se propone a través de una encuesta elegir a su candidato entre los ex alcaldes de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, el 15 por ciento dijo preferir a este último. La diferencia con Mockus que obtuvo el 14 por ciento no es importante, pues el margen de error es del 3 por ciento lo cual da como resultado un empate técnico. El 11 por ciento dijo preferir a Garzón. La mayoría, el 60 por ciento, dijo que no tenía preferencia por ninguno. En las consultas que hacen falta, una del Partido Conservador y una eventual consulta inter-partidista, uno de cada tres encuestados dijo que participaría en ellas. Estas consultas son para elegir candidatos a la Presidencia, una del Partido Conservador y otra de una eventual coalición de varios partidos entre los que posiblemente participarían Cambio Radical y el Partido Liberal. De esas personas que dijeron que probablemente acudirían a las urnas, el 47 por ciento dijo que votaría en la consulta de la tolda azul y el 53 dijo que participaría en una consulta inter-partidista. El 33 por ciento de los potenciales participantes en la consulta conservadora dijo que votaría por el precandidato Andrés Felipe Arias, el 15 por ciento por Noemí Sanín, el 3 por ciento por Martha Lucía Ramírez, el 1 por ciento por Álvaro Leyva y el 1 por ciento por Fernando Araújo. Pero uno de cada 3 encuestados, que participaría en la consulta conservadora, dijo que todavía no sabe por quién votará, lo que quiere decir que ahí hay un potencial electorado, que podría cargar la balanza para cualquier lado. De los posibles participantes en la consulta inter-partidista el 38 por ciento prefiere a Rafael Pardo y el 23 por ciento a Gemán Vargas Lleras. A solo siete meses de que el país elija a su Presidente por otros cuatro años, la posibilidad de una reelección sigue afectando la opinión de la ciudadanía sobre sus posibles candidatos. La favorabilidad del Presidente y la incertidumbre frente a la posibilidad de su candidatura son factores determinantes de los resultados de esta encuesta. El resultado de la opinión también demuestra que el nivel de exposición que tiene el Presidente, con medios oficiales y privados, por el cargo que ocupa, y el enorme poder de comprometer recursos públicos por doquier, le dan una ventaja enorme a los ojos de la gente, en comparación con los recursos limitados, y la nula o escasa posibilidad de prometer recursos públicos de sus posibles adversarios, sobre todo aquellos que están en la oposición. Por eso es tan crucial que la Corte Constitucional evalúe bien si hay garantías reales de competir en igualdad de condiciones para los aspirantes por fuera de la Casa de Nariño.