Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, vive en un impresionante penthouse avaluado en 2.500 millones de pesos en el exclusivo sector de Barranquilla. El bien inmueble tiene 330 metros cuadrados, tres habitaciones y cinco baños.
Según una descripción de una inmobiliaria, en el segundo piso del apartamento hay dos salones. En uno funciona un gimnasio y en el otro hay un teatro que puede convertirse en una cuarta habitación. Así mismo, el apartamento tiene una terraza de 170 metros cuadrados con grama artificial que tiene vista hacia una importante carrera de la capital del Atlántico.
“Alcoba y baño de servicio, baño social, puertas de madera maciza de piso a techo, altura de techo de 3.5 metros, pisos en mármol color crema marfil, cortinas eléctricas y blackout, cocina cerrada marca Altek, aire acondicionado daikin altaefficiencia de 16 toneladas, dos parqueaderos lineales para cuatro vehículos. El edificio cuenta con salón social con cocina climatizado, área social, lobby climatizado, vigilancia 24/7, cancha minigolfito y piscina”, dice la descripción del inmueble.
El edificio fue construido en 2017.
De película: así fue el operativo puesto en marcha por Nicolás Petro para mover 200 millones de pesos en efectivo de Bogotá a Barranquilla, ¿quiénes le ayudaron?
A la casa de Nicolás Petro llegaba plata en efectivo. Y mucha plata. Y sacarla de ahí o resguardarla para que estuviera segura era casi una obsesión del joven hijo del presidente. Apenas dos días antes de la segunda vuelta presidencial, Nicolás le escribió a Day con angustia: “Tenemos que sacar $ de aquí urgentemente”. Era tanto el dinero que ella le contestó que no podía cargarlo sola porque era muy pesado.
Mover la plata siempre era un dilema que él compartía con su pareja. Y dejó todo escrito en centenares de chats que la mujer le entregó a SEMANA. Un día hablaron de cómo trasladar 200 millones de pesos en efectivo, de Bogotá a Barranquilla, acudiendo a la ayuda de varias personas para evitar sospechas y evadir a las autoridades ante la eventualidad de un control aeroportuario o terrestre. Para ello, hablaron de familiares y amigos, como Germán Londoño y Melissa, Camilo Burgos (primo de Nicolás) y una persona identificada como “Raisa”.
Era claro que no todos podían sacar el dinero, sino solo los de más confianza. Y también que no se podía mover toda la plata en bloque, sino que había que dividirla. La vuelta era tan compleja que él decide pedirle el favor hasta a un primo músico que fue a tocar a su cumpleaños.
Al final, quedan en que cada uno de los llamados a esa misión lleva 50 millones así: “50 Camilo, 50 Raisa, 50 Germán, 50 Melissa”. El traslado de la plata, efectivamente, se hizo así. Y el primo Camilo se ofreció a llevar 100 que luego les entregó en la capital.