SEMANA: ¿Cómo le pareció la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional?
VIVIANE MORALES (V.M.): La respuesta la tengo que dividir en dos. Lo primero, no tengo conocimiento personal sobre el magistrado Miguel Polo. No puedo hacer ningún juicio personal sobre el magistrado. Lo que puedo hablar es de lo que ha significado el procedimiento y la forma como fue elegido para la democracia. La Corte Constitucional es el organismo más importante dentro de la Constitución de 1991 y en nuestro Estado de derecho porque garantiza que la Constitución se cumpla. Entonces, el magistrado está llamado a garantizar esa vigencia de la Constitución y se eligió por una manera de hacer política que violó la Constitución.
SEMANA: ¿Por qué?
V.M.: El espíritu de la Constitución de 1991 es que en la conformación de los nueve magistrados de la Corte Constitucional confluyan los tres poderes, pero la decisión final está en el Senado. El Ejecutivo, por ejemplo, el presidente tiene injerencia en la elección de los magistrados cuando tiene el derecho a ternar a uno de ellos. Lo tuvo con Vladimir Fernández y lo va a tener en el 2025 cuando se reemplace a la magistrada Cristina Pardo. En este caso, la obligación legal del Ejecutivo era mantenerse completamente al margen de esa elección y dejar que el Senado eligiera, pero hoy miércoles lo reconoció el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, cuando afirmó que el Ejecutivo metió su mano en esa elección. Eso es violar el espíritu de la Constitución, es darle una falta de legitimidad a la configuración de la Corte Constitucional porque el Ejecutivo estaba metiendo su mano a través de mermelada y con qué fines, con el de buscar que ese magistrado apoye las políticas del Gobierno de Gustavo Petro a través de su posición en la Corte Constitucional. No sé si el magistrado lo hará, no sé si aplicará el principio del deber de ingratitud, pero lo que hizo el gobierno fue deslegitimar esa elección y violar el espíritu de la Constitución de frente y ante la opinión pública. Es increíble, lo reconoció Juan Fernando Cristo en una entrevista que le concedió a Blu Radio.
SEMANA: ¿Petro ya tiene mayorías en la Corte Constitucional?
V.M.: Gustavo Petro tiene dos magistrados: Vladimir Fernández y este nuevo magistrado, Miguel Polo, porque él le debe su elección no al Senado sino al gobierno porque logró en un día voltear tres votos, eso me pareció la cosa más vergonzosa para el país, ojalá algún día sepamos quiénes son los congresistas que se voltearon porque es de las cosas más vergonzosas que he visto en el Senado. Este magistrado sabe cómo fue elegido y tiene claro que le debe esa elección al gobierno. Ahí van dos magistrados de Petro. El reemplazo de Cristina Pardo, quien saldrá de la Corte, será de una terna enviada por el gobierno, es decir, sí o sí tendría la bendición del presidente. Van tres. Sin embargo, se ha comentado mucho que los magistrados Juan Carlos Cortés y Natalia Ángel han sido bastante generosos con las posiciones e iniciativas del Gobierno. Es decir, en la próxima elección quedaría garantizado que cinco magistrados estarían cercanos al Gobierno.
SEMANA: ¿En su historia política y jurídica había visto a un gobierno moverse tanto para elegir a un magistrado de la Corte Constitucional?
V.M.: Yo que recuerde no había visto a un gobierno tan desfachatado, tan indolente con los principios de la democracia. Que llegara a comprar a través de mermelada la elección de un magistrado, no lo había visto. Y eso que he estado en dos períodos en el Senado donde se ha elegido a varios magistrados de la Corte Constitucional.
SEMANA: Gustavo Petro ya tiene fiscal, procurador, contralor, defensora y tendrá mayorías en la Corte Constitucional, ¿qué tan riesgoso es?
V.M.: Claro, por eso le digo, se elige a un magistrado para salvaguardar la Constitución violando la Constitución, se está vulnerando el espíritu fundamental que busca un delicado equilibrio entre los poderes. Por eso, la Corte Constitucional se diseñó como está, para garantizar la independencia de este magistrado (…) Independiente de lo que pase con las decisiones del magistrado Miguel Polo, de aquí en adelante o comenzando, la opinión pública sabe que el Ejecutivo, que el presidente y Juan Fernando Cristo fueron los que decidieron finalmente por este magistrado y no el Senado. Por lo tanto, su independencia, de entrada, no está garantizada en los ojos del país.
SEMANA: ¿Cuáles son los planes de Petro con la elección del nuevo magistrado de su resorte?
V.M.: No me gusta ser profeta ni estimular la política del temor, pero lo que sí veo es a un presidente que tiene muy poco respeto por los principios fundamentales de la Constitución. Y que a través del apoderamiento de los órganos de control y ahora la Corte Constitucional, la garantía de esos principios de la Constitución quedan vulnerados. Con eso, lo que Petro quiere es soltar todas las amarras para volverse más poderoso y poder asegurar que estos órganos de control y estas mayorías en la Corte le faciliten el cumplimiento de sus políticas, ya bastante denunciadas.
SEMANA: Petro logrará en 2025 unas mayorías en la Corte Constitucional, ¿le quedará más fácil una constituyente vía decreto?
V.M.: No. Yo creo que una constituyente vía decreto, la veo casi imposible, me costaría mucho creer. Lo que sí es cierto es que los estados de conmoción y de emergencia los declara el presidente y es la Corte Constitucional la que avala esas declaratorias. Y ya tenemos una experiencia y es el nacimiento de la Constitución de 1991 que, a través de un decreto de estado de sitio, fue como nació. Fue avalado por la Corte Suprema. Por eso, a uno sí le queda la duda, el temor de que con una corte mayoritariamente a favor para el presidente puedan empezar a pasar exabruptos para nuestra democracia y desde el punto de vista constitucional.
SEMANA: ¿Es decir, no ve la figura de la constituyente que le abra las puertas a una posible reelección en el 2026?
V.M.: Constitucionalmente, sería imposible lograr una constituyente hoy, de forma constitucional, si aplicamos lo que es la Constitución, ese sería un fantasma al que no habría que temer. Pero es que esa Constitución del 91 la garantiza la decisión de una Corte Constitucional que en unos meses será mayoritaria al presidente Gustavo Petro. Ahí siembra uno los temores porque en esos casos de interpretaciones jurídicas no sabemos a dónde podemos llegar.