El Congreso de la República está a punto de vivir un nuevo escándalo por cuenta de la posible designación del representante a la Cámara, Wilmer Carrillo, como presidente de la Comisión de Acusación.
Según los acuerdos políticos que pactaron los compromisarios de cada colectividad, al Partido de la U le corresponderá asumir la presidencia de la Comisión de Acusación y el postulado para dicha dignidad es el polémico congresista de Norte de Santander.
Aunque las Comisiones Constitucionales se instalarán hasta este martes en la Cámara de Representantes y la Comisión de Acusación hará ese trámite la próxima semana, la polémica se generó porque Carrillo está siendo investigado por la Corte Suprema de Justicia y fue llamado a indagatoria por la Sala de Instrucción, por un caso relacionado con su gestión cuando se desempeñó como secretario de Infraestructura de Norte de Santander.
Según las investigaciones, Carrillo habría ordenado el pago a contratistas que no cumplieron con el objeto de sus contratos y no ejecutaron las obras requeridas.
El asunto trata de un detrimento patrimonial por el que Carrillo deberá responder ante la justicia por los delitos de peculado por apropiación y contrato sin cumplimiento de requisitos legales. Además, se le señala por presuntos casos de corrupción.
La diligencia en la que será vinculado, mediante indagatoria, se hará el próximo 23 de noviembre a las 9:00 a. m., y el magistrado será Francisco Javier Farfán.
Esta situación ha prendido las alarmas en la Cámara porque hay sectores indicando que una persona vinculada con una investigación tan seria no debería estar al frente de la Comisión de Acusación, pero el lío es que los acuerdos políticos de las colectividades se deben cumplir.
Además, el asunto de fondo es que constitucionalmente la Comisión de Acusación se encarga de investigar al Presidente de la República, a los Magistrados de la Corte Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado, a los miembros del Consejo Superior de la Judicatura y al Fiscal General de la Nación. Por ello, Carrillo podría resultar investigando a sus jueces naturales, lo que sería un nuevo escándalo para la Cámara de Representantes y la ya desprestigiada Comisión de Acusación.
De hecho, la pelea política de este momento gira alrededor de la presencia de Carrillo en esa comisión, porque tendría que declararse impedido en todos los procesos que lleguen contra magistrados de la Corte Suprema y, posiblemente, en otros asuntos.
Aunque la Comisión no ha sido instalada, las próximas horas serán claves para saber si se le dará el respaldo a Carrillo para estar en la dignidad, lo que para muchos podría ser considerado como un reto para la Corte Suprema.
Carrillo es oriundo de Arboledas, Norte de Santander. Es arquitecto de la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga y en varias ocasiones fungió como gobernador encargado del departamento. Llegó al Congreso en 2014 y desde ese momento es considerado como uno de los legisladores más poderosos de esa región del país.
Por ahora, la mesa directiva de la Cámara de Representantes no se ha referido a esta polémica, ni la dirección del Partido de la U.