El presidente de Colombia, Gustavo Petro, tendrá una agenda movida la próxima semana, cuando visite por primera vez como mandatario Estados Unidos. Estará en la ciudad de Nuevo York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Allí, el presidente dará un discurso ante los 193 países miembros y será el quinto jefe de Estado en la intervención, un honor que no se había dado antes para ningún mandatario colombiano. Su intervención será hecha luego de Brasil, EE. UU., Chile y Jordania.

Además de esto, Petro acudirá a una importante cita, pues fue invitado a una cena en la que se reunirá con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el próximo 21 de septiembre, en el Museo Americano de Historia Natural.

En el encuentro estarán otros mandatarios que también participarán a la cita de la ONU. Este será el primer acercamiento entre ambos jefes de Estado, en donde se darán el primer “apretón de manos”.

Este domingo se realizará el viaje del presidente colombiano con una comitiva conformada por la embajadora de Colombia ante la ONU, Leonor Zalabata; la jefe de Gabinete, Laura Sarabia; los ministros de Ambiente y Educación, Susana Muhamad y Alejandro Gaviria, y la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil.

A pesar de que, en palabras del presidente Petro, la conversación que sostuvo con Biden después de conocerse los resultados de la segunda vuelta presidencial fue “muy amistosa”, las últimas decisiones del mandatario colombiano con respecto a las relaciones con Venezuela pueden estar afectando algunos sectores políticos de Estados Unidos.

Después de que el presidente Gustavo Petro le solicitara a Nicolás Maduro que Venezuela actúe como garante de los diálogos de paz con el ELN, el nuevo vínculo entre ambos países quedó en evidencia ante el mundo. Más que una alianza estratégica, para muchos se trata de una apología a las múltiples acusaciones que se le han hecho al régimen venezolano.

De los primeros en reaccionar fueron los estadounidenses, quienes, desde ambos partidos, rechazaron la nueva movida del presidente colombiano.

El senador demócrata Bob Menendez, del partido del presidente Joe Biden, no le ve el lado favorable al acercamiento: “La realidad es que lo que está garantizando Maduro en este momento es darle refugio al ELN para hacer actos de terrorismo contra Colombia. No entiendo esa postura como algo que sea positivo para Colombia”.

Marco Rubio, quien señaló los supuestos riesgos de la presidencia de Gustavo Petro desde el principio, confirmó sus sospechas: “Sabíamos después de las elecciones que teníamos una nueva administración en Colombia que iba a acercarse un poco más al régimen de Maduro”.

María Elvira Salazar, otra congresista crítica, señaló que se trata de “un terrorista pidiéndole a un cómplice de terroristas” que garantice el diálogo con el ELN”.

Jim Rish, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se manifestó en contra, asegurando que Petro “debería reconsiderar poner la seguridad de Colombia en manos de Maduro, un fugitivo internacional”.

Rush, del Partido Republicano, tocó el tema central dentro de la polémica: “Nicolás Maduro, a quien el presidente Petro trata como su homólogo y con quien Armando Benedetti ríe en las fotografías, es un fugitivo de la justicia estadounidense, acusado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York de cargos como narcoterrorismo, corrupción y tráfico de drogas”. En la acusación, emitida en 2020, también se incluye a Iván Márquez y Jesús Santrich, quienes presuntamente colaboraron con el Gobierno venezolano en dichos ilícitos.

Por estos cargos, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, por medio del Programa de Recompensas de Narcóticos, ofrecía hasta 15 millones de dólares por información que llevara a la captura de Nicolás Maduro. Por sus aliados, Estados Unidos ofrecía otros 10 millones de dólares, incluido Diosdado Cabello.