La necesidad de tomar una decisión sobre el dólar agarró al gerente del Banco de la República, Miguel Urrutia, y a dos de los miembros de la Junta del Banco en Washington. Originalmente pensaron llevar a cabo la reunión en Washington, para lo cual los tres miembros restantes viajarían el sábado a Estados Unidos. Sin embargo quedaron con la duda sobre los posibles tropiezos legales de hacer una junta en otro país. Así que dispusieron viajar a Bogotá el sábado para volver el domingo a Washington y proseguir sus reuniones con el Fondo Monetario Internacional. Urrutia y sus colegas se vieron en la necesidad de alquilar un avión privado, que los trajo a Bogotá el sábado y luego los llevó de regreso a Washington.