Lo primero que se debe tener en cuenta es que, desde marzo, los movimientos de la Bolsa de Nueva York han estado determinados por un pequeño número de acciones que, con sus altas valorizaciones, arrastran cada vez a una mayor parte del mercado. En especial, las cuatro grandes tecnológicas de Estados Unidos (Apple, Microsoft, Alphabet, matriz de Google y Facebook) han aprovechado el rally de compras del sector en la bolsa. Javier Mejía, PhD en Economía, advierte que, “de hecho, esto estaba pasando desde antes de la crisis, es decir, desde al menos un par de años atrás. Pero ha sido especialmente durante la pandemia que estas han sido de las pocas empresas grandes que se han beneficiado del mundo con el virus”. En el mismo sentido, Juan David Ballén, director de Investigaciones Económicas de Casa de Bolsa, señala que “el mercado afuera estaba subiendo excesivamente, ya no era sostenible y en cualquier momento se podrían empezar a presentar correcciones y devueltas del mercado”. Recomendado: En cifras: Así han crecido Facebook, Google, Amazon y Apple en la pandemia Este comportamiento se ha dado a costa de las acciones de las empresas en otros sectores como energía y supermercados. Incluso, Apple logró romper el récord de su país de la empresa más valorizada del mundo con US$2 billones y le quitó el lugar a Aramco, la petrolera árabe. La empresa que dirige Tim Cook rompió otro récord el pasado jueves, al perder cerca de US$180.000 millones en una sola sesión, por lo que superó a Facebook que, dos años atrás, había perdido US$120.000 millones en una jornada como consecuencia de sus malos resultados financieros trimestrales y su escándalo con Cambridge Analytica. En efecto, Apple perdió 8% durante la sesión y este viernes, en las dos primeras horas de negociación, ya perdía 5,1% y llevaba al Nasdaq a una baja de 3,60%. Aunque en porcentaje no suena a una mayor caída, para Apple representa una pérdida de US$5,81 por acción, pese a que sigue siendo la empresa con mayor valor en el mundo, y para el Nasdaq, 395,89 puntos menos. Mejía agrega que “hay un asunto adicional y es la especulación que ha habido alrededor de todo el sector tecnológico en los últimos meses, parte importante del cual han sido las acciones de estas grandes tecnológicas, pero hay más como Zoom o Tesla, que vienen en un rally impresionante desde marzo”. Tesla, por ejemplo, también hace parte de las pérdidas del viernes con una de 4,41%. Lea también: Apple es la más costosa del mundo. ¿Qué se puede comprar con su valor? Todas estas acciones, para el economista, “están ahora a unas cotizaciones extraordinariamente altas desde cualquier punto de vista fundamental”, lo que dificulta pensar en que las jornadas de valorización de las empresas seguirán por mucho más tiempo. Las caídas del jueves también se dieron en medio de la desvalorización del oro, pese a que este se considera activo refugio, pues la relación contraria entre las caídas de la Bolsa y este activo también se rompió durante los primeros meses de la pandemia. La incertidumbre también ha llevado a que sea difícil determinar si el comportamiento de los dos últimos días de la semana es solo una interrupción temporal o una completa del rally, o si es el comienzo de una caída en las acciones del sector tecnológico. “Si esas caídas se acentúan, eventualmente pueden arrastrar el resto del mercado. Hay muchos otros activos que se han valorizado mucho menos en estos meses, y esos han sido los que menos se afectaron el jueves. Pero, de nuevo, si el pesimismo se generaliza, eso puede afectar muchos más activos, y eventualmente la actividad económica real”, advierte Mejía. Puede interesarle: Apple ahora vale casi el 10% de toda la economía estadounidense La caída de Nasdaq contagió, nuevamente, al Dow Jones y el S&P 500 este viernes, pese a que ambos habían abierto la jornada al alza por la buena noticia de una tasa de desempleo en Estados Unidos de 8,4% en agosto, inferior a la esperada y que demostraría una mejor recuperación del mercado. A su vez, este comportamiento se ha replicado en las bolsas europeas y latinoamericanas. Sin embargo, “las bolsas de los mercados emergentes, y dentro de esas Colombia, no han subido al mismo ritmo de Estados Unidos y la exposición a ese tipo de activos tecnológicos en el mercado local también es muy baja y eso le hace a uno pensar que aquí el ruido pueda llegar a ser menor. Pero si el mercado se devuelve agresivamente, si lo venden mucho, eso puede generar ruido en el dólar aquí, algo de aversión al riesgo y eventualmente ruido en el mercado local”, concluye Ballén.