Semana.com: ¿Por qué aceptaron la verificación y monitoreo de la ONU, vía consejo de seguridad? Carlos Lozada: El cese al fuego bilateral y definitivo y la dejación de las armas, son dos de los temas más complejos, de todos los que debemos resolver las delegaciones del gobierno nacional y las FARC-EP. Las características del conflicto colombiano, su larga duración, las grandes desconfianzas creadas, sumadas a la extensión y la accidentada geografía del territorio, exigen una verificación muy sólida de cualquier acuerdo en estas materias. Todo eso sumado, llevó a las partes a coincidir en que la ONU era el organismo internacional más adecuado para realizar esta titánica tarea.Las necesidades logísticas y la premura del tiempo, sumadas a lo anterior, llevaron a que consultáramos con el Secretario General de la ONU, cuál era el camino más adecuado para obtener el tipo de misión que se requiere. Él sugirió el Consejo y así se llegó a esa decisión.Semana.com: Ustedes han rechazado las medidas unilaterales del gobierno. Esta había sido de alguna manera una medida unilateral de Santos que ya había anunciado el tema. ¿No fue eso un obstáculo?C . L.: Es cierto que el unilateralismo gubernamental ha creado no pocas dificultades al proceso; por eso, cuando el presidente Santos salió a los medios a hacer anuncios públicos sobre el tema, sin considerar la opinión de su contraparte en la Mesa, esa situación generó alguna molestia, que en su momento expresamos públicamente; superado el impase, las partes nos sentamos a analizar el asunto y llegamos al acuerdo que expresa el comunicado conjunto número 65.Semana.com: ¿Qué esperan de la verificación?C. L.: El comunicado habla de un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación del cese al fuego y de las hostilidades bilateral y definitivo. Con relación a la dejación de las armas, refiere que será el componente internacional de ese mecanismo quien realice la verificación. Las partes esperamos del Consejo de Seguridad una resolución acotada, circunscrita a esas materias.La misión política especial, conformada en su totalidad por observadores de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), es prenda de garantía de la seriedad con que las partes estamos asumiendo el compromiso en temas tan sensibles como son el cese al fuego y la dejación de las armas; su presencia en esta etapa nos ayuda a consolidar la confianza. Semana.com: Se dice que hasta que no esté listo todo el operativo de la ONU no puede firmarse el acuerdo final. Eso difícilmente pasará para el 23M. ¿Qué pasará entonces ese día? ¿Es posible un cese bilateral antes del cese definitivo?C. L.: Desde el inicio de los diálogos propusimos un cese al fuego bilateral, algo a lo que se negó de manera reiterada el Gobierno; sin embargo, gracias a nuestra decisión de cese al fuego unilateral y la correspondiente orden presidencial de suspender los bombardeos, hoy día todos los colombianos nos beneficiamos de estas medidas de claro contenido humanitario tomadas por las partes. Esa es una realidad que nadie puede negar. En pocas palabras; el cese bilateral, se ha ido instalando en los territorios por la fuerza de los hechos, algo sumamente positivo.Hoy día en Colombia, nadie aceptaría que esta situación se reversara, mucho menos cuando hemos dado un paso tan significativo, como es solicitar una misión política especial de la ONU, para integrar un mecanismo tripartito de verificación. La pregunta entonces es: ¿Por qué esperar hasta que se llegue al acuerdo final, arriesgando que en cualquier momento pueda suceder un hecho de guerra, que ponga en peligro todo lo ganado?Por lo que sabemos, una vez salga la resolución del Consejo, en unas cuantas semanas la misión tripartita estará en capacidad de desplegarse, por lo menos a nivel de las ocho regiones respecto de las cuales ya hay un pre acuerdo en la Subcomisión Técnica. Como se ve, más allá de si se cumple o no con una fecha, lo verdaderamente notable es que las partes estamos decididamente comprometidas con la feliz culminación de este proceso y sus beneficios ya se sienten en todo el país.Semana.com: ¿Cómo sería en concreto la verificación tripartita? ¿Cómo sería la participación de las FARC allí?C. L.: Como su nombre lo indica, el mecanismo estará integrado a nivel nacional, regional y local, por representantes del gobierno nacional, las FARC-EP y observadores de la misión política internacional, estos últimos serán quienes presidan el mecanismo en sus tres niveles. Las instancias nacional y regional serán de verificación y la instancia local de monitoreo. Como es natural en estos casos, la participación de las FARC-EP en el mecanismo será en pie de igualdad con los representantes del gobierno nacional.Semana.com: Hay quienes piensan que este tipo de misiones ponen en riesgo la soberanía del país. ¿Tienen ustedes temores al respecto? C. L.: En este aspecto es necesario hacer una precisión previa: desafortunadamente la soberanía nacional ha sido entregada de tiempo atrás por las élites que nos han mal gobernado los últimos 200 años.Y esto que digo no solamente hace relación al conflicto, con la intervención abierta por parte de EE. UU. a través de Plan Colombia, desgraciadamente esa pérdida de soberanía hace relación también a lo económico mediante la imposición del modelo neoliberal y las definiciones de la política macro económica; a nivel jurídico a través de los tratados de extradición y el Tratado de Roma; y así se extiende a otros ámbitos de la vida nacional.Hecha esta precisión, podemos decir que esta decisión de solicitar a las Naciones Unidas una misión política especial de monitoreo y verificación de un acuerdo específico, ha sido una de las que más hemos meditado, pensando en sus alcances y posibles consecuencias.Ahora bien, lo que si le puede asegurar es que en este tema, encontramos un punto de convergencia y total identificación con el Gobierno, en el sentido de que la misión debe estar fundamentada sobre los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente los relacionados con el respeto de la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad de todos los Estados. La paz para Colombia está indisolublemente ligada a la justicia social, la democracia y la soberanía.