Ana Cristina BoteroSu familia, conformada por varios actores, ha hecho historia en la televisión y el teatro colombiano. Su hermana María Cecilia, su padre Jaime Botero y su tía Dora Cadavid son algunos ejemplos. “Si no hubiera escogido esto, sería la música, la pintura, la escritura, pero sería artista”, dice. Interpretó sus papeles más recordados en Vuelo Secreto, serie en la que estuvo durante siete años, y en la obra de teatro Peter Pan, que protagonizó. Es la menor de nueve hijos, de niña jugaba a las canicas, montaba bicicleta y tenía el pelo corto, pues se la pasaba con sus tres hermanos mayores, todos hombres. La primera vez que pisó un set tenía 10 años de edad, la televisión aún era en blanco y negro, y ella fue para hacer de la hija del personaje de Julio César Luna. Siguió con papeles pequeños hasta cuando tuvo 12 años, cuando dejó a un lado su incipiente carrera para terminar el bachillerato. Después de salir de la universidad, dedicó todo su tiempo a ser actriz. Aún no sabe si prefiere el teatro o la televisión: “una da la oportunidad de que te conozcan, pero el otro es alucinante”. Desde hace nueve meses vive en Chile. Dejó Colombia “por amor, pues mi esposo, Julián, es de ese país y quería regresar”. Ahora busca abrirse espacio en el mundo actoral del país austral porque en Colombia, “los canales tienen su grupo y es difícil competir con argumentos frente a portadas de revistas y cuerpos esculturales, eso es válido para otros, pero no para mí. Sin embargo, la tele nacional ha tenido progresos enormes”. Piensa regresar al país en algún momento porque “yo fuera de Colombia me muero”.