El reporte de lluvias del Ideam dio para chistes en el Soundhearts Festival mientras hubo clima seco. Fue el ‘Ni Ideam’ por la mayoría de la noche, mientras Ghetto Kumbé soltó su descarga y Junun propuso periplo a una lejanía desértica, lejana y admirable (la música, los músicos, el mostacho mágico del percusionista). También hubo tiempo seco mientras Flying Lotus educó a quienes llegaron con la cabeza lo suficientemente abierta. Qué impresionante show de Flying Lotus, visualmente propuso un juego de planos espeluznante y musicalmente retó y enseñó que no todo tiene porqué ser en tempo fácil, que no todo tiene por qué ser cómodo y ligero. A muchos les sonó desentonado, les restó. Pueden quejarse con Radiohead.Pero volviendo al tema. Lo hermoso vino cuando a la enorme nube gris le dio por cubrir el cielo y soltar su lluvia recia... y perder la batalla y quedar relegada a ‘prop‘. Radiohead ya comandaba la noche, era demasiado tarde para arruinar nada. Absolutamente nada. El poder de lo que estaba sucediendo no admitió objeciones climáticas. La tromba siguió, a gusto en el clima ‘britanicoide’.La banda entregó en Bogotá un espectáculo para el recuerdo. A Thom Yorke le tomó un par de canciones ajustar voz, y luego nadie detuvo su entrega visceral. Lideró a miles en sus melodías desgarradoras, sus movimientos quebrados, su piano y guitarra. Pero claro, Radiohead es mucho más que solo Yorke, y su calidad es tal que probablemente todas las noches suenen así de inspirados.
Jonny Greenwood primero apareció con Junun, y luego con Radiohead demostró porque es el Guitar Hero que desprecia ser. Foto: Daniel Reina Romero / SEMANA
El espectáculo, que en términos de sonido fue increíble, presentó una factura visual que mutó con las canciones y sumó a la experiencia. Foto: Daniel Reina Romero / SEMANAColin Greenwood, el héroe callado, el bajito gigante, comanda desde el bajo todas las piezas, las que protagoniza y las que no, modulándose y mutando entre las más rockeras y las más electrónicas para unificarlo todo. Su hermano Jonny pareció en algunos lapsos incluso violar su repudio a los solos de guitarra y, en definitiva, no se ahorró nada. El lord Phil Selway estableció el suelo, sentido, matemático, lo que se necesitara (a veces con otras baterías y percusiones), y Ed O’brien completó el círculo con su ‘alta y normal’ presencia, sus acordes y sus interludios y su voz, que está allá atrás, pero allá atrás se deja ver y apreciar. Y ahí radica la magia de ver música así.En contexto: Phil Selway, baterista de Radiohead, habla con SEMANAParte enorme de la experiencia de ver una banda en vivo es sentir a las canciones tomar vida. En el caso de Radiohead, sus grabaciones son excelentes y, aún así, en vivo se descubre todo lo que pueden ser. Todo ESO. Esas canciones adquieren un cuerpo masivo. Las líneas de cada músico se diferencian en planos claros y se encuentran y combinan para estallar maravillosamente en los muchos y diferentes clímax que ofrecen en su repertorio. Si la idea era ser críptico y pesado y caótico, como en Myxomatosis, la densidad brotaba del piso, si se necesitaba un poco más de corazón, como en Reckoner, el latido marcaba la emoción. Gran repertorio, enorme noche. Ojalá regresen algún día. Ojalá sigan retando.EL setlist de la noche - 5 estrellas.Espectacular curaduría. A muchos les pudo faltar Lucky, I Might be Wrong y (inserte la suya), el show dejó al público atónito, satisfecho, casi religiosamente iluminado. Contrario a lo que muchos podían pensar, Creep fue espectacular pero la mayoría de gente no fue solo a ver Creep y mantuvo aliento hasta el final. En momentos se podía confundir la reacción del público con frío. Pero si lo fue, estaba lleno de asombro.
Edit this setlist | More Radiohead setlistsLe puede interesar: Damon Albarn, papá de Blur y Gorillaz habla con SEMANA‘Radiocabezasos’*Quizás quienes más sufrieron el cambio de escenario (aunque no hay manera de saber si hubiera sido mejor en el Parque 222) fueron los asistentes a localidad In Rainbows. Si bien las pantallas fueron increíbles y hasta enriquecieron la descarga de color del espectáculo, la cabina de ingenieros parecía tomar bastante el plano visual, y una pantalla en el medio que acortó la conexión de este público con la tarima. Aún así, el sonido allá también estuvo a la altura.*Junun fue increíble. Flying Lotus también (entre gustos...). El que Radiohead haya planteado este cartel en su gira latinoamericana se puede ver como una especie de educación a la brava, una genial forma de colonización musical. Agradecidos algunos, confundidos muchos. Lección es lección.