Desde diciembre de 2010, esta gelateria reúne la magia de las frutas en un lugar que enamora a los transeúntes. Comenzó experimentando con jugos de frutas y poco a poco fue innovando la técnica, creando helados artesanales cien por ciento naturales, sin colorantes ni preservativos. Deliciosos sabores como mamey, uchuva, zapote, maracuyá, níspero, jengibre, tamarindo, limonada de coco, curuba, tomate de árbol, flor de Jamaica y corozo saltan a la vista, aunque para los más golosos también ofrece oreo, chocolate blanco y arequipe.