Un artículo sobre los pingüinos adelia realizado por el oficial médico del Capitán Scott, George Levick, devela prácticas homosexuales, intentos de aparearse con crías y hasta con hembras muertas por parte de lo que él describió como "machos depravados". Las descripciones eran tan escandalosas que quedaron ocultas. Pero ahora los científicos entienden por qué el explorador conseideró depravados aquellos comportamientos. El Museo de Historia Natural de Londres acaba de publicar una versión completa del estudio inédito. Levick, un ávido biólogo, era el oficial médico en la malograda expedición del capitán Scott "Terra Nova" al Polo Sur en 1910. Fue un pionero en el estudio de los pingüinos y la primera persona en pasar una temporada de cría con toda una colonia en el remoto Cabo Adare. En griego El explorador tomó nota de muchos detalles de la vida de los pingüinos adelia, pero algunas de las actividades de estos animales eran demasiado explícitas para la sensibilidad de estilo eduardiano del doctor. Según consta en el artículo, el científico quedó escandalizado por lo que describió como actos sexuales "depravados" de machos "vándalos" que se apareaban con hembras muertas. Tan horrorizado quedó que describió las "pervertidas" actividades en griego para que les resultaran inaccesibles al lector medio. A su regreso a Reino Unido, Levick intentó publicar un documento titulado "La historia natural de los pingüinos adelia", pero de acuerdo con Douglas Russell, especialista en huevos y los nidos del Museo de Historia Natural, era demasiado fuerte para la época. "Él presentó un extraordinario relato gráfico de la conducta sexual de los pingüinos de Adelia, pero el mundo académico de la era post-eduardiana lo halló un poco difícil depublicar", señala Russell. La sección de la conducta sexual no se incluyó en el documento oficial, pero el encargado de conservación de la zoología del museo, Sidney Harmer, decidió distribuir cien copias de la versión completa entre un selecto grupo de científicos. ¿Necrofilia? Según Russell, en aquel momento no había conocimientos científicos para explicar lo que Levick describió como necrofilia. "Lo que ocurre entre los pingüinos no es de ninguna manera comparable a la necrofilia en el contexto humano", dice Russell. "Lo que ocurre es que los machos ven a las hembras en esa posición y les causa una reacción sexual. "No saben distinguir entre las hembras vivas que están esperando a la colonia, y las que están muertas desde el año anterior, que están en la misma posición", explica. Sólo dos de cien ejemplares originales de Levick sobrevivieron. Russell y sus colegas han publicado una reinterpretación de los descubrimientos del explorador en la revista Polar Records. Russell cuenta que descubrió una de las copias por accidente. "Justo estaba mirando el archivo de George Murray Levick cuando moví unos papeles y encontré debajo de ellos este trabajo extraordinario que lleva por título 'Los hábitos sexuales de los pingüinos Adelie, no publicar´" en letras grandes y negras. "Está lleno de descripciones de casos de coacción, abuso sexual de los polluelos, sexo no procreativo, y termina con un relato de lo que él considera conducta homosexual. Es fascinante". El informe y las notas escritas a mano por Levick se exhiben en el Museo de Historia Natural de Londres por primera vez. Russell cree que muestran a un hombre que luchó para entender los pingüinos tal como son. "Él estaba completamente escandalizado. En cierta medida, cayó en la misma trampa que una gran cantidad de personas que ven a los pingüinos como personas pequeñas. No lo son. Son aves y deben ser interpretadas como tales".