La EPS Medimás, con más de 3 millones 100 mil usuarios, ha estado en el centro de la polémica por las múltiples fallas en su sistema desde 2017, cuando nació por la liquidación de Cafesalud. La EPS ha estado bajo una medida de vigilancia que se ha prorrogada en varias ocasiones. De hecho, en octubre del 2019, la Supersalud le informó a la opinión pública que la medida especial iría hasta el 28 de febrero del 2020, fecha en la que deberá decidir si la mantiene o no, a partir de la información que entregue la vigilada, a corte del 31 de diciembre del año pasado. Algunos de los problemas que mostraron los datos de la empresa para mediados del 2019 eran, por ejemplo, que presentaba 269 quejas por cada 10 mil usuarios del régimen contributivo, frente a una media de 40. La Superintendencia también expresó preocupación por una entrega de las fórmulas médicas de manera oportuna tan solo del 87% en régimen subsidiado y de 81% en el contributivo. Por esta razón la entidad le presentó un plan de mejora para los próximos diez años a la Superintendencia Nacional de Salud, con el din de afiliar nuevos usuarios y salir de la lista de EPS vigiladas. Asimismo, en enero de este año, la Contraloría General de la República dio a conocer que había posibles hallazgos con incidencia fiscal, disciplinaria, penal y administrativa por cerca de 635 mil millones de pesos. El 12 de febrero, esa EPS tiene que entregarle al ente de control una respuesta sobre qué está pasando. El anuncio se hizo un mes después de que en diciembre de 2019, el procurador Fernando Carrillo le solicitara al superintendente Fabio Aristizábal Ángel que liquidara Medimás, ya que según la información que esta misma entregó, sus pérdidas mensuales llegaban a los 108 mil millones de pesos para mediados de ese año.