La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) divulgó este miércoles, desde Chile, un preocupante informe que recoge los principales indicadores sobre precio y acceso a los alimentos y la calidad de la dieta: Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022.
Según el documento, que se elaboró en asocio con la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Programa Mundial de Alimentos y la Unicef, en América Latina y el Caribe más de 131 millones de personas se alimentan mal y no cuentan con los recursos para acceder a una dieta saludable.
Para el organismo, son varias las causas de esta situación: la crisis sanitaria que supuso la pandemia del covid-19, los efectos de la guerra en Ucrania y una desaceleración económica mundial que propiciaron un alza en los precios de los alimentos y de los fertilizantes con los que se producen.
La FAO cuestiona el hecho de que a pesar de que la producción alimentaria de la región permitiría sostener a 1.300 millones de personas —el doble de su población—, esta zona del mundo registra altos niveles de malnutrición, hambre e inseguridad alimentaria.
La situación es tan grave, apunta el organismo, que incluso esos niveles de malnutrición están por encima de los promedios globales: un 40,6 % de la población sufre inseguridad alimentaria moderada o grave desde 2021.
La situación de Colombia
En el caso de Colombia, la prevalencia de la subalimentación en la población total fue de 8,2 entre 2020 y 2021, según la FAO.
Además, el costo de una dieta saludable alcanzó los 3,07 dólares por día (cerca de 15 mil pesos), muy por debajo del valor regional. Sin embargo, en el informe se puede apreciar que esta cifra aumentó 5 % entre 2019 y 2020 en el contexto de la pandemia.
De igual forma, la falta de asequibilidad de una dieta saludable, afectó a un 26,5 % de la población en 2020, mayor al promedio regional de 22,5 %. Dicho fenómeno de alza de precios que afecta el logro de dietas saludables, se atribuye entonces a los efectos de la pandemia, el conflicto bélico que ha interferido con dinámicas de comercio internacional de insumos, y, no menos importante, los eventos climáticos extremos, sobre los cuales Colombia también evidencia afectaciones sobre los sistemas productivos.
Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional, en 2015 la prevalencia de lactancia materna exclusiva en menores de seis meses fue de 36,1 %, mientras que la desnutrición aguda en menores de 0 a 5 años fue de 1,6 %.
El organismo internacional destaca, a pesar de todo, el paso que ha dado el país para incorporar en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 la transformación del Derecho Humano a la Alimentación, el Plan Nacional de Comercialización Rural de la Reforma Rural Integral y la construcción del Plan de Emergencia contra el Hambre.
Un preocupante panorama
El informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022 revela que el 22,5 % de los habitantes de América Latina y el Caribe no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable.
“Para contribuir a la asequibilidad de dietas saludables, se requiere crear incentivos para la diversificación de la producción de alimentos nutritivos dirigidos principalmente a la agricultura familiar y productores y productoras de pequeña escala, medidas para la transparencia de los precios de estos alimentos en los mercados y el comercio, transferencias en efectivo y otras acciones como la mejora de los menús escolares”, aseguró Mario Lubetkin, subdirector y representante regional de FAO para América Latina y el Caribe.
Por su parte, Rossana Polastri, directora regional del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), sostuvo que América Latina se convirtió en la región del mundo donde la dieta saludable resulta más costosa, lo que afecta particularmente a las poblaciones vulnerables —pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas y afrodescendientes—, las cuales destinan un mayor porcentaje de ingresos a la compra de alimentos”.
Además, indica la FAO, los más afectados son los niños menores de 5 años (una población en la que según el organismo aumentó la desnutrición crónica) y las mujeres, pues sufren una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria que los hombres.
Lo más preocupante es que la situación en la región no da señales de mejorar. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la desaceleración económica de la región se profundizará este 2023.
Las impactantes cifras de la FAO
- Los niveles de hambre en la región van en aumento: entre 2019 y 2021, esta cifra aumentó en 13,2 millones para un un total de 56,5 millones de personas con hambre en 2021.
- Más de 201 millones de personas viven en la pobreza. Es decir, el 32,1 % de la población.
- Entre 2015 y 2021, la inseguridad alimentaria aumentó en casi 100 millones de personas en América Latina y el Caribe.
- El número de quienes sufren hambre pasó de 43,3 millones a 56,5 millones, entre 2019 y 2021.
- Una de cada cinco personas en la región no pueden acceder económicamente a una dieta saludable.
- América Latina se ubica a nivel global como la región donde es más costoso acceder a una dieta saludable.
- En Haití, Jamaica y Honduras más de la mitad de la población no se puede permitir una dieta saludable: las cifras hablan de 86 %, 66 % y 51 %, respectivamente.
- En países como Uruguay y Chile, menos esa misma cifra es menor al 4 %.