Con el consumo de ciertos alimentos, a veces suelen presentarse reacciones como alergias o intolerancia del organismo a algunos de sus componentes, por lo que, en ocasiones, las personas deben evitarlos a toda costa para no enfermar.
Sin embargo, diferente a las intolerancias (que son un alto grado de rechazo hacia algo, según Concepto), las alergias provocan reacciones de hipersensibilidad que afectan el sistema inmunitario, como indica la guía pediátrica práctica, Alergia a la proteína de la leche de vaca (Propuesta para el manejo de los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca).
Es decir que, mientras la intolerancia al consumo de leche se basa en la incapacidad de digerir la lactosa, lo que representa un problema digestivo, la APLV es una enfermedad que involucra y afecta el sistema inmune.
Puesto así, esta alergia es una respuesta adversa del sistema al consumo de una o más proteínas de la leche de vaca que se identifica principalmente en bebés o niños, conforme una revisión publicada en la Revista Gastrocol. Por esto es importante que la comunidad médica tenga esta patología en el radar y así poder tener una sospecha diagnóstica.
Aun así, el consumo de lácteos, tanto en la infancia como en la etapa adulta, está asociado con el calcio y los nutrientes que encontramos en la leche, como la vitamina D. Por lo que, padecer esta enfermedad y sus restricciones alimentarias puede desencadenar problemas de crecimiento, debilidad severa de los huesos que puede llevar a fracturas patológicas.
Esto, dado que el calcio es imposible que se fije en ausencia de vitamina D, o deficiencias nutricionales de otras vitaminas y minerales en los primeros años de vida. De esta manera, el diagnóstico temprano de la APLV no solo atiende y previene complicaciones de la alergia, sino que piensa en la dieta adecuada para la calidad de vida del paciente, según la Revisión mencionada.
Sumado a ello, hay síntomas de este tipo de alergia, pueden variar entre dolores tipo cólico, reflujo, estreñimiento, deposiciones atípicas, con sangre o diarrea, de acuerdo con Nemorus Kids Health.
Sin embargo, hay que decir que en casos extremos, el infante puede padecer caída de la tensión arterial o incluso la muerte. La reacción a cada exposición puede ser distinta, por lo que buscar atención médica oportuna es esencial para evitar poner en riesgo la vida del paciente afectado y descartar esta u otra condición.
Por su parte, la doctora, Angélica Pérez, jefe de Departamento de Nutrición del Hospital Infantil Universitario de San José, expresa que cuando una persona tiene es vital buscar nuevas fuentes de minerales, integrando a la alimentación leguminosas, granos y pescado.
Asimismo, teniendo los resultados del análisis físico, clínico y de laboratorio, atendiendo la edad de inicio, tiempo entre el consumo y los síntomas presentados, la misma sintomatología, frecuencia, tipo de alimentación y antecedentes familiares, según Sicielo.
Además, el paciente deberá atender una dieta de exclusión completa de la proteína de leche de vaca, la cual puede encontrarse también en algunas fórmulas de neonatos, de acuerdo con la Revisión Alergia a la proteína de la leche de vaca (Propuesta para el manejo de los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca).
Dicho esto, el próximo 10 de agosto diferentes especialistas se darán cita en el simposio ‘El cuidado nutricional es un derecho humano’, a cargo del hospital mencionado y la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (Fucs), para conocer los últimos avances desde la medicina e impulsar el estudio de esta en el país.