El cambio climático y el calentamiento global han provocado que los fenómenos ambientales sean cada vez más fuertes y devastadores; temporadas de lluvias más largas, temporadas de frío más extensas y olas de calor devastadoras son cada vez más frecuentes.
De hecho, el mundo sintiendo la llegada del fenómeno de El Niño, periodo que se caracteriza por altas y extremas temperaturas, como por lluvias torrenciales y de gran magnitud, por lo que el planeta y la humanidad estarán expuestas a incendios forestales, termómetros al límite, inundaciones, avalanchas y otras catástrofes naturales sin precedentes.
En medio de todo esto y de la ola de calor que ya afecta a diferentes partes del mundo, en espacial a España y otros países de Europa, los expertos envían recomendaciones de cuidado para adultos mayores y niños, principales víctimas de las altas temperaturas y que se ven afectados por quemaduras, insolaciones, golpes de calor y hasta la muerte.
Ahora, los especialistas, gracias a diferentes estudios, han comenzado a incluir dentro de los grupos en riesgo a las mujeres embarazadas, pues se ha podido comprobar que las altas temperaturas pueden afectar el proceso de gestación y ocasionar problemas en el desarrollo del bebé.
Según los pocos análisis que se han adelantado sobre este tema, y con los cuales se monitorearon 32 millones de nacimientos en Estados Unidos entre 2007 y 2019, el equipo de investigadores pudo determinar que, la exposición al calor extremo producto del cambio climático, estaría relacionado con algunos problemas graves en el desarrollo del embarazo y se refiere en particular a dos consecuencias: partos prematuros y bajo peso al nacer.
Y es que ante el anuncio de la Organización de las Naciones Unidas sobre el fin de la era del calentamiento global y el comienzo de la era de la ebullición global, los resultados de estos estudios cobran mayor relevancia, pues en diferentes partes del planeta se han roto los récords de temperatura llevando a los termómetros a. tener registros nunca antes vistos.
Otro estudio realizado en Gambia, en el occidente de África, y cuyos resultados fueron publicados en 2022, dejan sobre la mesa las duras consecuencias que el calor extremo puede tener sobre los recién nacidos.
Según el análisis, las mujeres agricultoras embarazadas, que pasan la mayor parte del tiempo expuestas a los rayos del sol, transmitían el estrés provocado por las altas temperaturas a los bebes que estaban próximos a nacer. En medio del estudio, se concluyó que cada vez que la temperatura ambiente subía un grado, el estrés fetal se incrementaba un 17 %, todo esto revelado por el aumento de la frecuencia cardiaca del feto o por la disminución del flujo sanguíneo a través del cordón umbilical.
En cuanto a los partos prematuros, un estudio en California, Estados Unidos, determinó que por cada aumento de 5,6 grados centígrados en la temperatura ambiente, el riesgo de partos prematuros se incrementó en un 8,6 %. Esto se explica por la incapacidad del cuerpo de la mujer para disipar el calor, debido a que se acopla a las nuevas condiciones del ambiente para poder regular su metabolismo.
Otros análisis han podido concluir que las personas que sufren estrés por calor, liberan proteínas de choque térmico, lo que puede afectar la salud del bebé y de la madre gestante con consecuencias como partos prematuros, bajo peso al nacer, ruptura de membranas y hasta la muerte fetal.
La deshidratación a causa del calor extremo también es otro factor de riesgo en el embarazo, pues puede provocar contracciones que pueden llevar a nacimientos antes del tiempo estipulado, señala la investigación.
La recomendación para las mujeres embarazadas es a protegerse del calor, mantenerse lejos de los rayos del sol, estar debidamente hidratadas, guardar reposo y alimentarse correctamente, todo esto para evitar que las altas temperaturas afecten el embarazo, a la madre y al bebé.