Millones de personas en todo el mundo están expuestas a padecer una enfermedad neurodegenerativa como el alzhéimer, pero, sin duda, su impacto más significativo será en la vida de sus seres queridos. El alzhéimer es un trastorno cerebral que se manifiesta de manera progresiva, “destrozando” muy lentamente, la pérdida gradual de funciones cognitivas y memoria. Asimismo, esta enfermedad, muy común en los adultos mayores de 50 años, también puede llegar a afectar la conducta y la personalidad de quien lo padece.

Existen diferentes etapas en las que se puede clasificar el alzhéimer, desde leve hasta grave, según sea el área afectada del cerebro, ante la muerte acelerada de las neuronas. El portal Mundo Deportivo citó al Dr. David Pérez, jefe del Departamento de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde explicó que, “las primeras neuronas en verse comprometidas están relacionadas con la memorización, localizadas en el hipocampo”.

La pérdida de memoria ocurre principalmente por la vejez, aunque hay otros aspectos que pueden afectarla. | Foto: COPYRIGHT DAZELEY NOT ASSIGNED

Es decir, a la persona se le dificulta la memoria para “codificar” a corto plazo; es ahí cuando olvidan eventos recientes, pero retienen recuerdos de años atrás. Otros de los síntomas que puede presentar una persona, cuando la enfermedad avanza, es la desorientación y problemas en la expresión verbal.

De acuerdo con información del portal Alzheimers.gov, algunos de los síntomas que presentan personas ante este trastorno son cambios en la forma de pensar, recordar, razonar y comportarse, los cuales pueden ser relacionados con la demencia. “Otras enfermedades y afecciones también pueden ocasionar demencia, pero la enfermedad de alzhéimer es su causa más frecuente en las personas mayores”.

El 50 % y 70 % de los casos en todo el mundo de demencia se debe al alzhéimer, con un mayor predominio en personas mayores de 65 años. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la prevalencia de esta enfermedad entre las personas de aproximadamente 65 años, oscila entre un 5 % y un 10 %, cifra que se duplica cada 5 años. Por lo que, finalmente, alcanza una prevalencia del 25 % al 50 % en la población mayor de 85 años.

“Aunque la edad es un factor de riesgo importante, no es la única causa de la enfermedad”, reseñó Mundo Deportivo.

La enfermedad va empeorando lentamente con el paso de los años. | Foto: Gettyimages

Factores de riesgo para el desarrollo de alzhéimer

Son varios los diversos factores de riesgo de desarrollar la enfermedad, además de la edad. Mundo Deportivo reseñó algunos de ellos, dados por el Dr. David Pérez, jefe del Departamento de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid:

  • Predisposición genética o personas que tengan algún tipo de antecedente familiar con el desarrollo de la enfermedad.
  • No llevar una dieta mediterránea, que es protectora para el cerebro y sus funciones, puede aumentar el riesgo.
  • Tener enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, puede contribuir al desarrollo de alzhéimer.
Tener enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, puede contribuir al desarrollo de alzhéimer.
  • La falta de ejercicio o inactividad física también es un factor de riesgo.
  • Por último, la depresión también puede estar relacionada con un mayor riesgo de alzhéimer.

Primeros signos del alzhéimer

La detección de la enfermedad en sus etapas iniciales puede ser un desafío, ya que los síntomas suelen confundirse con el envejecimiento normal. La plataforma citada mencionó algunos de ellos:

  • “Pérdida de memoria a corto plazo: dificultad para aprender nueva información y olvido rápido de lo aprendido.
  • Repetición de preguntas: hacer las mismas preguntas una y otra vez.
  • Olvidos persistentes: olvidos notados por otros pero no por la persona afectada.
  • Errores al hablar o confusión de palabras: dificultad para comunicarse verbalmente.
  • Desorientación: no saber dónde se encuentra o perderse en lugares familiares.
  • Cambios de conducta: apatía, irritabilidad, agitación y delirios.
  • Desinterés por las actividades cotidianas: pérdida de interés en tareas y actividades habituales.
  • Dificultad para planificar y resolver problemas: problemas para tomar decisiones o planificar.
  • Dificultad en tareas habituales: problemas para realizar actividades diarias en el hogar, el trabajo o el tiempo libre.”