Uno de los antibióticos más usados por los profesionales médicos es la amoxicilina, que hace parte de un grupo de medicamentos derivados de la penicilina.
Generalmente, se usa para combatir infecciones bacterianas que provocan enfermedades en partes del cuerpo tan distintas como los oídos, los pulmones, los bronquios, el sistema urinario, la fosas nasales, la piel y la garganta.
Al igual que otros antibióticos, la amoxicilina solo debería tomarse bajo una receta médica y después de identificar que un paciente en efecto la necesita para hacerle frente a una bacteria.
De acuerdo con MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este medicamento generalmente se debe tomar cada 8 o 12 horas.
“Tome la amoxicilina exactamente como se lo indicaron. No tome una cantidad mayor ni menor del medicamento ni lo tome con más frecuencia de lo que indica la receta de su médico”, advierte MedlinePlus.
Si se toma a través de tabletas, la mejor forma de hacerlo es pasarlas con la ayuda de un vaso de agua. Los pacientes deben seguir tomándola hasta que el tratamiento termine, así los síntomas mejoren, pues si se interrumpe su consumo puede generar resistencia en las bacterias.
Antes de tomar este medicamento es fundamental que el médico tratante sepa todas las condiciones de salud relevantes que tiene el paciente. Por ejemplo, es clave saber si la persona que va a someterse al tratamiento sufre de enfermedades específicas, se encuentra en estado de embarazo o presenta alergias a distintas sustancias.
También es fundamental suministrar información sobre el consumo de otros medicamentos. “Asegúrese de mencionar cualquiera de los siguientes: alopurinol (Lopurin, Zyloprim), otros antibióticos, anticoagulantes (“diluyentes de la sangre”) como warfarina (Coumadin, Jantoven), anticonceptivos orales, y probenecid (Probalan, en Col-Probenecid). Es posible que su médico deba cambiar las dosis de sus medicamentos, o monitorearlo de cerca para saber si sufre efectos secundarios”, indica MedlinePlus.
Asimismo, esa fuente médica advierte que hay algunos efectos secundarios que podrían presentarse entre los pacientes que están recibiendo un tratamiento con amoxicilina.
Entre otros efectos adversos que podrían presentarse están las náuseas, vómito, diarrea, cambios en el sentido del gusto y dolor de cabeza. Aunque generalmente se trata de síntomas leves, MedlinePlus advierte que hay ocasiones en las cuales pueden presentarse complicaciones graves.
Por ello, se recomienda que las personas suspendan el consumo de amoxicilina si presentan los siguientes signos:
- Sarpullido.
- Ampollas o descamación de la piel.
- Picazón.
- Urticaria.
- Silbido al respirar.
- Problemas para tragar o respirar.
- Inflamación del rostro, la garganta, la lengua, los labios y los ojos.
- Diarrea intensa. MedlinePlus señala que generalmente se trata de la aparición de ”heces líquidas o con sangre que puede ocurrir con o sin fiebre y cólicos estomacales (puede ocurrir hasta 2 meses o más después del tratamiento)”.
La fuente médica, además, añade que si un paciente presenta cualquiera de estas condiciones, debe acudir a una consulta médica de urgencias e informar a su médico tratante de su estado de salud.
Hay que usar los antibióticos con responsabilidad
Como se trata de un antibiótico, la amoxicilina debe suministrarse e ingerirse con mucha responsabilidad. Consumir estos medicamentos de forma inadecuada puede favorecer la aparición de patógenos resistentes a los mismos que revisten unos de los mayores peligros para la salud pública en la actualidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que enfermedades como la tuberculosis, la neumonía y la gonorrea son más difíciles de tratar en la actualidad debido a que las bacterias que las causan son cada vez más fuertes.
“La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes”, ha señalado el ente multilateral.
Por ello, es clave tener en cuenta que tanto la amoxicilina como otros antibióticos no deben ser usados para combatir virus. “Los antibióticos como la amoxicilina no actúan para combatir resfriados, influenza y otras infecciones virales”, indica MedlinePlus.