Peticiones como no consuma comida chatarra, cuide su salud o disminuya las grasas que ingiere, pueden ser tan comunes como actuar de manera contraria. Es que, a pesar de las advertencias, son múltiples las razones que llevan a comportamientos de desobediencia.
Lo cierto es que con cada nuevo estudio, la ciencia revela argumentos que podrían convencer para transformar los hábitos. Uno de estos últimos hallazgos proviene de la empresa médica de la Universidad del Sur de California, Keck Medicine.
Y aunque casi siempre se habla en este contexto científico del vínculo entre diabetes, obesidad y el vínculo con el consumo de ciertos productos, la diferencia con este estudio es que encontraron pruebas de que los comestibles ultraprocesados, desencadenan la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
“Si las personas comen una comida al día en un restaurante de comida rápida, pueden pensar que no están haciendo daño. Sin embargo, si esa comida equivale al menos a una quinta parte de sus calorías diarias, están poniendo en riesgo sus hígados… Los hígados sanos contienen una pequeña cantidad de grasa, por lo general menos del 5 %, e incluso un aumento moderado de grasa puede provocar la enfermedad del hígado graso no alcohólico”, dijo Ani Kardashian, MD, hepatólogo de Keck Medicine y autora principal del estudio.
En ese sentido, la investigación, publicada en Clinical Gastroenterology and Hepatology, señaló también que las personas con obesidad o diabetes que consumen el 20 % o más de sus calorías diarias de comida rápida tienen niveles muy elevados de grasa en el hígado en comparación con quienes consumen menos o nada de comida rápida. Y que la población general tiene aumentos moderados de grasa en el hígado cuando una quinta parte o más de su dieta es comida rápida.
“El aumento severo de la grasa hepática en personas con obesidad o diabetes es especialmente sorprendente, y probablemente se deba al hecho de que estas condiciones causan una mayor susceptibilidad a la acumulación de grasa en el hígado”, agregó la doctora Kardashian.
Es clave tener en cuenta que esta enfermedad puede provocar cirrosis o cicatrización del hígado, lo que a su vez podría desencadenar cáncer o insuficiencia hepática.
Más detalles del estudio
La doctora Kardashian y sus colegas analizaron los datos más recientes de la encuesta nutricional anual más grande de Estados Unidos, la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2017-2018.
El objetivo era determinar el impacto del consumo de comida rápida en la esteatosis hepática, más conocida como la enfermedad del hígado graso.
“El estudio caracterizó la comida rápida como comidas, incluida la pizza, de un restaurante de autoservicio o uno sin camareros. Los investigadores evaluaron la medición del hígado graso de aproximadamente 4.000 adultos cuyas mediciones del hígado graso se incluyeron en la encuesta y compararon estas mediciones con su consumo de comida rápida”, explicaron en el comunicado de prensa.
Como resultados, encontraron que el 52% de los encuestados, consumía alguna comida rápida. De estos, el 29% consumía una quinta parte o más de las calorías diarias de la comida rápida y solo este 29% de los sujetos de la encuesta experimentó un aumento en los niveles de grasa en el hígado.
“La asociación entre la esteatosis hepática y una dieta con un 20 % de comida rápida se mantuvo estable tanto para la población general como para las personas con obesidad o diabetes, incluso después de que los datos se ajustaron por muchos otros factores, como la edad, el sexo, la raza, el origen étnico, el consumo de alcohol y la actividad física”, añadieron.
Ahora, luego de presentar la investigación, el equipo señaló que actualmente hay otros factores que podrían incidir en un aumento de las personas afectadas.
“Nuestros hallazgos son particularmente alarmantes, ya que el consumo de comida rápida ha aumentado en los últimos 50 años, independientemente del nivel socioeconómico. También hemos visto un aumento sustancial en las comidas de comida rápida durante la pandemia de COVID-19, lo que probablemente esté relacionado con la disminución de las comidas en restaurantes de servicio completo y el aumento de las tasas de inseguridad alimentaria. Nos preocupa que el número de personas con hígado graso haya aumentado aún más desde el momento de la encuesta”, aseguró.
Finalmente, la médica expresó que es importante que los proveedores de atención médica ofrezcan a los pacientes más educación sobre nutrición, especialmente a aquellos con obesidad o diabetes que tienen un mayor riesgo de desarrollar hígado graso debido a la comida rápida y también indicó que hasta ahora, la única forma de tratar la esteatosis hepática es a través de una dieta mejorada.