Las organizaciones FP2030, Save the Children y Profamilia inauguraron este martes el Centro Regional de América Latina y el Caribe FP2030, cuyo objetivo es promover, documentar y garantizar el acceso a los derechos sexuales y reproductivos de todas las mujeres, niñas y adolescentes.
La alianza FP2030 es un movimiento global que integran gobiernos, sociedad civil, organizaciones multilaterales, donantes, sector privado, academia y organizaciones dedicadas a acciones humanitarias y de desarrollo. Un trabajo conjunto en aras de garantizar un futuro en el que todas las mujeres adultas, jóvenes y adolescentes tengan la libertad y la capacidad de llevar una vida sana, informarse para tomar sus propias decisiones sobre el uso de anticonceptivos y la posibilidad de decidir si tener o no hijos y participar como iguales en la sociedad y su desarrollo.
Dicho centro regional responde a una realidad creciente: se estima que unos 1,5 millones de adolescentes se convierten en madres cada año en América Latina y el Caribe. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la región registra la segunda tasa más alta de embarazos de adolescentes en todo el mundo. De acuerdo con UNFPA, cerca del 18 por ciento de los nacimientos en la región corresponden a madres menores de 20 años.
En Colombia, la situación reviste también gravedad. Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) indican que durante 2022 más de 4.000 niñas entre los 10 y los 14 años dieron a luz.
Por eso, el Centro Regional persigue que “los derechos sexuales y reproductivos sean entendidos como derechos humanos fundamentales”, tal como lo indica Marta Royo, directora ejecutiva de Profamilia Colombia.
De ahí que el Centro Regional de América Latina y el Caribe FP2030 tiene como misión principal invertir en planificación familiar a través de asociaciones entre gobiernos, sociedad civil, organizaciones, donantes, sector privado e investigadores.
Lo anterior teniendo como principio que todas las mujeres puedan tomar sus propias decisiones informadas sobre el uso de anticonceptivos y tener hijos, y participar como iguales en la sociedad y su desarrollo.
Otras de las metas de la iniciativa es lograr la despenalización del aborto en todos los países de la región y garantizar el acceso a una educación sexual sin barreras para las mujeres.
Es que, a pesar de que Latinoamérica ha logrado avances en materia de salud sexual, paralelamente, “no ha sido un acceso equitativo para todas las mujeres, especialmente para las adolescentes”, opina Victoria Ward, directora regional de Save the Children en América Latina y el Caribe.
En ese sentido, problemáticas como la migración y el desplazamiento forzado aumentan las brechas para el acceso a métodos de planificación familiar para las mujeres de la región.
De acuerdo con Samukeliso Dube, directora ejecutiva de FP2030, el enfoque de género es fundamental para garantizar los derechos sexuales y reproductivos: “Debe existir un verdadero compromiso entre los gobiernos y la sociedad civil para garantizar el acceso, romper tabús culturales que aún limitan la capacidad de las mujeres para poder decidir sobre sus cuerpos”.
Cada vez menos colombianos quieren tener hijos
El Dane publicó en marzo las cifras relacionadas con nacimientos y defunciones entre 2022 y 2023 con corte al cierre de enero pasado.
Uno de los datos más reveladores de ese estudio muestra que “durante los últimos diez años existe un comportamiento decreciente en el número de nacimientos en Colombia”.
El análisis de esas cifras permite inferir que el descenso para 2022 es el más marcado, con una reducción del 7,7 por ciento respecto a 2021, lo que la hace una “cifra histórica”, según la entidad.
Así, en 2022 nacieron 569.311 bebés, mientras que en 2021 fueron 616.914 infantes.
Y en ese punto llega otro hallazgo revelador: hay menos padres jóvenes en Colombia. Es decir, las madres de 30 a 34 años, después de aquellas con edades entre los 20 a 24 y los 25 a 29 años, son las que reportan participaciones más altas en el total de nacimientos en el país, con un 18,4 por ciento, que corresponde a 26.138 nacidos vivos.
Otro dato llamativo es que los nacimientos de madres inmigrantes de Venezuela también disminuyeron respecto al último año. La cifra pasó de 10,9 por ciento en 2021 a 8,2 por ciento en 2022.
Para la psicóloga de familia Nidia Ramos, el fenómeno reviste varias explicaciones. “Hay unas de carácter práctico: la vida está cada vez más costosa y un hijo implica una serie de gastos que se llevan un gran porcentaje del ingreso total de los hogares”, dice.
Hay otras explicaciones de corte emocional: “Muchos jóvenes sienten que en un país como Colombia no hay mucho futuro. Porque ni siquiera estudiar una carrera profesional, que implica un esfuerzo económico millonario, garantiza un buen empleo o un buen futuro. Entonces, muchos han entendido que les va mejor sin hijos”.