Aunque en ocasiones la aparición de tumores en algunos órganos no se puede detectar durante sus etapas tempranas, en el caso del cáncer de vejiga sí hay algunas señales que pueden ayudarles a médicos y pacientes a identificarlo pronto.
De acuerdo con la American Cancer Society de Estados Unidos, este padecimiento incluso puede provocar algunas señales cuando se trata de un tumor pequeño que no ha salido de la vejiga.
No obstante, esa organización de salud advierte que por lo general deben identificarse síntomas para diagnosticar este tipo de cáncer.
“La detección temprana consiste en el uso de pruebas o exámenes para encontrar una enfermedad en personas que no presentan síntomas. Actualmente, ninguna organización profesional importante recomienda realizar pruebas de detección de rutina para el cáncer de vejiga en el público general. Esto se debe a que ninguna prueba de detección ha demostrado reducir el riesgo de morir a causa del cáncer de vejiga en las personas que tienen un riesgo promedio”, sostiene la American Cancer Society.
A su vez, sostiene que tal vez el signo más temprano de que una persona está padeciendo de cáncer en la vejiga es la aparición de sangre en la orina, una condición que también se conoce con el nombre de “hematuria”.
Por lo general, este signo se manifiesta cuando la orina cambia de color y adquiere un tono naranja, rosado o incluso rojo oscuro en casos específicos.
“Algunas veces, el color de la orina es normal, pero se detectan pequeñas cantidades de sangre cuando se realizan análisis de orina debido a otros síntomas o como parte de un examen médico general”, explica la American Cancer Society. “Puede que haya sangre en la orina un día y que no la haya el próximo día, y que la orina permanezca sin sangre por algunas semanas o incluso meses. Pero si una persona tiene cáncer de vejiga, en algún momento la sangre reaparece”, agrega la organización.
Esta aparición de sangre, sin embargo, no siempre es una señal inequívoca de que una persona está padeciendo de cáncer, pues hay otras condiciones de salud que también pueden generar cambios en la orina.
“Con más frecuencia, la sangre en la orina se debe a otras afecciones, tal como infección, tumores benignos (no cancerosos), cálculos renales o en la vejiga u otras enfermedades renales benignas. Aun así, resulta importante que un médico le examine para determinar la causa del problema”, sostiene la American Cancer Society
En todo caso, la organización señala que en las primeras etapas de esta enfermedad es frecuente que los pacientes no perciban ningún tipo de dolor o molestia a la hora de orinar.
No obstante, con el avance del cáncer pueden hacerse más comunes otros síntomas que afectan los hábitos que tienen las personas a la hora de orinar.
Entre los signos más frecuentes, el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos cita los siguientes:
- Necesidad de orinar con frecuencia.
- Dolor o ardor al orinar.
- Sensación de que necesita orinar aunque la vejiga no esté llena.
- Necesidad de orinar varias veces durante la noche.
Pero esa autoridad sanitaria también señala que con el agravamiento de la condición del paciente pueden presentarse síntomas más dolorosos e incómodos como la incapacidad para orinar, el dolor en los huesos, la parte baja de la espalda y el abdomen. Los pacientes, además, pueden perder apetito y peso de forma involuntaria.
“Tenga en cuenta que estos síntomas se pueden deber a infecciones urinarias, cálculos renales o vesicales, u otros problemas relacionados con los riñones, y no a un cáncer. El equipo médico le preguntará cuándo empezaron los síntomas y cuán a menudo se presentan. Es muy probable que primero le pidan una muestra de orina para encontrar el motivo de los síntomas y dar un diagnóstico”, detalló el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense.