Ante la disminución en las coberturas de vacunación infantil contra el sarampión y la posibilidad de la ocurrencia de brotes, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta en la que insta a los países de las Américas a actualizar sus planes de respuesta para evitar el restablecimiento de la transmisión endémica de este virus.
“La vacunación y la vigilancia epidemiológica de las enfermedades prevenibles por vacunación son servicios de salud esenciales y no deben ser interrumpidos”, sostiene la OPS.
Según el Grupo Técnico Asesor (GTA) en vacunas de la Organización, ‘‘el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación en la región está en su punto más alto en los últimos 30 años. De acuerdo con estimaciones de la OPS de 2021, más de 1,7 millones de niños y niñas en 28 países y territorios de las Américas no recibieron la primera dosis de la vacuna contra el sarampión en su primer cumpleaños’'.
En 2021, la cobertura regional con la primera dosis de la vacuna que protege contra sarampión, rubéola y paperas (conocida como SRP o triple viral) fue del 85%. Solo seis países alcanzaron la cobertura ideal del 95% o más para sostener la eliminación de estas enfermedades y diez países reportaron menos del 80% de cobertura. Esta situación indica el alto riesgo que corren los niños y niñas no vacunados de infectarse si están expuestos al virus.
El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave causada por un virus, para la que existen vacunas seguras y eficaces. Se estima que entre 2000 y 2018 la vacuna contra el sarampión evitó 23,2 millones de muertes en todo el mundo.
Las Américas fue declarada libre de sarampión en 2016. Sin embargo, ante la circulación del virus en otros lugares del mundo, países de la región reportaron un aumento de casos importados entre 2017 y 2019, con los brotes más importantes en Brasil – donde continuó la circulación endémica- y Venezuela.
Desde entonces, los casos confirmados bajaron y en 2022, debido a las medidas de distanciamiento social por la pandemia de COVID-19, solo seis países de la región notificaron casos de sarampión importados: Argentina, Brasil, Canadá, Ecuador, Estados Unidos y Paraguay.
La OPS también recomienda a los padres, tutores o encargados aplicarle las dos dosis de la vacuna contra sarampión, rubéola y paperas a sus niños y niñas para protegerlos y evitar la presencia de brotes y de complicaciones graves, como la neumonía, que pueden llevar a los bebés y los niños pequeños a la muerte.
El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y puede causar severos problemas de salud, incluyendo diarrea intensa, infecciones de oído, ceguera, neumonía y encefalitis (inflamación del cerebro). Algunas de estas complicaciones pueden llevar a la muerte.
- A nivel mundial sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños, pese a que existe una vacuna segura y eficaz para prevenirla. No existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión.
- Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y sobre todo en los que su sistema inmunitario está debilitado. En poblaciones con altos niveles de malnutrición y falta de atención sanitaria adecuada, el sarampión puede llegar a matar al 10% de los casos.
- Se transmite mediante gotas de aire de la nariz, boca, o garganta de una persona infectada. El virus presente en el aire o sobre superficies sigue siendo activo y contagioso por 2 horas.
- Los síntomas suelen ser fiebre alta, rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas, y erupción generalizada en todo el cuerpo.
- Antes de que comenzara la vacunación masiva en 1980, el sarampión mataba a 2,6 millones de personas al año en todo el mundo, 12.000 de ellas en las Américas.
- Entre 1970 y 1979, los países de América Latina reportaban unos 220.000 casos de sarampión cada año.
- En 35 años, hubo en una reducción de casos del 95%, de 4,5 millones de casos en 1980 a aproximadamente 244.700 casos en 2015.
Manifestaciones clínicas
La OPS señala que el primer signo del sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 a 12 días después de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días. En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas.
Al cabo de unos tres días aparece un exantema, generalmente en el rostro y la parte superior del cuello, que va extendiendo, acabando por afectar a las manos y pies.
El exantema dura 5 a 6 días, y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre 7 y 18 días (media de 14 días).
La mayoría de las muertes se deben a complicaciones del sarampión, que son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 30 años.