De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se entiende por cobertura sanitaria universal (CSU) el que todas las personas tengan acceso al conjunto de servicios de salud de calidad que necesiten y cuándo y dónde los necesiten, sin sufrir dificultades económicas por ello.
El acceso universal y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y las comunidades puedan acceder, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos y tratamientos necesarios.
Sin embargo, la OMS alertó este lunes de la falta de progreso a nivel global para alcanzar el objetivo de una cobertura sanitaria universal, y especialmente de la subida de los costos sanitarios para muchas familias.
En su informe anual sobre Cobertura Sanitaria Universal, publicado junto al Banco Mundial, el organismo destacó que cada vez más hogares se ven obligados a gastar más de un 10 por ciento de su presupuesto en salud, algo que los expertos denominan “gasto catastrófico” y que impide a estas familias acceder a otros bienes básicos, como alimentos.
Es más, entre 2019 y 2021 no se detectó ningún progreso en lo que se refiere a la cobertura sanitaria, algo que sí mejoró, por ejemplo, entre comienzos de siglo y el año 2015, cuando se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Y si bien los efectos de la pandemia del covid-19 todavía no se reflejan del todo en el informe de este 2023, el asesor del director general de la OMS, Bruce Aylward, advirtió en una rueda de prensa que “el progreso se estaba estancando incluso antes de la pandemia”.
De acuerdo con cifras del informe, al menos 2.000 millones de personas en todo el mundo sufren problemas financieros debido al costo de los servicios sanitarios, y muchos de ellos se ven abocados a la pobreza como consecuencia de estas dificultades.
Y, aunque se han realizado algunos avances, sobre todo en lo relacionado con enfermedades infecciosas como el sida, la situación es especialmente complicada en áreas como la salud reproductiva o la salud mental.
Para Latinoamérica, aunque algunos indicadores, como el nivel de cobertura, son mejores a la media, el progreso se ha estancado en los últimos años, lo que amenaza con revertir los avances.
“Podemos concluir que la mala salud es una causa importante de la pobreza”, dijo por su parte el director de Salud del Banco Mundial, Juan Pablo Uribe.
Uribe destacó la importancia que tiene para el Banco Mundial insistir en el mensaje de que el gasto público en salud debe ser prioritario, y que se requiere “más inversión pública”.
“Con el 1 o el 2 por ciento del PIB yendo a salud no se logra la cobertura universal en ningún país”, explicó.
Este es el mensaje que el organismo espera llevar a sus reuniones con mandatarios durante toda esta semana y en especial a la Reunión de Alto Nivel sobre cobertura sanitaria universal que se celebrará el jueves en el marco de la apertura del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.
Este año, la cita se celebra a medio camino de la fecha límite originalmente propuesta para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2030), que incluyen compromisos en materia de lucha contra la pobreza y contra el cambio climático, entre otros.
Hasta ahora, los responsables de la ONU han insistido en la falta de progreso generalizado y avisan de que para cumplir con el plan hacen falta cambios drásticos.