Los riñones son órganos muy importantes para el cuerpo, pues se encargan de filtrar los líquidos y determinar qué le es útil al organismo y qué debe ser eliminado. Aunque el cuerpo por naturaleza tiene dos, una persona puede vivir solamente con uno de ellos, si está en buenas condiciones.
El Instituto Nacional de Diabetes, Digestión y Enfermedad Crónica de los Riñones, registra que los riñones “eliminan el ácido que producen las células del cuerpo y mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales (como sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre”.
Algunas veces los riñones pueden fallar por diversas razones, enfermando así, y no cumpliendo con su función de limpiar la sangre, como ocurriría con un riñón sano. Esto ocurre cuando se tiene “enfermedad crónica de los riñones (también llamada enfermedad renal crónica o, por sus siglas en inglés, CKD)”.
Esto puede ser ocasionado por problemas genéticos, lesiones o, por ejemplo, si una persona tiene diabetes o presión arterial alta, es más propenso a desarrollar la enfermedad.
Asimismo, es posible que aparezcan cálculos en los riñones. En Mayo Clinic explican que “los cálculos renales (también llamados nefrolitiasis o urolitiasis) son depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de los riñones”. Entre las posibles causas de los cálculos en los riñones están el exceso de peso y otras afecciones.
Desde el Manual MSD, explican que hay varios tipos de cálculos renales. “Los cálculos están compuestos de minerales presentes en la orina que forman cristales”, indican.
“Cerca del 85 % de los cálculos están compuestos de calcio, y el resto están formados por varias sustancias, que incluyen ácido úrico, cistina o estruvita. Los cálculos de estruvita (una mezcla de magnesio, amonio y fosfato) también se denominan cálculos de infección, porque solo se forman en orina infectada”, añaden.
En los diferentes portales aseguran que este tipo de afecciones suelen ser muy dolorosos, por ello el uso de analgésicos, puede ser útil como tratamiento paliativo, si se busca calmar el dolor.
En MSD revelan que para facilitar la “circulación de los cálculos, suele considerarse recomendable beber bastante líquido o administrarlo abundantemente por vía intravenosa”, por ello, es mejor consultar al médico, pues es quien determinará la manera de eliminarlos.
A esto se une la recomendación de Medline Plus:
- “Tomar al menos de 6 a 8 vasos de agua por día para producir una gran cantidad de orina.
- Antibióticos (para los cálculos de estruvita).
- Diuréticos (píldoras de agua).
- Soluciones de fosfato.
- Bicarbonato de sodio o citrato de sodio.
- Píldoras de agua (diuréticos de tiazida).
- Tamsulosina para relajar el uréter y ayudar a que el cálculo pase”.
Y enfatizan en que podría llegar a necesitarse cirugía, pero solo en casos específicos, como:
- “El cálculo es demasiado grande como para salir por sí solo.
- El cálculo está bloqueando el flujo de orina y causando una infección o daño renal.
- El dolor es incontrolable”.
Entre tanto, vale mencionar que varios estudios respaldados por expertos en salud han encontrado que el agua de coco, en particular, tiene un efecto diurético suave.
Esto significa que puede aumentar la producción de orina y promover la eliminación de toxinas del cuerpo, incluyendo las sustancias que pueden contribuir a la formación de cálculos renales. El consumo regular de agua de coco, combinado con una adecuada hidratación, puede ayudar a prevenir la aparición de cálculos renales.