En un estudio publicado por la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, en marzo pasado, los científicos calcularon que para finales de 2023 unas 153.000 personas serán diagnosticadas con cáncer colorrectal solo en Estados Unidos. De esa cifra, alrededor del 13 por ciento correspondería a personas menores de 50 años, lo que representa un aumento del 9 por ciento en este grupo etario desde 2020.
Según explica Steven Itzkowitz, profesor de medicina y ciencias oncológicas en la Escuela Icahn de Medicina en el hospital Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York, pese a que los diagnósticos nuevos de cáncer colorrectal están disminuyendo entre las personas mayores de 50 años —desde su cifra más alta en 1985—, las tendencias para los más jóvenes van en la dirección contraria.
Los investigadores del estudio anotan, igualmente, un detalle que es el que más preocupa a los médicos: los cánceres diagnosticados en personas menores de 50 años tienden a ser más agresivos.
“Vivimos en una época en la que personas jóvenes, en la flor de la vida, están contrayendo cáncer de colon”, señaló Itzkowitz. “Y a menos de que hablemos en serio al respecto, quizá no tengamos la oportunidad de hacer mella en esta enfermedad”, subrayó el especialista.
Lo que se sabe del cáncer colorrectal
Este cáncer comienza como un pólipo, o crecimiento anormal, en el intestino grueso, que con el tiempo puede volverse canceroso y extenderse a otras partes del cuerpo.
El riesgo de padecer esta enfermedad es similar en hombres y mujeres, y aumenta con la edad. En Colombia, el cáncer de colon y recto es el tercer tipo de cáncer con mayor cantidad de casos nuevos entre ambos sexos.
Según los datos reportados por los aseguradores a la Cuenta de Alto Costo, la mortalidad y la prevalencia del cáncer de colon y recto tuvieron un incremento del 27 % y del 14 %, respectivamente.
La región central, seguida de Bogotá y la región Pacífica, concentran el mayor número de personas diagnosticadas con este tipo de cáncer, con 1.113, 707 y 502 casos, respectivamente.
Bogotá ha sido la región colombiana con la menor espera para iniciar el tratamiento. Sin embargo, continúa con tiempos muy superiores a la meta propuesta que es menor a 30 días.
En este tipo de cáncer, el riesgo de padecerlo se incrementa si se tienen ciertos problemas de salud, como obesidad, o si se incorporan a la dieta determinados alimentos o bebidas (como alcohol o carnes rojas o procesadas, como salchichas, pepperoni o perros calientes), además de llevar un estilo de vida sedentario.
Ahora bien, pese a que el aumento de los índices de cáncer colorrectal de aparición temprana es preocupante, el riesgo general de que una persona menor de 50 años desarrolle cáncer de colon sigue siendo increíblemente bajo. En ese sentido, se debe tener en cuenta que la edad sigue siendo el factor más importante en el riesgo personal de contraer cáncer colorrectal.
Señales de advertencia
Aún así, se debe estar atento a las primeras señales de advertencia:
- Sangrado rectal.
- Anemia.
- Cambios en los hábitos intestinales (como estreñimiento repentino y nuevo).
- Cualquier tipo de dolor abdominal.
- Las personas más jóvenes suelen presentar sangrado rectal como primer síntoma, lo que los médicos creen que posiblemente se deba a que es más probable que sus cánceres se produzcan más hacia el final del colon.
Un reto para la ciencia
En medio de tanta información disponible, lo cierto es que la ciencia aún desconoce por qué han crecido los casos entre personas más jóvenes.
Sin embargo, algunos cambios en los factores de riesgo de las nuevas generaciones han dado algunas pistas a la comunidad médica.
Por ejemplo, existen mayores índices de obesidad en niños y adultos en la actualidad, lo que podría ser un factor relevante. Para los médicos, sufrir obesidad a los 20 o 30 años puede duplicar con creces el riesgo de cáncer colorrectal de aparición temprana.
También se ha sugerido que el consumo excesivo de alcohol —que suele definirse como cinco o más copas para los hombres en un lapso de unas dos horas, y cuatro o más para las mujeres— podría ser un factor determinante. Una práctica que lleva décadas aumentando entre los adultos de 30 años o menos.