El cáncer de cabeza y cuello generalmente define a varios tipos de tumores que se presentan en las mucosas, pero no incluye al cáncer de cerebro, pues los profesionales médicos lo consideran una patología distinta.

“Se llama cáncer de cabeza y cuello a los tipos de cáncer que se desarrollan en la boca, nariz y los senos paranasales, glándulas salivales; y garganta y la laringe. La mayoría de los casos de cáncer de cabeza y cuello son cánceres de células escamosas. Comienzan en los tejidos húmedos que recubren la cabeza y el cuello. Las células cancerosas pueden propagarse a tejidos más profundos a medida que la afección crece”, indica MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Para identificar este tipo de cáncer hay que tener por lo menos tres aspectos en cuenta: los síntomas que provoca, los factores de riesgo que hacen a algunas personas más vulnerables a desarrollarlo y las pruebas que usan los profesionales médicos para diagnosticarlo.

Entre los síntomas más frecuentes, MedlinePlus cita la aparición de un bulto en el cuello, llagas en la boca o en la garganta que no cicatrizan o producen ardor, dolores de garganta persistentes que no desaparecen con los días, dificultades para pasar los alimentos y cambios en la voz o ronquera.

No obstante, esa fuente médica anota que es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar bastante dependiendo de la parte de la cabeza o el cuello en la cual aparezcan.

De otro lado, MedlinePlus cita algunos factores de riesgo. Por ejemplo, hace referencia a las personas que consumen tabaco o toman alcohol con frecuencia, quienes podrían desarrollar este tipo de cáncer con más facilidad que otros individuos que no tienen los mismos hábitos.

La aparición de bultos en el cuello puede ser un indicio de cáncer, aunque requiere de un diagnóstico médico. | Foto: Getty Images

Así mismo, indica que es un padecimiento oncológico que afecta más comúnmente a los hombres, las personas mayores de 50 años, quienes tienen ascendencia asiática, las personas que ya ha recibido un diagnóstico de cáncer en la cabeza o el cuello, los pacientes que se han contagiado del virus del papiloma humano (VPH) o el Epstein-Barr (EBV) y los trabajadores que están expuestos al polvo de la madera y algunas sustancias tóxicas en el lugar donde laboran (algo que puede incrementar el riesgo de padecer cáncer en la garganta, la nariz o los senos paranasales.

También se incrementan las probabilidades de padecer este tipo de cáncer cuando una persona ha sufrido una exposición prolongada a la radiación, algo que puede afectar gravemente las glándulas salivales.

El VPH es uno de los factores de riesgo del cáncer de cabeza y cuello. | Foto: Getty Images

Una vez las personas acuden a un consultorio médico y el profesional de la salud sospecha que pueden estar padeciendo este tipo de cáncer, podría ordenarles practicarse algunas pruebas. Estas dependen directamente de la parte de la cabeza o el cuello en la cual presentan molestias.

Por ejemplo, podrían hacer un examen físico de rutina en el área en la que se presentan los síntomas, tomar muestras de sangre o de orina, ordenar una endoscopia o hacer algunas pruebas de imagen.

También existe la posibilidad de que sometan al paciente a “una biopsia u otro procedimiento para recolectar células del área donde podría haber cáncer. Las células se observan bajo un microscopio para determinar si son anormales”, según advierte MedlinePlus.

“El tratamiento para el cáncer de cabeza y cuello dependerá del tipo específico de cáncer, su etapa (qué tan avanzado está el cáncer), su salud general y otros factores”, agrega la fuente médica.

El consumo de cigarrillo es un factor de riesgo de distintos tipos de cáncer. | Foto: Getty Images

Y sostiene que entre los tratamientos más frecuentes podrían optar por practicar cirugías, radioterapias, quimioterapias, inmunoterapias orientadas al cáncer y terapias dirigidas, las cuales se centran en usar medicamentos o químicos que atacan a las células cancerígenas y reducen el impacto en las células sanas.