Una de las mejores medidas para garantizar el buen pronóstico de los pacientes con cáncer es la detección temprana, que generalmente se hace cuando se reconocen los primeros síntomas de la enfermedad y se practican exámenes diagnósticos a tiempo.

En el caso del cáncer de colon, la investigación científica ha encontrado nueva evidencia sobre sus primeros efectos en la salud.

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington llevaron a cabo un estudio científico con el cual buscaron determinar cuáles son los primeros signos de las personas que son diagnosticadas con cáncer de colon. La investigación salió a la luz el pasado 4 de mayo y fue publicada en la revista Journal of the National Cancer Institute.

En total, analizaron los casos de 5.075 personas que tuvieron cáncer de colon de inicio temprano (es decir, que se enfermaron antes de los 50 años) y que estaban afiliadas a seguros comerciales en Estados Unidos.

Como resultado, encontraron cuatro signos y síntomas que estaban asociados a un mayor riesgo de enfermarse de este tipo de cáncer. Se trata de un hallazgo clave. Según un comunicado de prensa de la Universidad de Washington, la cantidad de adultos jóvenes con cáncer de colon se ha duplicado en los últimos años.

El diagnóstico temprano del cáncer de colon y recto abre la posibilidad de tener más opciones de tratamiento. | Foto: El País

De acuerdo con los resultados de la investigación, los pacientes que mayor riesgo tenían de padecer de este tipo de cáncer sufrieron de síntomas como sangrado rectal, diarrea, dolor abdominal y anemia por bajos niveles de hierro entre tres meses y dos años antes de recibir su diagnóstico.

Las cifras fueron dicientes: padecer solo uno de los síntomas mencionados, casi que duplicaba las probabilidades de tener cáncer de colon. Y el riesgo aumentaba si se presentaban varios síntomas al tiempo. Los pacientes que tenían al menos dos síntomas estaban expuestos a un riesgo 3,5 veces más elevado que la población general y los que manifestaron tres signos o más tuvieron 6,5 veces más riesgo de enfermarse.

Las personas con anemia por deficiencia de hierro tienen más riesgo de padecer cáncer de colon, según la investigación. | Foto: Getty Images/iStockphoto

“El cáncer colorrectal no es simplemente una enfermedad que afecta a las personas mayores; queremos que los adultos más jóvenes sean conscientes de estos signos y síntomas potencialmente muy reveladores y actúen en consecuencia, especialmente porque se considera que las personas menores de 50 años tienen un riesgo bajo y no se someten a exámenes de detección de cáncer colorrectal de rutina”, aseguró el investigador principal del estudio, Yin Cao, quien funge como profesor asociado de cirugía en la División de Ciencias de la Salud Pública y es miembro investigador del Centro de Cáncer Siteman en el Hospital Barnes-Jewish y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.

Cao también señaló que es clave “crear conciencia” entre los profesionales de la salud que prestan sus servicios en los niveles de atención primaria, los médicos que atienden en urgencias y los especialistas gastroenterólogos.

“Hasta la fecha, muchos cánceres colorrectales de aparición temprana se detectan en las salas de emergencia y, a menudo, hay retrasos significativos en el diagnóstico de este cáncer”, agregó el científico.

Por ello, destacó la importancia de prestar atención a los síntomas. Por ejemplo, aseguró que el sangrado en el recto y la anemia por falta de hierro pueden ser indicio de que una persona necesita de un examen como la endoscopia y un seguimiento médico.

La colonoscopia es una de los exámenes que se usan para diagnosticar el cáncer de colon. | Foto: Getty Images

“Por lo general, toma alrededor de tres meses obtener un diagnóstico desde el momento en que una persona acude por primera vez al médico con uno o más de los signos y síntomas de bandera roja que hemos identificado”, dijo Cassandra D. L. Fritz, científica coautora de la investigación.

“Pero en este análisis, encontramos que algunos adultos jóvenes tenían síntomas hasta dos años antes de su diagnóstico. Esa puede ser parte de la razón por la que muchos de estos pacientes más jóvenes tenían una enfermedad más avanzada en el momento del diagnóstico de lo que normalmente vemos en las personas mayores que se someten a exámenes de detección con regularidad”, concluyó la experta.