La vesícula es un órgano pequeño, que tiene forma de pera y está ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado. Una de sus funciones es almacenar la bilis, un líquido digestivo producido por este último.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cuando el estómago y el intestino digieren los alimentos, la vesícula libera bilis a través de un tubo denominado conducto biliar común, el cual la conecta con el hígado y el intestino delgado.
Es probable que este pequeño órgano cause problemas si algo obstruye el flujo de bilis, por ejemplo, cuando se presentan cálculos que se forman debido a la presencia de sustancias en la bilis que se endurecen. Los especialistas aseguran que muchos de los problemas de la vesícula se solucionan al extirparla, pues afortunadamente no es vital para las personas, pues la bilis tiene otras vías para llegar al intestino delgado.
Una de las afecciones que puede presentarse en este órgano es el cáncer. El instituto Mayo Clinic indica que este padecimiento es poco frecuente en esta parte del cuerpo.
Los expertos aseguran que cuando este cáncer se descubre en su etapa inicial, la probabilidad de cura es muy alta. Sin embargo, normalmente se detecta en su etapa avanzada, cuando el pronóstico es con frecuencia muy desalentador y difícil su tratamiento.
Síntomas de este tipo de cáncer
El cáncer de vesícula biliar puede causar estos y otros signos y síntomas, según el Instituto Nacional del Cáncer.
- Ictericia (color amarillento de la piel y el blanco de los ojos).
- Dolor en la parte superior del estómago.
- Fiebre.
- Náuseas y vómitos.
- Distensión abdominal.
- Masas en el abdomen.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de que una persona desarrolle esta enfermedad incluyen los siguientes, según los especialistas.
- El sexo. Este tipo de cáncer es más frecuente en mujeres.
- La edad. El riesgo de padecer cáncer de vesícula biliar aumenta a medida que avanza la edad.
- Antecedentes de cálculos biliares. Esta enfermedad es más frecuente en personas que tienen o tuvieron cálculos biliares y aquellos que son más grandes representan un mayor riesgo. Aun así, esta es una afección muy común y quienes los padecen rara vez sufren de este tipo de cáncer.
- Otras afecciones y enfermedades de la vesícula biliar. Entre otras afecciones de la vesícula biliar que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer se incluyen los pólipos, la inflamación crónica y las infecciones.
- Inflamación de los conductos biliares. La colangitis esclerosante primaria, que causa la inflamación de los conductos que drenan la bilis de la vesícula y el hígado, aumenta el riesgo padecer la mencionada enfermedad.
Los médicos saben que este tipo de cáncer se forma cuando las células sanas de la vesícula manifiestan cambios (mutaciones) en su ADN, que es una célula que contiene las instrucciones que le dicen qué hacer y las modificaciones les informan que crezcan fuera de control y que continúen viviendo cuando las otras células mueran. La acumulación de estas crea un tumor que puede crecer más allá de la vesícula y extenderse a otras partes del cuerpo.
El cáncer en este órgano comienza, en muchos casos, en las células glandulares que recubren su superficie interna y cuando se manifiesta esta parte se conoce como “adenocarcinoma”.