El cáncer es una enfermedad en la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del mismo. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos indica que es posible que comience en cualquier parte del organismo, formado por billones de células.

En condiciones normales, las células se forman y se multiplican (mediante un proceso que se llama división celular) para formar otras nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando envejecen o se dañan, mueren y las nuevas las reemplazan.

Sin embargo, en ocasiones este proceso no se da como debería y las células se multiplican sin control formando tumores, que son bultos de tejido, que pueden ser cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos). Los primeros se diseminan o invaden los tejidos cercanos e incluso pueden viajar a otras áreas del organismo afectándolas también, que es lo que se conoce como metástasis. Los tumores benignos no afectan tejidos cercanos.

El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, según la OMS. | Foto: Semana

En torno a esta enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de muerte en el mundo, se han tejido muchos mitos y uno de ellos tiene que ver con el consumo de azúcar y si tiene algún efecto en el desarrollo de la misma.

Los expertos aseguran que se requiere más investigación, pero hasta el momento no se puede decir que la ingesta de este producto provoque cáncer y tampoco que lo empeore si una persona ya enfrenta este padecimiento.

De acuerdo con la mencionada fuente, si bien los estudios de investigación han indicado que las células cancerosas consumen más azúcar (glucosa) que las normales, ningún estudio ha demostrado que ingerir esta sustancia hará que la enfermedad empeore o que si se deja de consumir azúcar, la misma disminuya o desaparezca.

Sin embargo, una alimentación con un alto contenido de azúcar puede tener como consecuencia un aumento excesivo de peso, y la obesidad está asociada a un riesgo elevado de padecer varios tipos de cáncer.

El cáncer son células dañadas que se diseminan. | Foto: Getty Images

Las consecuencias de la obesidad

American Society of Clinical Oncology refiere un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute, realizado por investigadores de Yale en el que no se halló ninguna conexión entre el consumo de refrescos y un mayor riesgo de cáncer esofágico, por ejemplo.

La mencionada institución indica que lo que sí se ha evidenciado es que comer demasiado azúcar puede afectar el peso corporal y contribuir a la obesidad, que significa tener un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más, lo que a su vez es posible que incremente el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades.

“El World Cancer Research Fund (en inglés) y el American Institute for Cancer Research (AICR) sostienen que tener sobrepeso u obesidad durante la adultez se asocia con un aumento del riesgo de desarrollar 12 tipos de cáncer diferentes”, precisa American Society of Clinical Oncology. Así las cosas, no existe un vínculo directo entre el azúcar y el cáncer.

El azúcar no provoca cáncer. | Foto: Semana

Conexión entre los alimentos y el cáncer

Para los expertos es difícil encontrar relaciones específicas entre un alimento o un nutriente y el cáncer debido a los siguientes factores.

  • Los alimentos contienen muchas sustancias que pueden aumentar o disminuir el riesgo de cáncer.
  • La mayoría de las personas comen y beben diversos alimentos. Esto genera interacciones que son difíciles de estudiar.
  • Los efectos de los alimentos o nutrientes pueden variar según la cantidad que se ingiera.
  • Algunas investigaciones muestran que la preparación de los alimentos puede influir en el riesgo o los beneficios frente al desarrollo de la mencionada enfermedad.

Referencias:

Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos

Mayo Clinic

American Society of Clinical Oncology