Las condiciones cardíacas siguen siendo un gran desafío médico y la principal causa de muerte en Colombia. De hecho, se estima que la prevalencia de la enfermedad cardíaca es del 5 a 9 por cada 1.000 nacidos vivos.
En la actualidad, la enfermedad isquémica cardiaca, la enfermedad hipertensiva y el accidente cerebro vascular, ocupan los primeros puestos dentro de las diez principales causas de mortalidad en Colombia. De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, este último les ocurren a 12 de cada 100 colombianos.
Aunque no es la más común, la regurgitación de la válvula tricúspide es un tipo de enfermedad de la válvula cardíaca en la que la válvula que se encuentra entre las dos cavidades cardíacas derechas (ventrículo y aurícula derechos) no se cierra correctamente.
En otras palabras, la válvula tricúspide se encarga de controlar el flujo de sangre desde la aurícula derecha hacia el ventrículo derecho. Justamente, la regurgitación tricuspídea es una condición cardíaca en la que la válvula tricúspide no se cierra correctamente, lo que provoca que la sangre retroceda hacia la aurícula derecha del corazón.
Históricamente, las opciones de tratamiento para la regurgitación tricuspídea han sido limitadas y la cirugía a corazón abierto presentaba riesgos significativos para los pacientes.
Pero una nueva terapia fue introducida recientemente en el país y realizada por el Heart Team o Grupo de Corazón, de la Clínica Shaio y Abbott en dos pacientes, con excelentes resultados.
La terapia ofrece una solución no quirúrgica innovadora que brinda una reducción sostenida de la regurgitación tricuspídea, mejorando los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes que a menudo no responden a la terapia médica y no son candidatos quirúrgicos. Por tanto, a menudo necesitan un tratamiento potencialmente urgente para sobrevivir.
“La terapia consiste en un dispositivo basado en un clip mínimamente invasivo, el primero de su tipo, que está diseñado específicamente para la válvula tricúspide, a la que a menudo se hace referencia como la ‘válvula olvidada’, debido a las opciones de tratamiento son históricamente limitadas”, indica Mauricio Correa, gerente de Corazón Estructural de Abbott en Latinoamérica Sur.
“Se trata de una terapia para pacientes con fuga en la válvula tricúspide, condición conocida como insuficiencia tricuspídea (IT)”, explica el doctor Édgar Hurtado, cardiólogo hemodinamista de la Clínica Shaio. “El dispositivo se lleva al corazón a través de la vena femoral de la pierna y funciona uniendo dos valvas de la válvula tricúspide (normalmente son tres) para reducir el reflujo de sangre”, agrega Hurtado.
Un caso de éxito
Una de las pacientes que recibió la terapia en la Clínica Shaio con el apoyo del Grupo de Corazón es Vera Margarita Diago de Rincón, una colombiana de 76 años.
“Antes del procedimiento, me ahogaba con frecuencia, no podía respirar y era intermitente esa sensación, por eso no le puse mucha atención. También sentía cansancio, lo que impedía que pudiera desempeñarme bien en mi día a día. Pero, el punto clave fue un día en el que definitivamente no pude respirar. Entonces, después de varios procesos médicos pasé a la Clínica Shaio y ahí empezaron los varios exámenes y descubrieron qué condición tenía”, indicó la señora Vera.
Para la paciente estos síntomas fueron relativamente repentinos y los atribuía a las actividades de su diario vivir. Y fue justamente cuando sintió que no podía respirar que buscó ayuda profesional.
“Al siguiente día del procedimiento, salí de la clínica perfecta, sentí un cambio inmediato. Desde entonces, me he sentido muy bien y he hecho mi vida normal, incluyendo mis actividades de voluntariado. No he tenido ningún problema, no me he vuelto a ahogar, ya he viajado a tierra caliente, que es algo que no podía hacer antes en avión. Y también voy periódicamente a mis controles y todo se mantiene muy bien para mí”, agregó la paciente.
Conviene tener en cuenta que la regurgitación de la válvula tricúspide generalmente afecta a las personas mayores, que tienen múltiples comorbilidades, lo que hace que la cirugía a corazón abierto sea un procedimiento de alto riesgo y que muchas personas no reciban el tratamiento adecuado.
Una suma de oportunidades
El doctor Édgar Hurtado, quien realizó las intervenciones, asegura que “esta novedosa terapia permite tratar una válvula que tradicionalmente solo tenía posibilidades de tratamiento quirúrgico o médico, lo que en el futuro puede ser una alternativa para mejorar el pronóstico, y la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad tan específica”.
Para realizar esta terapia se requirió un trabajo multidisciplinario y de investigación basado en estudios clínicos previos. Esto motivó la participación de especialistas en cardiología e insuficiencia cardíaca, hemodinamia, cirugía cardiovascular, cardiología por imágenes cardiacas, anestesia cardiovascular y enfermería del Grupo de Corazón de la Clínica Shaio, para que dichos procedimientos se pudieran realizar con gran éxito.
Como en el caso de la señora Vera, los beneficios de este dispositivo de la compañía Abbott para los pacientes consisten en reducir las hospitalizaciones, mejorar la funcionalidad y la calidad de vida, lo que permite un desempeño óptimo en pacientes con síntomas de insuficiencia cardíaca.